El tráfico está cambiando en toda España, y con él, también lo hacen los límites de velocidad. Lo que antes parecía impensable —circular a 70 km/h o menos por una autopista— empieza a convertirse en una realidad en distintos tramos del país. Varias comunidades han comenzado a aplicar límites más bajos en algunas autopistas con el objetivo de mejorar la seguridad, reducir emisiones y disminuir el ruido que afecta a miles de vecinos que viven junto a estas vías.
No se trata de una medida aislada, sino de una tendencia que irá en aumento. La reducción de velocidad en determinados tramos responde a un nuevo enfoque de movilidad sostenible que prioriza la seguridad vial y la calidad de vida. Y aunque para muchos conductores es una noticia difícil de digerir, las autoridades aseguran que los cambios están más que justificados.
4Cómo afecta este cambio a los conductores
Muchos automovilistas ven esta medida como una traba, ya que ralentiza los desplazamientos y puede aumentar el tiempo de viaje. Sin embargo, también tiene consecuencias directas en la conducción y en el mantenimiento del vehículo. A menor velocidad, el consumo de combustible suele ser más estable —lo que implica un ahorro moderado— y también disminuye el desgaste de frenos y neumáticos.
No obstante, también hay un punto polémico: los radares. Cuando se reduce la velocidad máxima, los radares fijos y de tramo se vuelven más estrictos, y muchos conductores desconocen cuándo el límite ha cambiado. Es crucial estar atento a la señalización, porque superar los 70 km/h puede conllevar multas de 100 a 600 euros, dependiendo del exceso. La DGT insiste en que estos límites estarán siempre señalizados y, en la mayoría de los casos, se acompañarán de paneles luminosos informativos.








