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La victoria de Vettel y lo que pudo haber sido y no fue

«Una victoria que da alivio». Así resumía Sebastian Vettel su triunfo en el Gran Premio de Brasil. Sin embargo, el desenlace dejaba un aroma en el aire de cuál hubiera podido ser el destino del campeonato si el piloto alemán y Ferrari no hubieran cometido errores en momentos clave. Ocho carreras ha costado conseguir otra victoria, cuando Vettel llevaba cuatro en su casillero al llegar el verano. Desde entonces, solo ha caído la de Brasil.

Normal que sintiera alivio, porque ni piloto ni equipo conseguían ganar desde el Gran Premio de Hungría, cuando aquel era líder de la clasificación general. Cabe preguntarse qué habría deparado un duelo entre Vettel y Hamilton hasta la última carrera al recordar el panorama hasta el parón veraniego. Casi con certeza se hubiera llegado con el título abierto hasta Abu Dabi. Pero el cruce de cables de Bakú (perdió la victoria por una reacción absurda para un piloto de su nivel) y los errores de Singapur dejaron a Ferrari en la lona. México fue el remate. Era previsible que la fiabilidad -o la falta de ella- entrara en la ecuación en la última parte de la temporada y en Malasia y Japón el equipo aportó su grano de arena. Pero sin los errores de su piloto Ferrari aún podría haber mantenido abiertas sus opciones. El Gran Premio de Brasil fue un buen recordatorio de ello.

Error de Hamilton el sábado

Quién sabe si Hamilton no hubiera acabado contra las protecciones el sábado de haber seguido bajo la tensión de la lucha por el título. En todo caso, el piloto alemán no desaprovechó la debilidad de Valtteri Bottas, puesto en evidencia a la vez por el piloto alemán en la arrancada y por su compañero de equipo en la línea de meta, a escasos segundos de su monoplaza.

Vettel ganó la carrera en la primera curva. Como tantas otras veces esta temporada, la ventaja de la posición en pista jugó a favor del primero al completar el giro inicial, y la carrera fue anodina y sin alternativas entre el trío de cabeza. Bottas tenía la gran oportunidad para resarcirse de una segunda parte de campeonato que ha degradado su cotización notablemente. No pudo aprovecharla Y Hamilton consiguió aliviar en parte el orgullo herido del sábado.

Alonso mira a 2018

Mientras tanto, Fernando Alonso vive en clave 2018. El equipo y su piloto esperan con ansiedad la próxima temporada, y más áun en el caso del español. La carrera brasileña ofreció un buen resumen de la segunda parte del campeonato para McLaren y el piloto español. Se visualizó ese monoplaza limitado de prestaciones en las rectas puesto en evidencia con el fácil adelantamiento de Massa. Con 16 km/h menos en las rectas el sábado, Alonso supo compensar esa desventaja el domingo agarrándose al monoplaza de Massa con el DSR abierto como hiciera con el Hass de Magnussen en México. Y una vez más, sacó petróleo para terminar entre dos monoplazas con motores Mercedes. Cuando llovía, fallaba la fiabilidad, y cuando esta respetaba al monoplaza, no llegaba el necesario asfalto mojado. En Interlagos llegaron los puntos al menos.

McLaren trabaja «al 98%» para la próxima temporada desde hace ya muchas carreras, esperando con los brazos abiertos a ese motor Renault que ponga al futuro MCL33 en liza con Red Bull. De momento, como en México, como en Interlagos, el monoplaza británico volvió a dejar en el aire la sensación de que es posible.

Por ello, Alonso no ve el momento de que empiece la pretemporada de 2018. Y el fin de semana brasileño volvió a confirmarlo. De momento, prepara una 'supertemporada' que ningún otro piloto de Fórmula 1 ha protagonizado en mucho tiempo. La próxima semana, con Toyota en los entrenamientos privados de Bahrein, preludio de su participación en las 24 Horas de Le Mans. Después, de cabeza hacia las 24 Horas de Daytona. Y junto a la temporada de Fórmula 1, la carrera francesa y un amplio programa «se está trabajando en ello» con el fabricante japonés para el Mundial de Resistencia. ¿Hay quién da más? Por eso, el español aparecía un piloto 'enchufado' de motivación al terminar el Gran Premio de Brasil. Y no solo por su pelea con Felipe Massa por un séptimo puesto. Porque en su cabeza, Fernando Alonso ya se siente en otra dimensión. Aunque aún no haya empezado 2018