Ya se sabe que en los Estados Unidos son muy de hacer modificaciones en los coches y muchos son los modelos que pasan por este tipo de conversiones. En este caso, este Chevy Corvette del 63 ha sido completamente restaurado pero, además, se le ha dotado de un esqueleto y unos órganos que lo traen al siglo 21 con más fuerza que nunca, una especie de Frankenstein pero agraciado.