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El karma de Hamilton y Vettel

«Primero, estoy muy agradecido por la oportunidad de ganar un gran premio y, segundo, por el contrario, con la sensación de que no piloté de la forma que normalmente lo hago, y eso me duele en el corazón, porque no es que me esté concentrando en otras cosas. He tenido problemas este fin de semana». Lewis Hamilton ganó una carrera que sentía no haber merecido, mientras que el piloto que había dominado todo el fin de semana, Sebastian Vettel, ni siquiera subió al podio. Quizás fue una suerte de boomerang del destino, el karma de aquel Gran Premio de Australia donde también ganó el piloto que menos lo merecía. Pero que estaba en el sitio adecuado y el momento adecuado, como Hamilton en Bakú. Vettel, curiosamente, también hubo de reconocer que en aquella primera cita no pilotaba a la altura de sus posibilidades ante su falta de confianza con el SF71H.

El Gran Premio de Azerbaiyán se volvió loco, afortunadamente. Otra carrera que añadió más alicientes a un campeonato con un patrón radicalmente diferente al de estos últimos años. Pero cuyos resultados no están respondiendo a la teórica jerarquía que se iba definiendo cada fin de semana. Fue el caso de Vettel en Albert Park, de Ricciardo en China, o de Hamilton en Bakú. Y que Mercedes haya logrado su primera victoria en la cuarta temporada confirma cómo se están rompiendo los esquemas vividos desde 2014, primer año de la tecnología híbrida.

A Bottas le faltó la suerte

Bottas perdió el triunfo como también la dinámica de la carrera perjudicó a un Vettel que también lo tuvo en el bolsillo. Como en China, el piloto de Ferrari salió perjudicado por unos incidentes aleatorios que tanto están haciendo disfrutar a los aficionados. Sin embargo, la victoria de Hamilton y su rendimiento durante el fin de semana servía para sacar a la superficie su rendimiento inusual en 2018.

Porque parece que al británico le falta fuelle esta temporada. Bernie Ecclestone le lanzaba un ataque antes del fin de semana. «Hamilton ya no es el mismo». De hecho, daba esa impresión en la rueda de prensa tras los entrenamientos, o escuchando sus mensajes por la radio en las últimas carreras. De ahí su autojustificación en las palabras de final de carrera. «No tengo la cabeza puesta en ninguna otra parte». Habrá que comprobar en las próximas carreras si Ecclestone tenía o no razón.

El viento del Gran Premio de Azerbaiyán revolvió la carrera con más imágenes singulares. Las de un Pérez con Force India arrebatando en la recta final de la carrera el podio a Vettel. Gran salto de un equipo que comenzó con el pie cambiado en 2018. O la de los dos pilotos de Red Bull haciéndose el 'harakiri' ante la desesperación de los suyos. Y aunque las culpas se repartieran a partes iguales, no hay carrera en esta temporada en la que a Verstappen no se le pueda imputar un error. La estrella del holandés empieza a estar cubierta por nubes que necesita disipar cuanto antes. Porque podría asentar la imagen de que su gran talento natural y su instinto tienen como contrapunto una impaciencia y falta de inteligencia para gestionar los momentos de frustración.

Gran trabajo de Sainz

Para Carlos Sainz, por su parte, el Gran Premio de Azerbaiyán supuso una necesaria reivindicación en el momento más oportuno al lograr el mejor resultado de la temporada para Renault. El resultado llegaba tras un error del propio Hulkenberg cuando el alemán intentaba alcanzarle desesperadamente durante la carrera. El piloto alemán se está mostrando extraordinariamente sólido esta temporada, pero su error a la caza del español suponía una pequeña victoria moral que realzaba el quinto puesto final de Sainz en el seno del propio equipo.

En cuanto a Fernando Alonso, la carrera de Bakú volvía a visualizar el contraste entre los resultados y el nivel medio de su monoplaza, asumido ya en McLaren el error de enfoque con el MCL33. Con mayor énfasis este fin de semana si cabe recordando ese monoplaza con dos ruedas pinchadas y con el fondo plano tocado que volvía a la pista en la última posición y terminaba de nuevo séptimo. ¿Alonso sexto del campeonato? McLaren necesita urgentemente reaccionar. La despedida de Tim Goss, uno de sus responsables técnicos confirmaba esa crisis, y la visita de Flavio Briatore -manager de Alonso- a Bakú sirve como aviso al equipo británico por si no reacciona a partir del Gran Premio de España. Porque podría perder a su piloto a final de la presente temporada.

El Gran Premio de España será la próxima cita del calendario. Comienza la segunda fase de la temporada, con avalancha de novedades y evoluciones para todos los equipos. De momento, la Fórmula 1 no podía haber empezado mejor. Y que dure.