Nunca mejor dicho, Carlos Sainz vivió literalmente subido a una montaña rusa en Sochi. Desde su brutal accidente del sábado a la carrera del domingo, el piloto español se convirtió en uno de los protagonistas del Gran Premio de Rusia. «Hubiéramos sido héroes» reconocía el piloto español, de haber logrado llevar su coche a la meta tras haber alcanzado la séptima posición de carrera desde la última de parrilla.
Tras un brutal impacto el sábado, se vivieron momentos de gran intensidad hasta conocerse que Sainz salía indemne tras una deceleración de 46 g en el segundo de los dos impactos que sufrió. El piloto español mostró una gran determinación por correr el domingo, y a la admiración general que provocó su actitud el sábado, añadió una gran actuación el domingo.
Los frenos le impidieron ser sexto o séptimo
«Las diez primeras vueltas estaba un poco mareado». Con solo quince giros en seco en una pista totalmente nueva para el piloto español, su estado físico, los condicionantes de consumo y uso de frenos que el equipo le iba imponiendo durante la carrera, Sainz estuvo a punto de terminar «sexto o séptimo» según Franz Tost, de no haber mediado el problema con los frenos que le obligaron a abandonar. «Una carrera fantástica», reconoció el responsable de Toro Rosso.
«Fue una pena retirarme, porque creo que estaba haciendo la mejor carrera del campeonato», explicaba un Sainz abatido por la oportunidad perdida, pero a la vez satisfecho por el conjunto del fin de semana. «Hay que tener paciencia, los resultados ya llegarán la temporada que viene. Teníamos ritmo de sobra para acabar entre los siete primeros. Una lástima. Llegará, un día terminaré una carrera en la posición que me merezco».