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El GP de España que nadie parecía querer ganar

“Creo que tenia la carrera controlada” reconocía Charles Leclerc en la rueda de prensa posterior al GP de España de Fórmula 1. Y no le faltaba razón. La fortuna y la fiabilidad juegan fuerte en las carreras y se cebaron en Ferrari y Charles Leclerc en el área más fuerte del equipo italiano desde la pretemporada. Max Verstappen como Red Bull confirmaron por qué fueron capaces de batir a Mercedes y Lewis Hamilton el pasado año, la resiliencia, pero recordando de nuevo que este año la fiabilidad puede ser la daga que se clave en sus aspiraciones a lograr ambos títulos. Aún con todo, Max Verstappen es el nuevo líder del campeonato.

Montmeló abría una nueva fase del certamen con la oleada de mejoras en varios equipos, que no todos. Ferrari sí recuperó con las suyas (alerón y fondo plano, principalmente) la diferencia perdida con Red Bull en las dos anteriores. La sensacional pole de Leclerc era acompañada por la corrección del rendimiento del F1-75 del viernes, que acusaba demasiada degradación frente el monoplaza austríaco.

Carlos Sainz

Corregido ese problema y con una gran salida, Charles Leclerc dejaba en el aire ardiente de Montmeló que, a diferencia de Miami, Verstappen iba a tener sudar para ganar, y no solo físicamente hablando. Pero el equipo austríaco se empeño en auto eliminarse como en otras carreras. Primero, cuando sus monoplazas estuvieron a punto de no poder salir por la temperatura del combustible. Luego, cuando Verstappen se salía de la pista en la curva 4 tras un golpe de viento, siguiendo a Leclerc. Por último, se repetía el error del día anterior cuando falló el DRS. De nuevo, esa fiabilidad que exaspera a Verstappen, y sobre la que Horner le pedía recientemente que no se preocupara.

Russell, el único rival de Verstappen en el GP de España

Verstappen se quejaba en Miami de que la actitud de su equipo era “acertar o fallar”, todo o nada con la fiabilidad. En esta ocasión, el equipo supo reaccionar con la estrategia a tres paradas y las órdenes de equipo, una señal para Sainz para saber cómo se las gasta ya el equipo austríaco entre sus pilotos. Al final, el único rival para Verstappen fue George Russell cuando Red Bull comprobó aliviado que sus dos rivales sí se eliminaron totalmente. Primero Sainz en la arrancada, y más tarde con una salida de pista idéntica a la que luego sufriría Verstappen. Después, con Leclerc y su avería mecánica. Aún manteniendo el ambivalente perfil de carreras anteriores, ahora es Max Verstappen quien lidera el campeonato.

Pero si Ferrari y Red Bull se emparejaban en rendimiento en Montmeló, Mercedes y sus pilotos parecen haber recibido oxígeno con una últimas novedades y comprensión de sus problemas que podrían alterar la fisonomía del campeonato si Russell y Hamilton llegan a intercalarse entre los dos equipos que se reparten las victorias. Tanto viernes y sábado, el equipo alemán confirmó la corrección del ‘porpoising’ que ha limitado la búsqueda de rendimiento último y que según Wolff “no podía corregirse con métodos científicos”.

Lejos aún, pero más cerca de Red Bull y Ferrari, desde Montmeló el equipo alemán podría empezar a materializar en la pista ese rendimiento teórico que el W13 ofrece en el mundo virtual. Hasta ahora, el monoplaza alemán ha rendido mejor en las curvas lentas. En Mónaco ya podrían complicar la vida a sus rivales. Más adelante, de confirmarse la eliminación del efecto rebote, queda en el aire la capacidad de Mercedes para estropear la fiesta a sus rivales según el circuito y enredar la pugna por el título. Sin embargo, Lewis Hamilton puede encontrarse con un desafío adicional de puertas para adentro si se mantiene la actual tendencia, porque su compañero ya le bate regularmente los sábados. Como Sainz, el británico no parece sentirse cómodo a una vuelta con la zaga de su monoplaza.

Fernando Alonso

Sainz sigue sin adaptarse

Precisamente para el español su gran premio resultó letal, la confirmación de que sus problemas de adaptación al F1-75 no se corrigen a corto plazo. “Es un tema muy específico, de mucho detalle para explicar, y también hay cierta confidencialidad para el equipo”, explicaba Sainz al terminar el gran premio. “Por las cámaras se puede ver que no estoy ahí todavía en comparación al pasado año, el coche es un poco demasiado crítico para mi gusto, así, o te adaptas, o pones el coche más a tu gusto. Son dos cosas que requieren tiempo y experiencia, que requieren prueba y error, y estoy en el proceso de corregirlo. Pero además tengo al lado a un piloto que está logrando un rendimiento excepcional con este coche, esta logrando vueltas impresionantes y un gran pilotaje, y solo puedo en algunas cosas copiarle, y en otras poner el coche a mi gusto para ser más rápido. Como piloto hay que pasar este proceso y este desafío”. Sainz espera que Mónaco, una pista siempre favorable, le alivie ese proceso.

Fernando Alonso logró en Montmeló puntuar de nuevo, un objetivo que se resistía tenazmente por diferentes motivos, y escasamente imputables al piloto. Alpine volvía a dar una de cal y dos de arena, con una gran gestión de carrera, pero con los errores del sábado en entrenamientos y el domingo, nuevamente en los boxes. «He salido quinto o sexto en algunas carreras y no he podido coger puntos, siempre ha pasado algo, y esta vez saliendo último y aprovechando a cambiar el motor, sacrificando este fin de semana, sabiendo que era difícil puntuar… Así que, el mundo al revés», declaraba al final de la prueba. Y como telón de fondo, una continuidad en Alpine que parece flotar en el aire.