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En 2014: Victoria deportiva, pero sobre todo psicológica

El Gran Premio de Estados Unidos ilustró la posición de Lewis Hamilton y Nico Rosberg a lo largo de la temporada. Y en un momento decisivo para la lucha por el título. La sensación de superioridad del británico desde el Bélgica se reafirmó  con el  'hachazo' a su rival en la vuelta 24,  mitad golpe de felino, mitad error de Rosberg. «Le pillé cuando no se lo esperaba». Luego se inició un fascinante duelo entre ambos, con secuencias de vueltas en las solo milésimas separaron a ambos.

Hamilton ganó deportiva y psicológicamente. Fue una victoria deportiva pero, sobre todo, psicológica. Rosberg debió comprender de nuevo que carece de armas contra Hamilton.  Era la décima victoria por las cuatro del alemán, a pesar de que este salía desde la pole.

Por detrás, la carrera fue muy movida. Daniel Ricciardo, con una estrategia de carrera que ayudó a su magnífico ritmo, superó a Alonso, que le había superado en la salida, como Felipe Massa y Bottas para terminar tercero. El cuarto y quinto puesto  los dos pilotos de Williams permitían que y el el equipo británico se asentara  en la tercera posición de Constructores, pero quedaba la sensación de haber perdido un claro podio que parecía más que posible al principio de la prueba.

Como ya había anticipado Fernando Alonso, el balance de Austin fue muy duro para Ferrari. 1,5  y 1,7 segundos respecto a la pole de Mercedes el sábado. 1 minuto y 36 segundos de diferencia frente al ganador el domingo, con Raikkonen doblado y en la antepenúltima posición. Alonso terminó con Vettel pegado a su alerón trasero pese a que el alemán había arrancado desde boxes, y había vivido una carrera en solitario.

Con cincuenta puntos en juego en la última carrera de la temporada, el título iba a quedar abierto hasta Abu Dabhi. Era la única oportunidad que le quedaba a Nico Rosberg. Pero, después de lo visto en el Gran Premio de Estados Unidos, estaba claro quién era el ganador moral de 2014.