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Bottas vence, pero no convence

«A quien corresponde, jodeos», Valtteri Bottas acababa de ganar el GP de Australia de 2019. Aquel mensaje por la radio se interpretó como una especial dedicatoria a un patrocinador personal que le había abandonado la temporada anterior, justificando la decisión en su rendimiento frente a Lewis Hamilton. Al terminar el reciente GP de Rusia Bottas siguió con la misma fijación: «A quien pueda concernir, que se joda», repetía bajo la bandera a cuadros. En esta ocasión, el mensaje parecía destinarse genñericamente a todos aquellos que han dudado o cuestionan su capacidad para batir al británico.

El GP de Rusia varió el perfil de una temporada eminentemente dominada por Mercedes y Lewis Hamilton. Aunque no ganara este, la última cita del campeonato añadió poco aliciente al campeonato porque la victoria del finlandés solo restó diez puntos en la clasificación general a su compañero, quien aún le aventaja por 46. La cita rusa tan solo retrasó la posibilidad cierta de que Hamilton alcance uno de los grandes hitos aún pendientes en la Fórmula 1: las 91 victorias de Michael Schumacher. Quizás lo consiga en el próximo GP de Alemania. Pero ojo, el pasado año el equipo de Netflix acompañó a Mercedes solo una carrera en toda la temporada, precisamente en Hockenheim: precisamente, la peor del año para el equipo. En 2020 los de Netflix estuvieron presentes en Sochi para inmortalizar cómo Hamilton igualaba el récord de Schumacher y recogerlo en su ya famosa serie anual sobre la Fórmula 1. Tendrán que volver a Alemania en dos semanas. En Mercedes deben estar ya temblando.

Reivindicación personal

Pero mientras en 2019 el desahogo de Bottas se antojaba una legítima reivindicación, parecía ahora responder a una frustración subyacente que parece durar toda la temporada. El finlandés ganaba la primera carrera de 2020, en el Red Bull Ring. Sin embargo, desde entonces no ha vuelto a ganar, ha sido derrotado una y otra vez por su compañero, por Max Verstappen e incluso por Pierre Gasly. En Sochi, Bottas lideró la prueba solo después de que Hamilton encajara dos sanciones por valor de diez segundos. El sábado no ocultaba su desconcierto cuando el británico le endosaba siete décimas en los clasificatorios, para perder una vez más la 'pole'. En la salida tampoco pudo superarle a pesar de sus intentos. Y solo cuando Hamilton hubo de cumplir su sanción en boxes pudo colocarse en cabeza. Ese reproche genérico tras la victoria en Sochi no se antojaba precisamente la reivindicación de una pretendida superioridad sobre Lewis Hamilton este pasado fin de semana.

Sin mayores rivales para Mercedes, Sochi se convertía en escenario de esa otra vertiente del británico cuando no se pasea a placer como es habitual. A pesar de lograr el sábado otra nueva 'pole', lamentaba una «sesión estresante, siempre con el corazón en la boca» tras la bandera roja fruto del accidente de Vettel. El domingo no refrenaba sus quejas por la radio sobre la sanción recibida, cuestionando a los comisarios por una infracción claramente delimitada en las notas de Dirección de carrera. Retrasado en la clasificación tras cumplir los diez segundos en boxes, sus quejan se dirigían entonces hacia la estrategia de su propio equipo. Ricciardo recibía también una sanción por exceder los límites de pista en la curva 2 «Culpa mía. Intentaré ir más rápido para recuperar», contestaba por la radio el australiano, en claro contraste con la actitud del británico. De talento excepcional, la victoria permanente y el dominio de Mercedes parecen haber acostumbrado malamente al británico. A pesar de terminar tercero.

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Pérez reina en la clase media

En la intensa pugna de la clase media habitual en la presente temporada, Checo Pérez triunfó por partida doble. Ciertamente, Max Verstappen fue capaz de intercalarse entre Bottas y Hamilton en la meta, producto nuevamente de su extraordinario talento. Red Bull no imaginaba el viernes un segundo puesto como el logrado finalmente en Sochi. Pero el cuarto del mexicano debñia saborearse con especial intensidad. Sustituido por Sebastian Vettel para 2021 a pesar de su magnífico trabajo y superioridad sobre Lance Stroll, se quejaba antes de empezar el fin de semana por sentirse ya apartado en el apartado técnico. El equipo anunciaba que las últimas evoluciones introducidas en Mugello se reservaban para el canadiense por no disponer de más, precisamente debido al accidente del propio Stroll. El sábado, Pérez le machacaba en los clasificatorios. El domingo, aunque el canadiense era sacado de la pista, el mexicano ofrecía al equipo uno de los mejores resultados de la temporada a pesar de su personal contexto.

Que fue el caso contrario para McLaren. Cuando el español terminaba tercero en los libres del sábado, piloto y equipo se mostraban esperanzados de contar con un MLC35 similar al de Monza. Pero el viento cambió, y tanto Sainz como Norris volvieron a sufrir la sensibilidad de su monoplaza a las condiciones ambientales, particularmente cuando sopla viento de cola. Sexto y octavo, esperaban que las condiciones favorables volvieran a reinar en la pista de Sochi el domingo. No hubo tiempo para comprobarlo. Siempre lanzado al riesgo en las salidas, y sin haber perdido ninguna posición en la primera curva en toda la actual temporada, Sainz se salñia del trazado para evitar contacto con Stroll, pero el remedio fue peor que la enfermedad al no poder evitar por un error de cílculo el contacto con el muro al trazar la chicane obligatoria de retorno a la pista. Y fue Lando Norris quien precisamente tuvo que levantar el pie para evitar a su compañero cuando este rebotaba hacia la pista, desplazado así hasta la última posición. A pesar de los esfuerzos del equipo con la estrategia, Lando Norris terminó fuera de los puntos. Por primera vez en 2020, McLaren no puntuaba en un gran premio. Definitivamente, no era el día.