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45 años de Mercedes Clase G: Victoria en el rally París-Dakar

El Mercedes Clase G es una caja de sorpresas repleta de historias, y una de ellas nos lleva directamente al norte de África. En su sexta edición, el Rally Dakar (por aquel entonces, París-Dakar) ya se había convertido en una de las carreras más famosas del mundo por su extrema dureza, por lo que participar de forma oficial en este rally-raid con el Clase G para probar su robustez parecía una gran idea… Y ganarlo, mejor aún. 

El punto de partida era el 280 GE, propulsado por el solvente motor M110 atmosférico de seis cilindros en línea alimentado por inyección mecánica de gasolina. La base del Clase G era adecuada para un rally todoterreno con pistas en mal estado y gran cantidad de arena. No en vano, el Range Rover era el único vehículo que había logrado vencer en dos ocasiones, con una arquitectura similar a la del Clase G, formada por dos ejes rígidos y un chasis de largueros apoyado en ellos mediante muelles. Además, el Volkswagen Iltis, que rivalizaba con el G en el terreno militar, también había ganado una edición.

Así era el Clase G que ganó el París Dakar en 1983

Pero lo cierto es que la carrera era cada vez más rápida y competida. El Renault 20 Turbo de los hermanos Marreau había sido el ganador de la edición anterior, y los 158 CV de la versión de baja compresión del M110 montada en el 280 GE no parecían suficientes para permitirle luchar por la victoria, así que el motor fue reemplazado por una versión potenciada que rendía en torno a 220 CV.

No faltaron tampoco un sistema de refrigeración adicional para la transmisión ni un regulador manual del encendido que permitiera adelantarlo a voluntad para evitar las autodetonaciones producidas por el combustible de mala calidad habitual en la época en el norte de África.

1983 mercedes clase g 280 ge paris dakar zzz Motor16

Paralelamente, el vehículo se aligeró reemplazando algunos paneles de chapa de acero estampada por otros de plástico reforzado por fibra de vidrio, y la carrocería recibió una serie de mejoras aerodinámicas, con secciones curvas en el marco del parabrisas fabricadas con tubos de desagüe, así como apósitos de chapa de aluminio en la zona trasera que reducían el flujo turbulento característico que se forma tras las zagas truncadas de las carrocerías como la del Clase G.

Toma de admisión elevada, filtros de combustible, protecciones de bajos, amortiguadores y muelles de alto rendimiento y las habituales medidas de seguridad de los coches de rallys completaron la preparación de un vehículo no demasiado alejado de lo que cualquier particular podía adquirir en un concesionario.

De la plaza de la Concordia al Lago Rosa en un Clase G… o en cuatro

Cuatro Mercedes 280 GE tomaron la salida en la parisina plaza de la Concordia en la que sería una de las ediciones más duras de la historia de la carrera, que por primera vez atravesaba el temido desierto del Teneré, en Níger, donde una intensa tormenta de arena atrapó a los participantes e hizo que 40 de ellos acabaran completamente perdidos.

Dicho esto, los cuatro Clase G llegaron a la meta, y lo hicieron entre los ocho primeros clasificados, con Jacky Ickx como ganador de la prueba, copilotado por el actor Claude Brasseur. El piloto belga sumó aquel Dakar a sus dos subcampeonatos del mundo de Fórmula 1 y a sus seis victorias en las 24 Horas de Le Mans, si bien no fue capaz de lograr otro triunfo en la carrera africana, a pesar de intentarlo con diferentes vehículos hasta en 11 ocasiones posteriores.

1983 mercedes clase g 280 ge paris dakar 5 Motor16

Para ser justos, hay que aclarar que Mercedes y el propio Jacky Ickx ya habían intentado lograr la victoria un año antes, y la experiencia de aquella participación en 1982 fue crucial de cara a la victoria del año siguiente. 

Y aunque la victoria en el Dakar eclipsó cualquier otra noticia relacionada con el Clase G en 1983, aquel año el todoterreno alemán protagonizó una nueva remodelación de la gama que introducía colores metalizados para la carrocería, una caja de cambios de cinco velocidades y otra automática de cuatro relaciones, muy valorada por los más entusiastas del todoterreno.

Al año siguiente, todas las versiones recibían un servofreno más grande y neumáticos tubulares. Adicionalmente, el 280 GE adoptó un árbol de levas modificado, un nuevo sistema de encendido y un sistema de recirculación de gases de escape para cumplir con la normativa de emisiones en vigor más rigurosa, limitándose su potencia a 150 CV.