Con números incontestables e indudable superioridad, Hamilton se acerca al título. Para McLaren y Alonso, se trata ya de evitar si es posible humillaciones como en Japón, mientras que Sainz necesita un fin de semana limpio de incidentes para lograr el resultado que merece por su rendimiento
En 2014, la recta final del campeonato fue un pulso entre los dos pilotos de Mercedes, y en el que Lewis Hamilton iba doblando poco a poco el brazo de un Nico Rosberg que, en verano, le había tenido contra las cuerdas. Todo cambió desde el Gran Premio de Bélgica, donde el alemán recibió una dura amonestación, sanción económica incluida, y ya no fue el mismo.
Dominio abrumador de Hamilton
Desde entonces, Hamilton ha ganado 14 de las 21 carreras celebradas, con dos de las victorias ajenas para Sebastian Vettel. Aunque las estadísticas sólo consisten en datos, también dibujan tendencias. La de 2015 es clara y meridiana. Hamilton ha logrado 12 poles por dos de su compañero de equipo este año. En 2014 salía de Rusia con 17 puntos de ventaja sobre Rosberg. Tras su última victoria en Japón, llega a Sochi con 48, a falta de sólo cinco carreras para terminar la temporada.
En el duelo psicológico que también subyace al deportivo, el británico volvió a golpear a su rival en Suzuka, cuando Rosberg no fue capaz de capitalizar la ventaja inicial lograda el sábado. Lograr la pole supone un porcentaje elevado para la victoria, y por segunda vez Rosberg batía a Hamilton en los entrenamientos. Pero en la primera curva el británico ya le había superado con determinación y cierto abuso de posición dominante, en una imagen que ilustró como ninguna otra su superioridad deportiva y psicológica.
Hamilton puede permitirse perder hasta diez puntos por carrera. Rosberg necesita abandonos del británico y sumar todos los triunfos posibles si aquel se agarra a la segunda posición, estrategia ajena su gran estado de forma y superioridad. «La forma en la que le veo y donde siento que está, no se ha rendido», declaraba la pasada semana Toto Wolff, el responsable de Mercedes sobre Rosberg, «no hay forma de que un piloto se rinda a menos de que no tenga ya posibilidades matemáticas. Así es como veo a Nico, con la personalidad que tiene». Si el Gran Premio de Rusia da la razón a Toto Wolff está por ver
Ferrari puede haber tocado techo
Japón también confirmó que Ferrari tiene pocas opciones frente a Mercedes. Si la victoria de Vettel en Singapur dejaba en el aire el interrogante de una posible pérdida de competitividad del W06 ante el nuevo protocolo de uso de los Pirelli, Suzuka lo desmintió.
«Cuando no ganas, claro que estás decepcionado», confesaba Mauricio Arrivabene tras el Gran Premio de Japón, «pero la comparación correcta no es con Singapur, sino con Silverstone», explicaba para señalar los progresos de Ferrari, exagerados puntualmente por la singularidad del circuito de Marina Bay. «Si se ve la diferencia que teníamos con Mercedes en Silverstone, la diferencia con Suzuka es más pequeña y, como ya dije varias veces, ciertas pistas como ésta no son buenas para nuestro coche. Por supuesto, después de Monza, la evolución del motor ayuda, pero el coche es más o menos el mismo».
Quizás por todo ello, y como Kimi Raikkonen reconocía tras la carrera nipona, se confirme que Ferrari podría haber tocado techo en 2015. «Sabemos dónde están nuestras debilidades, pero hay determinadas cosas que podemos hacer en esta época del año», explicaba el piloto finlandés para confirmar que en áreas como el chasis habrá que esperar a 2016. «Seguro que seguiremos mejorando el próximo año, y estaremos en mejor forma». Aunque en un trazado donde la potencia es esencial, Ferrari podrá sacar mejor partido al F15 T que el pasado año.
McLaren, a olvidar Suzuka
De McLaren poco más se puede esperar en 2015. En Suzuka se desató la tormenta perfecta para el equipo británico, desencadenada por su paupérrimo rendimiento en carrera ante la cúpula de Honda y la afición nipona. La situación quedó dramáticamente visualizada dentro y fuera de la pista. Posiblemente el temporal mediático no vuelva a desplegarse con semejante violencia dadas las circunstancias ya sobradamente conocidas. Para McLaren se trata de acabar cuando antes el martirio mediático en que se ha convertido cada carrera.
Hasta 2016 no se comprobarán los frutos de esta temporada de pesadilla, en la que incluso el presidente de Honda reconocía que su empresa había subestimado el alcance la complejidad técnica de la nueva tecnología híbrida. De momento se espera en Sochi un resultado a similar a Monza, Spa o Suzuka, por ser una de las pistas más largas del campeonato -con lo que ello supone para el sistema de recuperación y entrega de energía-, y de mayores necesidades de potencia.
Sainz espera un fin de semana sin problemas
En cuanto a los pilotos españoles, Carlos Sainz está recibiendo el reconocimiento de su actuación global. Sin embargo, por unas razones o por otras, el magnífico rendimiento del madrileño se ve empañado por circunstancias puntuales en las últimas pruebas. Por unas razones u otras, no consigue cuajar el paquete completo.
Al margen de sus salidas de pista en Marina Bay, la carrera jugó en su contra por causas ajenas, como la parada en boxes y el fallo con el cambio. Después, la polémica con las órdenes de equipo a Verstappen. Y cuando Sainz respondía magníficamente con sus declaraciones fuera de la pista antes de la carrera de Suzuka y dominaba durante todo el fin de semana a su compañero de equipo, esa precipitada entrada en boxes dejaba aliquebrado lo que iba en camino de ser un fin de semana perfecto. Sainz necesita una carrera donde todas las piezas encajen de una vez. Ojalé sea el caso en Sochi.
Donde estará Roberto Merhi nuevamente tras dos carreras a cargo de Rossi. Aunque dependa en el futuro del aspecto económico, para el castellonense el G.P. de Rusia representa incluso una oportunidad mayor para afirmar sus credenciales en la particular pugna interna entre los tres pilotos de Manor.