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El retorno de Ferrari: algo más que el primer doblete desde 2019

Un primer gran premio de temporada de la Fòrmula 1 deja desfasadas de un plumazo todas las especulaciones de una pretemporada. En poco tiempo se diluyen análisis, pronósticos y augurios. El Gran Premio de Bahréin no fue la excepción. Pero sí ofreció algunas sorpresas.

Red Bull lideró los tiempos invernales, y Ferrari llevó a cabo la pretemporada más completa y homogénea en las dos sesiones de Montmeló y Shakir. Mercedes asustaba con su radical W13. De la potencia técnica del equipo alemán se temía lo peor y nadie creía las dificultades del monoplaza alemán. Carlos Sainz avisó en Montmeló. “Todo se verá en el primer Q2”. Fue precisamente el español quien terminó líder en ese bloque, por delante de Charles Leclerc. Ambos invirtieron el orden al día siguiente para devolver a Ferrari a la victoria por primera vez desde 2019. De confirmarse tal rendimiento, el equipo italiano puede aspirar al título por primera vez desde 2017. Quizás solo desde dentro de Ferrari lo vieron venir.

Gran Premio de Bahrein: dominio desde la primera curva de Leclerc

Leclerc dominó de principio a fin la primera carrera de 2022. Red Bull partió casi al mismo nivel, pero sin el dominio que tantos análisis pronosticaban. El duelo apasionante entre la vuelta 17 y 19 de Leclerc y Verstappen posiblemente será el primero de los numerosos que veremos este año. La estrategia de carrera a punto estuvo de favorecer al holandés en algunos momentos, sobre todo cuando casi supera a su rival tras la primera parada en boxes. El F1-75 y el RB18 empiezan tan igualados como los protagonistas de 2021, aunque Leclerc fue fraccionalmente más rápido que Verstappen durante la carrera. Pero 23 pruebas en 2022 configuran un arco enorme como para anticipar la evolución y posibilidades de cada uno según la configuración del circuito y el momento del campeonato.

Pero en esta ocasión inusual Red Bull se autoeliminó. Pérez y Verstappen abandonaron en los compases finales por la bomba de gasolina. El equipo austríaco salió sin puntos de Shakir, resultado preocupante para el equipo austríaco ante una fiabilidad que podría convertirse en un talón de Aquiles con su nuevo RB18. El holandés veía como cambiaba el comportamiento de su coche en carrera frente a días anteriores, la dirección asistida falló durante la prueba, y luego el mismo problema eliminó a los dos monoplazas del equipo. “La peor pesadilla”, señalaba Christian Horner al terminar la carrera. Una hecatombe que podría tener su efecto en el futuro en el campeonato de Constructores si Mercedes se une a la pelea.

En Shakir, el W13 confirmó los temores expresados por sus dos pilotos, y a los que nadie daba crédito en pretemporada. El equipo alemán mostró un nivel desconocido y preocupante por primera vez desde 2014, y que no parece que podrá resolver a corto plazo si se atiende a las conclusiones de Toto Wolff. “Tenemos que revisar cada área del coche, aero, peso, unidad de potencia… En Fórmula 1 no hay una sola solución. Hay algunas cosas que tenemos que afrontar en estas próximas carreras, y luego otras más complejas, y estamos en ellas”. El responsable de Mercedes reconocía que el chasis no funciona todavía, e incluso que el W13 está pasado de peso. Cuánto tarde el equipo alemán en engancharse a Ferrari y Red Bull será crucial para luchar por ambos títulos. Llegará, pero cuándo, no se sabe.

Un gran día para Ferrari en Bahrein

“Es un gran día para el equipo, para todo Ferrari, para todos los tifosi. Empezar el año así después de dos años tan difíciles con un doblete… Este resultado simplemente demuestra todo el esfuerzo que hemos hecho en los últimos años, trabajando mucho, y al final ha llegado la primera oportunidad que hemos tenido de demostrar nuestro potencial, logrando un doblete que es muy grande para todo Italia y todos nosotros”. Carlos Sainz resumía el significado del éxito de Ferrari, que va más allá de un brillante triunfo. Desde el hachazo de la FIA en 2020, Ferrari ha trabajado en la sombra para crear los fundamentos de esta nueva era. La presión era enorme. En el caso de Ferrari, las dudas que le rodeaban en pretemporada se ceñían a conocer si su potencial era muy bueno en 2022, o superior. Parece que se trata del último caso.

Sin embargo, en Sainz convivían la alegría del triunfo con la insatisfacción personal de lograr el triunfo con un monoplaza ganador, pero, sobre todo, por la sensación de no haber sintonizado con su nuevo monoplaza, a diferencia de su compañero. “Con la puesta a punto que tenemos claramente Charles ha sido más rápido todo el fin de semana. Solo pude estar a un buen nivel en el Q2 y Q3 con algunas vueltas, pero el resto del fin de semana estuve a unas tres décimas tanto en entrenamientos y en carrera. Es un déficit que nunca vi el pasado el año pasado, nunca estuve a tres decimas. Ha sido un fin de semana difícil, tengo que agachar la cabeza, tengo que encontrar esas décimas, poner el coche a mi gusto, ver cómo exactamente hay que conducirlo, y estoy seguro de que puedo hacerlo, pero hasta entonces, seguir trabajando”.

Pero si la nueva era de la Fórmula 1 ha revuelto la parrilla, Alpine y Fernando Alonso no han sido los más beneficiados en el proceso. El equipo francés ha perdido claramente terreno respecto a la pasada temporada. Con un monoplaza de enorme degradación y difícil comportamiento, Alpine afronta un duro trabajo por delante para liderar la clase media, un objetivo que para nada está garantizado por lo visto durante la pretemporada y la primera carrera. Hasta Haas le ha superado (Magnussen terminó quinto). «Entrar en los puntos es el objetivo y lo hemos conseguido con dificultades, teníamos mucha degradación y no teníamos ritmo», resumía Alonso al final del GP de Bahrein. Un puro ejercicio de resignación. Gracias a los abandonos de Gasly, Pérez y Verstappen. Aquellos que se tomaban en serio el juego lúdico de “El Plan”, ya pueden olvidarse.