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Ferrari: tiro en el pie o por la culata

El Gran Premio de Rusia tampoco se convirtió en excepción. Y si en Singapur el inesperado doblete -polémica incluída- sorprendió hasta al mismo Ferrari y sus pilotos, Sochi terminó con otro doblete, aunque también en esta ocasión inesperadamente decantado a favor de Mercedes.

«Echando la vista atrás a pasadas carreras en Rusia, sabemos que es importante ser primero en la primera curva. Normalmente, si empiezas primero, terminas primero», explicaba Mattia Binotto para justificar otro nuevo lío entre sus pilotos. «Cómo equipo, obviamente la victoria era clave, así decidimos que lo más importante para nosotros era ser primeros y segundos en la vuelta inicial, porque hubiéramos controlado y gestionado el ritmo y las posiciones. Que es lo que estaba ocurriendo, y sin los problemas de fiabilidad (de Vettel) con seguridad hubiéramos mantenido las dos primeras posiciones antes de las paradas en boxes».

Ferrari jugó sus cartas magníficamente. En la primera curva los dos monoplazas rojos ya estaban por delante de Hamilton. Pero era Vettel quien desde la segunda línea ocupó la primera posición. El acuerdo establecido en el seno del equipo antes de la carrera significaba un cambio de posiciones en vueltas posteriores. Pero Vettel se negó a cumplir con las peticiones del equipo. Como en Singapur, comenzó otro festival radiofónico por parte de Charles Leclerc exigiendo que su compañero cumpliera con su parte del pacto. Pero Ferrari se encontraba entre la pared del alemán y la espada del monegasco.

La fortuna, de cara a Hamilton

Con aire limpio, Vettel era más rápido. Con aire sucio, Leclerc no podía acercarse lo suficiente a su compañero para superarle, como el alemán pedía al equipo para acceder a la maniobra. ¿Verdad, o excusas para no ceder el paso? Hamilton acechaba, y si el Vettel hubiera ralentizado el ritmo para dejar pasar a Leclerc se ponía a tiro del británico. Ferrari lo arregló todo con un 'undercut', con el que Leclerc superaba a Vettel tras las paradas en boxes. Todo en orden. Pero cuando parecía que Ferrari controlaría fácilmente la carrera la fortuna acompañó esta vez a Hamilton. En parte, como al alemán en Marina Bay.

A diferencia de Ferrari, Mercedes optó por arrancar con neumáticos medios para alargar su parada. Pero perder la segunda plaza y rodar más largo se volvió inesperadamente a favor del británico cuando se lanzaron los dados del coche de seguridad. Era Hamilton quien tenía pendiente su parada y no los Ferrari. Pero la crueldad última era que la neutralización que favorecía al británico era provocada por la avería de motor en el monoplaza de Vettel. Hamilton cambió de neumáticos y volvió a la pista en cabeza. Un gran regalo. Bottas luego se dedicaría a proteger a su compañero de los ataques finales de Charles Leclerc. El domingo, el SF90 no contaba con ese 'jet mode' que asustó a Hamilton el sábado en los entrenamientos. El monegasco tuvo que conformarse con la tercera posición, cuando el doblete de Ferrari estaba encarrilado.

A pesar del resultado, el Gran Premio de Rusia ha confirmado el salto cualitativo de Ferrari en Singapur. Los antecedentes de Marina Bay y Sochi hacen presagiar que el SF90 será muy competitivo en el resto de pistas. Incluso superior al W10 de Mercedes. Sin embargo, el equipo alemán podría proclamarse campeón ya en Suzuka, la próxima parada del mundial. Hamilton ha logrado su novena victoria y está a tiro de piedra. Mientras, seguro que en Ferrari las reuniones post carrera habrán sido tormentosas. A pesar del maquillaje que Mattía Binotto intentaba hacer de lo acontecido en la pista entre sus dos pilotos.

Gran progreso de McLaren

«Hoy ha sido un día difícil, hemos probado cosas en los libres dos que evidentemente no han funcionado porque si no, no hubiéramos estado tan atrás. De todos modos, aunque las cosas vayan mejor tiene pinta de que este fin de semana va a tocar sufrir. Tenemos que investigar y ver qué solución podemos encontrar, pero no tiene solución fácil». Así resumía Carlos Sainz un viernes en el que anticipaba un complicado fin de semana para McLaren. El domingo, tanto el español como McLaren habían logrado uno de los mejores resultados de la temporada, sexto Sainz y octavo Lando Norris ¿Cómo semejante vuelco?

Para empezar, los técnicos de McLaren supieron reconducir la puesta a punto del MCL35, una tortura para Sainz en el último sector. El tiro al aire con sus reglajes del viernes fue reconducido. Con más confianza en su monoplaza, el español creció en los entrenamientos hasta lograr «posiblemente la mejor vuelta de la temporada», en sus propias palabras. Luego, era cuestión de acertar con la salida.

Sainz salió como un cohete, hasta incluso superar a los dos Mercedes y rodar durante unos centenares de metros en tercera posición. Pero protagonizó otro de los momentos cruciales del fin de semana cuando decidió no cebarse ni disputar la posición a Hamilton. A partir de aquí, desde el cuarto puesto y con la misma cabeza, Sainz se dedicó a gestionar la prueba para terminar con la racha negativa desde la vuelta del verano. No disputó las batallas que no podía ganar. El coche de seguridad favoreció a Alexander Albon, quien con gomas blandas y nuevas superó al español en los compases finales de la carrera.

Pero Sainz lograba otro sexto puesto, otra vez el primer del resto, así durante casi la mitad del campeonato. McLaren ha pasado de los cien puntos por primera vez desde 2014. «El coche irá mejor en las curvas rápidas de Suzuka», anticipaba Carlos Sainz. De repetirse el esquema de las primeras carreras del campeonato, toca buena racha.