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martes, 14 octubre 2025

Apostar por el eléctrico europeo

La ACEA ha levantado la voz y forzado un encuentro con la presidenta de la Unión Europea, Ursula Von Der Leyen.

Es evidente que no corren buenos tiempos para la industria del automóvil europeo. Comenzó con la pandemia, continuó con la escasez de chips y las tensiones geopolíticas, prosiguió con los precios de los coches chinos y el sube-baja de los aranceles y tuvo el remate con una Comisión Europea que, con sus objetivos imposibles en materia de emisiones, parece jugar más en contra que a favor del sector.

La falta de puntos de recarga para vehículos eléctricos es otro de los retos

Señal coche eléctrico.
Plaza para la recarga de coche eléctrico. Fuente: Freepik.

Por eso, ha sido de lo más razonable que la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), que agrupa a 254 plantas de producción, defiende 14 millones de puestos de trabajo y representa en 8 por ciento del PIB, haya levantado la voz y forzado un encuentro con la presidenta de la Unión Europea, Ursula Von Der Leyen. El informe puesto sobre la mesa, al que califican como “Tormenta perfecta”, no tiene desperdicio y aborda desde la desaceleración en la producción a la ralentización de la demanda de unos vehículos eléctricos que no cubren, ni con mucho, las grandes inversiones realizadas. De ahí que reclamen replantearse una reducción más lógica de las emisiones que esté acorde con el tiempo que nos toca vivir, en el que incluso pueden tener sitio los motores de combustión de última generación. Plantean, con pelos y señales, que mientras los fabricantes ponen en el mercado casi 300 modelos eléctricos, los puntos de recarga de la mayoría de los países siguen brillando por su ausencia. Por eso piden comprensión, flexibilidad regulatoria y unos incentivos que aceleren unas ventas de eléctricos que en la actualidad sólo representan el 17 por ciento.

En Europa piensan cómo frenar la llegada de eléctricos ‘Made in China’

2025 Toyota Woven City. Imagen portada.
Foto: Toyota. En Woven City se van a probar las tecnologías del futuro. Desde vehículos hasta infraestructuras.

Así, con estas premisas, la Comisión Europea, con su estilo habitual, ha dado por recibida la situación crítica que vive esta industria y, como no podía ser de otra forma, se compromete a estudiarlo y dar una respuesta antes de que termine el año. También aseguran que inyectarán 1.800 millones a la industria europea de las baterías y anuncian como proyecto estrella un coche pequeño que frene a China en el mercado europeo. Será un vehículo eléctrico, limpio, eficiente, ligero y asequible para todos los bolsillos. Un proyecto que suena muy bien si no fuera porque como el resto de las buenas intenciones, carece de planteamientos y fechas, lo cual no quita para que sea una brillante idea que pueda democratizar la electromovilidad y conseguir equilibrar el sector.

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