¿Tienes un patinete eléctrico y poco espacio para guardarlo en casa? Puede que tengas la tentación de dejarlo en el rellano o en algún rincón que no moleste en el portal, pero no es lo más adecuado. Y aunque no lo parezca, el auge de la movilidad eléctrica y de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) ha aumentado el problema en los últimos años.
María, abogada, está acostumbra a mediar en conflictos comunitarios y avisa de que tenemos que tener cuidado con dónde dejamos el patinete o la bici. La Ley de Propiedad Horizontal lo deja bastante claro, aunque mucha gente no lo sepa o no quiera saberlo. Por eso, a continuación nos cuenta qué se puede y qué no se puede hacer.
¿Qué dice la LPH sobre dejar el patinete en el rellano?

Esta abogada explica que hay demasiada gente que asume que no pasa nada por dejar ahí el patinete o la bici, pues no molesta a nadie y el rellano «es de todos». Pero la realidad dista mucho de esa idea.
María recuerda que «las zonas comunes sirven para lo que sirven». «Se deben utilizar para el tránsito, no para el almacenamiento. La ley exige un uso adecuado que no cause molestias a nadie ni limite el paso, y aunque un patinete apoyado en la pared parece inocente, no lo es».
La Ley de Propiedad Horizontal (LPH) tiene un artículo concreto sobre las responsabilidades que tienen los propietarios y exige respetar los elementos comunes y no usarlos de manera que puedan perjudicar a otros. Por tanto, no es que dejar el patinete en el rellano sea un delito en sí mismo, pero si todos los vecinos lo hicieran, la situación sería inviable. Quizá uno por sí mismo no molesta, pero a la larga sienta precedente.
Aunque la LPH no recoja de manera expresa que no está permitido dejar un patinete en el rellano, igual que tampoco lo hace con bicicletas, mochilas o carritos de bebés, los expertos coinciden que obstaculizar zonas comunes es contrario a la norma. Esta abogada también recuerda que hay un punto que muchas veces pasa desapercibido, y es la seguridad. En caso de emergencia o evacuación, es peligroso tener cualquier objeto personal en medio.
¿Cuáles son las excepciones de la LPH?

¿Aquí también hay excepciones que confirman la regla? Sí que las hay, pero menos frecuente de lo que muchas creen y que tampoco funcionan como una ‘carta blanca’. María explica que no es suficiente con que a un vecino le parezca bien o mal, ni la mítica frase de que ‘esto se ha hecho siempre así’.
«Si la comunidad no ha aprobado un espacio específico para guardar patinetes o bicicletas, el rellano no es una opción. Da igual el tamaño del patinete o lo poco que moleste. Lo que vale es lo que esté aprobado en junta y figure en los estatutos«, recuerda María.
Por ejemplo, hay comunidades que habilitan soportales, cuartos de bicicletas o algún espacio dentro del garaje. Algunas incluso adaptan trasteros para ese fin. Pero en cualquier caso deben ser decisiones que hayan pasado por un proceso de votación formal y deben quedar reflejadas por escrito. Si eso no existe, entra en juego la LPH y es posible impugnar el uso indebido de las zonas comunes.
Por tanto, esta abogada insiste en acudir siempre a los estatutos de la comunidad en caso de duda. Aunque haya comunidades que no los tengan actualizados, muchas otras sí que se lo toman en serio. En caso de conflicto, el primer paso es hablarlo, luego revisar las normas y, en caso de insistencia, pedir la actuación del presidente de la comunidad o del administrador. La realidad es que la mayoría de conflictos se resuelven de manera amistosa, y solo en casos extremos se llega a sanciones.








