Parece lo más lógico: si hace frío, ¿para qué vamos a encender el aire acondicionado, si sirve para enfriar? Pero, ¿sabías que esta costumbre te puede costar mucho dinero?
Existe un truco simple, que apenas te lleva un minuto, que puede salvarte de un disgusto cuando llegue de nuevo el calor. Sigue leyendo porque no es solo un consejo de mantenimiento, sino una necesidad para la salud a largo plazo de tu vehículo.
El aire acondicionado no solo enfría

Cuando pensamos en el aire acondicionado del coche, nuestra mente viaja de inmediato a esos días de calor sofocante donde la única salvación para viajar a gusto es sentir el chorro de aire frío saliendo por las rejillas. Su capacidad para bajar la temperatura interior es su carta de presentación, y la razón por la que muchos conductores lo desconectan desde que terminan las vacaciones hasta que vuelven a empezar las altas temperaturas.
Sin embargo, esta visión es incompleta y, lo que es peor, perjudicial para el sistema de climatización de tu coche. Los expertos como Alberto, un electricista de automóviles con gran experiencia, son claros: el aire acondicionado es mucho más que un simple enfriador. Tiene una función en invierno que casi todos pasamos por alto: es un potentísimo deshumidificador.
Por qué poner el aire acondicionado en pleno invierno

La principal razón por la que debes encender el aire acondicionado durante los meses fríos no tiene nada que ver con la temperatura, sino con la humedad que se acumula en el habitáculo.
Piensa en un día de lluvia o en las mañanas frías y húmedas. Te subes al coche y de repente los cristales están empañados. Es la humedad del aire interior condensándose al entrar en contacto con el cristal.
Puedes encender la calefacción a tope para que el calor seque los cristales, pero el proceso es lento y, a menudo, ineficaz al principio. Aquí es donde entra en juego el aire acondicionado.
Al encender el compresor del aire acondicionado, incluso si lo combinas con la calefacción para que el aire salga caliente, el sistema empieza a funcionar. El compresor tiene la misión de circular el gas refrigerante, y en ese proceso, elimina el exceso de humedad del aire que está dentro del coche.
Este aire seco, al impactar contra los cristales empañados, acelera el proceso, garantizando que tengas una visibilidad clara en cuestión de segundos. Tener visibilidad óptima es fundamental, y el aire acondicionado te la proporciona de manera mucho más rápida y eficaz que solo la calefacción.
La segunda razón, tan importante como la visibilidad, es puramente mecánica y económica: el mantenimiento interno del sistema. Como cualquier mecanismo complejo, un sistema de aire acondicionado necesita moverse para mantenerse en buen estado.
Cuando apagas el aire acondicionado durante meses, lo estás dejando en un estado de hibernación prolongada. Este largo periodo de inactividad es la causa principal de las averías más caras, que, curiosamente, suelen aparecer justo cuando vuelves a necesitarlo en verano.
Si el sistema permanece inactivo, las juntas tienden a resecarse y agrietarse con el tiempo. Cuando el verano llega y vuelves a encender el aire acondicionado para que funcione a pleno rendimiento, la presión y la actividad del gas en el circuito pueden hacer que estas juntas agrietadas fallen, provocando fugas del gas refrigerante.
Encontrar la fuga, repararla y volver a cargar puede rondar los 250 euros. Una avería costosa que se podría haber evitado manteniendo el sistema en movimiento y bien lubricado.
Cinco minutos al mes son suficientes

No necesitas tener el aire acondicionado puesto durante todo el invierno. Solo debes asegurarte de que el compresor se active y trabaje un poco para que el refrigerante circule y lubrique todas las partes vitales, incluidas las juntas y el propio compresor.
El consejo de los expertos es encender el aire acondicionado durante cinco o diez minutos una vez al mes, incluso si hace mucho frío y lo tienes que combinar con la calefacción. No pasa nada, el compresor hará su trabajo sin que tú pases más frío.
Piensa en esto como una revisión preventiva de bajo coste, o mejor dicho, de coste cero. Mientras que una revisión preventiva en el taller puede oscilar entre 60 y 120 euros, dependiendo del modelo y del taller, el hábito de encender el aire acondicionado es la forma más barata de mantenimiento preventivo que puedes hacer.
Desde ahora, cuando te montes en tu coche en un día frío, acuérdate de lo caro que puede salir un compresor averiado. Un sencillo gesto, cinco minutos de tu tiempo, te ahorrarán un disgusto muy grande.








