A lo largo de sus siete décadas de existencia, Alpine ha forjado una historia rica en hazañas deportivas y momentos memorables, pero si hay un escenario donde esa leyenda cobra especial vida es en las 24 Horas de Le Mans. Desde su fundación en 1955 por Jean Rédélé, la marca francesa ha mantenido una relación íntima con esta mítica prueba de resistencia, un vínculo que en 2025 se renueva con determinación, tecnología y espíritu competitivo.
Debut de Alpine en Le Mans
La primera aparición de Alpine en Le Mans data de 1963. Apenas un año más tarde, la firma celebraría su primera victoria en su categoría, un logro precoz que anunciaba el potencial de una casa automovilística con ambiciones claras. El punto culminante llegó en 1978, cuando Alpine conquistó la gloria absoluta en la Sarthe.
Tras un largo periodo de ausencia, la marca regresó en 2013, adaptándose a los tiempos con un nuevo enfoque en la categoría LMP2, donde sumó tres victorias que reafirmaron su talento para la resistencia.
El año pasado marcó un nuevo capítulo: Alpine volvió a la cima con el A424, su prototipo Hypercar, con el que compite en la categoría reina del Mundial de Resistencia (WEC). Aquel debut en Le Mans fue esperanzador, con el coche clasificándose para la Hyperpole, aunque la carrera acabó en decepción con un doble abandono, el único registrado hasta ahora en la trayectoria del A424. Sin embargo, lejos de desanimarse, el equipo transformó el tropiezo en una oportunidad para evolucionar.
Desde entonces, Alpine ha recorrido un camino de aprendizaje y perfeccionamiento. En las siete carreras disputadas tras su primera participación en la Sarthe, el equipo ha pulido cada aspecto del A424. El podio logrado en las 6 Horas de Fuji en 2024 marcó un punto de inflexión, al que siguieron resultados sólidos en Imola y Spa-Francorchamps, donde el equipo francés subió nuevamente al tercer escalón del podio en mayo de 2025.
Optimistas en la edición Le Mans 2025
Estos logros no son casualidad, sino el fruto de una preparación meticulosa. En su camino hacia la edición 2025 de Le Mans, la marca francesa ha intensificado los entrenamientos y el desarrollo técnico. Las pruebas en el Circuito Paul Ricard, así como un exigente shakedown en Magny-Cours, han servido para anticiparse a los imprevistos de una carrera tan larga como implacable. En Le Mans, cruzar la meta ya es un triunfo, y Alpine lo sabe.
Desde hace días, el equipo Alpine Endurance ha instalado su base en la región de Sarthe, donde la preparación ha sido tan rigurosa como entusiasta. La semana previa a la carrera está cargada de rituales y momentos clave: el ‘Pesage’, donde la FIA y el ACO inspeccionan a fondo los coches, marca el inicio oficial de la aventura. Luego llega el desfile de los coches por las calles de Le Mans, un momento de comunión con el público que anticipa la intensidad que vendrá en pista.
Al volante de los dos A424 estarán seis pilotos de gran talento. El coche número 35 será conducido por Charles Milesi, Ferdinand Habsburg y Paul-Loup Chatin, mientras que el número 36 estará en manos de Mick Schumacher, Frédéric Makowiecki y Jules Gounon. Ellos serán los encargados de afinar los reglajes, trabajar las estrategias de carrera y, sobre todo, mantener el ritmo en un circuito de 13,6 kilómetros que no perdona errores.
El nuevo formato de clasificación, con dos sesiones de Hyperpole que exigen el máximo en tiempo limitado, añade aún más tensión a una semana ya de por sí exigente. El equipo debe rendir a la perfección en cada tanda: entrenamientos libres, clasificación, pruebas nocturnas… todo es preparación para el verdadero reto, la carrera del sábado.
Alpine Alpenglow Hy6 de hidrógeno
Pero Le Mans no es solo una prueba deportiva. Para Alpine, también es una plataforma para mirar al futuro. Durante la semana, la marca presentará su prototipo Alpenglow Hy6, un vehículo movido por hidrógeno (aquí más información) que anticipa el compromiso de la firma con la innovación sostenible. Este coche concepto, ya exhibido en el Salón de París 2024, encarna la visión de una deportividad sin emisiones, donde la emoción y el respeto ambiental conviven en armonía.
A modo de homenaje, un desfile con modelos históricos de Alpine recorrerá el circuito, celebrando los 70 años de la marca. Será un recordatorio de que cada vuelta que dé el A424 este año está construida sobre una herencia que comenzó con Jean Rédélé y que hoy se proyecta al futuro.
Philippe Sinault, director del equipo Alpine Endurance, lo resume con claridad: “Hemos progresado mucho, pero Le Mans sigue siendo un reto incomparable. Cada vuelta es una oportunidad para prepararnos, y sabemos que necesitaremos un rendimiento impecable para lograr un buen resultado. Estamos listos”, señala.
Alpine llega a Le Mans con ambición y respeto. El objetivo no es solo competir, sino reivindicar su lugar entre los grandes. Con cada kilómetro, la firma del rombo azul reafirma que la leyenda sigue viva y que, en la Sarthe, Alpine no corre contra el tiempo: corre por la historia.
