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El cuento de hadas del GP de Sakhir con el final más inesperado

«Hubiera sido un cuento de hadas si hubiera logrado la victoria», resumía un desconsolado Russell, sustituto del campeón del mundo. Solo dos días para preparar su debut con Mercedes, con únicamente 37 grandes premios en su haber, el británico era el cuarto piloto del equipo alemán desde 2014. Todos habían ganado carreras anteriormente. Desde el viernes Russell demostró que podría sumarse a la lista. Pero fue Checo Pérez quien finalmente escribió su particular cuento de hadas en Sakhir. En su caso, necesitó diez años.

Con botines más pequeños para poder manejar los pedales, levas del cambio para las manos de otro piloto, con reducido espacio físico para posicionarse en el habitáculo de Lewis Hamilton, Russell empezó a escribir su propio cuento cuando pudo superar a Valtteri Bottas en la salida. Para el finlandés se trataba de una prueba de fuego en la que se estaba quemando a medida que avanzaba el fin de semana. «A mitad de carrera tenía una ventaja de ocho segundos sobre Valtteri, y pensaba: «Esto es demasiado bonito para ser realidad».

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Pérez, de último a primero

En el otro extremo, Sergio Pérez. Literalmente, porque tras el coche de seguridad que gestionó el accidente de Charles Leclerc, Max Verstappen y el propio piloto mexicano, su Racing Point cayó a la última posición tras su temprana parada en boxes. «En aquel momento, pensé que todo estaba perdido», reconocería más tarde al recordar la carrera, una semana después de perder un podio a falta de tres vueltas en la misma pista. Russell gestionaba cómodamente su liderato, aunque Pérez remontara con un ritmo extraordinario. Pero los Mercedes se antojaban de otro planeta para el mexicano. Hasta que Mercedes se eliminó a lo grande del GP de Shakir con su última parada en boxes.

Con problemas de comunicación por la radio, una rocambolesca maniobra en boxes dejó casi noqueados a mecánicos y sus pilotos. Mercedes le había montado a Russell los neumáticos equivocados en la vuelta 62 de las 87, lo que obligó a otra parada para corregir el error. Luego, mientras Bottas se atascaba tras Lance Stroll en la quinta posición, Russell volaba con sus neumáticos nuevos y su impresionante ritmo a la caza del primer clasificado. No sin antes haber humillado a su compañero con un impresionante adelantamiento. El líder era…el propio Checo Pérez. El equipo británico se había mantenido fiel a una sola parada a pesar de las vibraciones con los neumáticos que impedían agarrar totalmente el volante a su piloto. Desde la última posición, la estrategia y fenomenal ritmo le habían colocado solo en cabeza. Cuando Russell le tenía ya en su punto de mira, perdió la victoria por segunda vez. Ahora, por culpa de un pinchazo.

«Por supuesto, fue muy emotivo, porque si es tu primera carrera en un Mercedes y debías haberla ganado, y pilotando una carrera monumental, entonces no hay mucho que se pueda decir», sentenciaba Toto Wolff, «pero no será su último intento para ganar una carrera; es solo el comienzo de un cuento de hadas que no funcionó hoy, pero yo diría que nace una nueva estrella». El otro cuento era de color rosa.

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«Espero no estar soñando, porque he soñado durante tantos años estar en este momento, 10 años me hizo falta, increíble», comentaba eufórico Pérez tras su primer e inesperado triunfo, lágrimas de emoción dentro del casco y también el podio. Exactamente, había necesitado 190 grandes premios. «Esta temporada la suerte no nos ha acompañado, pero finalmente la conseguimos. Creo que ganamos hoy por méritos. El Mercedes tuvo algunos problemas, pero creo que al final mi ritmo fue lo suficientemente fuerte como para aguantar a George, quien hizo una carrera fantástica hoy». Si Lewis Hamilton estuviera listo en Abu Dabi, Russell pasará al fondo del pelotón con Williams. Al término de la última carrera, Sergio Pérez no tiene volante para 2021. Efectivamente, el GP de Sakhir fue como un cuento de hadas.

Con la victoria del mexicano y el tercer puesto de Lance Stroll, Racing Point endosaba un fenomenal hachazo a McLaren, a quien sacaba 27 puntos de una tacada y le arrebataba la tercera posición de Constructores, que ha ido cambiando entre Renault, McLaren y el equipo británico en las tres últimas carreras. Pero el mazazo podría ser letal para el equipo de Carlos Sainz, ahora a diez puntos de Racing Point a falta de la última prueba, tras perder los catorce de ventaja que traía McLaren a «Sahkir 2».

Sainz, al borde del podio

Distinta carga aerodinámica, viento, configuración diferente…El MCL35 se caía incomprensiblemente de ritmo para Sainz y los suyos en el transcurso de solo una semana. Pero tanto sábado como domingo, el español confirmó de nuevo su extraordinaria solvencia en todas las áreas. A base de experiencia arañó un octavo puesto crucial para la carrera, habida cuenta del superior ritmo de sus rivales. En la prueba, se colocó tercero durante el primer relevo. Pero no pudo mantener tan privilegiada posición. Por un lado, la estrategia a dos paradas que su equipo mantuvo a toda costa, frente a la única en Renault y Racing Point. Segunda, un coche de seguridad virtual que salió justo al pasar el español por boxes, y que se retiró cuando entraba en el siguiente giro. Allí, Sainz perdió las posiciones claves con Estaban Ocon y Lance Stroll, que al final terminaron por delante en la meta. Al final, incluso Valtteri Bottas le frenaba en su remontada final para intentar alcanzar al canadiense y su tercer puesto.

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«Por mi parte, hice todo lo que pude. Son circunstancias de carrera», explicaba un Sainz que, a pesar de todo, no tenía nada que reprocharse. «Un par de coches tuvieron más suerte con las paradas del coche de seguridad, pero además ha habido coches que eran más rápidos que el nuestro. Checo iba último y nos metió diez segundos, y eso que nosotros teníamos un neumático más fresco», resumía el español. «No estoy frustrado, si al final te sale una carrera buena… Ocon y Stroll tuvieron más suerte, y Pérez se lo merece por el año que lleva». La próxima será su última salida con McLaren. Y con un gran desafío para terminar.