Si ahora mismo te hicieran un examen teórico de conducir para volver a obtener el carnet de la Dirección General de Tráfico (DGT), ¿lo aprobarías? Todos los que tenemos el carnet de conducir hemos pasado por ahí, pero si ya hace muchos años de aquel momento, probablemente hoy no lo apruebes con la misma soltura que entonces.
Primero, porque las preguntas han cambiado mucho en los últimos años y de paso la DGT ha introducido nuevas normas que deberías conocer. Y segundo, porque muchas de las preguntas de los exámenes de conducir se centran en velocidades o comportamientos que pueden o no pueden hacer otro tipo de vehículos.
Es decir, si conduces a diario un coche, probablemente hayas borrado de tu mente a qué velocidad puede adelantar un camión o a cuál puede circular un cuadriciclo ligero. Por otro lado, ahora han aparecido patinetes eléctricos y otros Vehículos de Movilidad Personal (VMP), carriles BUS-VAO, cambios en las sanciones por usar el móvil y hasta modificaciones en la señalización de emergencia.
2¿Tener experiencia al volante te garantiza un aprobado?
Para nada. Lógicamente, la experiencia es un plus, porque a conducir se aprende conduciendo. De hecho, la mayoría de alumnos no saben conducir cuando salen de la autoescuela con la L bajo el brazo, porque aunque conozcan las normas, todavía les falta mucho rodaje.
Así que si te hacen un examen teórico hoy, probablemente saques algunas preguntas por sentido común o por tu experiencia. Eso sí, si estás actualizado con las nuevas normas de la DGT y también con los cambios que han introducido en los últimos años, como la obligatoriedad de llevar la baliza V16 en 2026 o el nuevo catálogo de señales que han introducido este verano.
A la DGT también le gustan mucho las preguntas sobre los VMP, los distintivos ambientales y las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), porque son cuestiones que están a la orden del día y en el debate público. Por eso, si quieres saber si hoy aprobarías el examen de la DGT, puedes probar a hacer un test en internet (hay cientos de ejemplos) y sorprenderte (o no) con la respuesta.








