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Cuando dos pilotos ganaron en Brasil

El Gran Premio de Brasil nos ofreció el mismo escenario y resultado de casi toda la temporada, pero en Interlagos al menos con una variación  que nos permitió reconciliarnos con la competición pura y dura. Porque tanto Lewis Hamilton como Nico Rosberg fueron ganadores, cada uno a su manera. El primero de los restantes, como siempre también, a más de medio minuto.

Aseguró Rosberg antes de la carrera  que no cometería el mismo error que en Austin.  Lo cumplió. En primer lugar, porque  supo batir a Hamilton en los entrenamientos. De no haberlo logrado, el británico se habría paseado en Interlagos, porque demostró tener más ritmo que el alemán en la prueba. Segundo porque, a diferencia de Monza y Austin, no  podía dejar que Hamilton le robara la cartera como en las anteriores ocasiones.

Un gran fin de semana de Rosberg

Rosberg estuvo magistral durante todo el fin de semana. Tanto en entrenamientos, como la prueba en sí. En los momentos de mayor presión en la lucha por el título estuvo a la altura de las circunstancias frente a un Hamilton sublime de forma en las últimas carreras. O, mejor dicho, debía elevar su nivel por encima de Hamilton. Lo consiguió en todos los frentes. 

Por su parte,  el británico no pudo capitalizar su mejor ritmo en la prueba con la victoria, en otro ejemplo más del fino hilo que separa ambos pilotos de la primera y la segunda posición. Cometió dos errores, perder el sábado en los entrenamientos, y su salida de pista. Con el primero perdía la iniciativa en la carrera, con el segundo, la posibilidad de adelantar a Rosberg con las paradas en boxes y sin jugarse el enfrentamiento directo en pista.

Y Hamilton no se resignó al segundo puesto

Pero Hamilton nos confirmó que es un ganador nato.  Si el segundo puesto era suficiente para sus aspiraciones, no se resignó ni si mostró conformista. Se tiró a degüello a por Rosberg con una secuencia extraordinaria de vueltas  de riesgo que nos  recordaron su condición de 'racer', animal competitivo al que la victoria le atrae como  el tiburón a la sangre. 

Si el británico  hubiera superado otra vez a su rival, psicológicamente hubiera sido un golpe demoledor. Y si el hachazo de Austin pudo ser un golpe clave para acercarse al título, la impecable actuación de Rosberg frente a la carga de Hamilton en Interlagos también  se revelará crucial para sus menores opciones si consigue triunfar en Abu Dabhi. 

Más opciones en Abu Dhabi

Además, el desenlace del Gran Premio de Brasil abre un mayor abanico de opciones para la cita final. De haber ganado en Interlagos, el británico hubiera llegado con once victorias por cuatro del alemán y 31 puntos de ventaja sobre su compañero. Un quinto puesto hubiera bastado para lograr el título. Ahora, Hamilton no puede quedar tercero si Rosberg gana la última prueba.  

Y, sobre todo, se ha evitado ese supuesto extremo pero posible de un Hamilton  ganador en Interlagos con abandono de Rosberg que, en caso de abandono del británico en Abu Dhabi hubiera dado el título a este  si ganara a pesar de unos hipotéticos 49 puntos de ventaja de Hamilton. Lo que no hubiera sido nada positivo para la Fórmula 1. Al menos, la final de Abu Dabhi será trepidante.

Fernando Alonso, el peor año con Ferrari

En cuanto a Ferrari, sigue la cuenta atrás para Fernando Alonso en un escenario totalmente gris para el equipo italiano. En Interlagos cuatro equipos terminaron por delante en la meta, tres le superan en la clasificación de Constructores. Para Alonso es el peor resultado en la de Pilotos desde su llegada al equipo italiano. «En el mejor sitio posible», contestaba el piloto español cuando se le preguntaba por su destino a partir del próximo año. Desgraciadamente,  mejor que en el Ferrari de hoy no será difícil. En el próximo Gran Premio de Abu Dhabi acaba otro ciclo en la historia de Fernando Alonso en la Fórmula 1. Por fin.