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24 Horas de Le Mans 2015. Porsche arriesga y gana

Cuando la Fórmula 1 se encuentra en sus horas más bajas con carreras aburridas, previsibles y monótonas, la verdad es que da gusto asistir a una carrera de resistencia mítica como las 24 Horas de Le Mans y comprobar que todavía uno puede vibrar y emocionarse con una competición automovilística donde el ganador no es el coche más rápido si no el coche capaz de cubrir la máxima distancia posible en el tiempo establecido.

Y es que lo bueno de las carreras de resistencia como la de las 24 horas de Le Mans, es que una gran inversión por parte de una marca le facilita estar en los puestos de cabeza pero no le asegura una victoria. Un aguacero, un accidente, un pinchazo… y todo se va al traste. Pueden cambiar las cosas en un segundo. Ganar las 24 Horas de Le Mans es una hazaña para la marca que lo consigue, que además va aparejada a un test de resistencia mecánica, fiabilidad y velocidad de los coches que normalmente encuentra continuidad en los modelos de producción a los que se trasladan muchas de las soluciones probadas en competiciones de este tipo. Pero también se trata de un desafío para los pilotos que se enfrentan a una prueba de pasión, determinación y fortaleza. 

Un circuito de 340 km/h

Le Mans es uno de los circuitos más rápidos del mundo y su combinación de carretera abierta y pista lo convierte en uno de los más especiales pero también de los más peligrosos. En algunas zonas, los pilotos rozan los 340 km/h y si llueve el pilotaje requiere mucha sangre fría, nervios de acero, precisión y experiencia.

 Es un auténtico espectáculo que nadie se quiere perder, de hecho nunca, en ningún circuito del mundo y en ninguna categoría habíamos visto un ambiente entre el público como el que se crea alrededor de Le Mans desde varios días antes del día D en que se da la salida a esta mítica prueba. La ciudad francesa se vuelca con esta carrera histórica y un público entusiasmado procedente de medio mundo rodea el circuito hasta donde se pierde la vista.

Una ciudad que vive para los coches

Sorprende comprobar las muchísimas hectáreas de campos cubiertos por tiendas de campaña a la sombra de vehículos que uno no se espera encontrar allí si no en el garaje del Chateau más cercano. Porque acampados y pertrechados con su neverita, su barbacoa y su buena hamaca, uno puede encontrar felices propietarios que aparcan junto a su tienda, desde un Ferrari hasta un Rolls pasando por modelos de la talla de Bentley, Morgan, Porsche, Jaguar, TVR, McLaren… hasta convertir las zonas de acampada que rodean el circuito en una improvisada exposición de millones de euros sobre ruedas en combinación con el ambiente propio de un camping en el que, eso sí, las tiendas de campaña son lo menos parecido a las de Decathlon.

La camaradería se da por descontado, el ambiente que se respira transmite afición y pone los pelos de punta y en el fondo lo de menos es dormir, y lo importante es ver y escuchar a los 55 bólidos que se baten el cobre durante 24 horas seguidas a velocidades de infarto en seco o bajo una lluvia incómoda pero tan habitual en Le Mans como el queso.

Dominio de Porsche; Audi y Toyota juegan sus armas

Y eso precisamente es lo que han esperado prácticamente toda la carrera Audi y Toyota, sobre todo esta última, a que lloviera, para contrarrestar de alguna manera la mayor velocidad de los Porsche y su teórica ventaja en la pista. Y es que ya nada mas salir los Porsche 919 Hybrid números 17 y 18 pilotados por Timo Bernhard y Neel Jani se escapaban ligeramente de un grupo compuesto por los tres Audi, el Porsche número 19 y los dos Toyota, menos rápidos que sus rivales. Con la pista totalmente seca y un día precioso que pocos esperaban después de unos preliminares demasiado grises, los LM P1 corren tanto que en pocas vueltas ya están doblando a los participantes de las categorías LM GTE PRO Y LM GTE AM.

Problemas de juventud para Nissan

A los 35 minutos de la salida los primeros participantes entran en boxes aunque alguno porque no le queda mas remedio. Es el caso del español Lucas Ordóñez con el Nissan GT-R LM Nismo número 21, que realiza casi una vuelta completa con una puerta abierta. Pero ojalá ese fuera el único problema de los Nissan LM P1, ya que desde los primeros entrenamientos libres los ingenieros no consiguen hacer funcionar los acumuladores de este híbrido de la categoría 2 Megajulios y ruedan sin ayuda extra de potencia y por tanto muy atrás en los tiempos. Marc Gené, miembro del equipo a la hora de desarrollar el coche, nos comenta que son problemas lógicos en un programa a tres años y que en 2016 las cosas irán mucho mejor. De momento una gran parte de participantes de la categoría LM P2 lleva motores Nissan con una fiabilidad extraordinaria.

A las 4 de la tarde, justo una hora después de arrancar la carrera, sale a pista el primer Safety Car tras un toque de tres participantes se incendia un Porsche 911. El coche de seguridad está 23 minutos en pista pero esto no ha hecho más que empezar, saldrá muchas mas veces durante las próximas 23 horas. 

Sucesión de accidentes

Como hace a las seis de la tarde cuando en una melé de varios coches y ante una locura de banderas de peligro, el Audi número 8 choca contra las vallas de seguridad y destroza todo el frontal de su R18 e-Tron Quattro. Los Porsche parece que no están dispuestos a cometer ni un solo error y eso les va dando un margen que vale lo que su peso en oro en Le Mans.

Llega la noche y ni una sola nube de lluvia amenaza el dominio de Porsche número 19 del ex piloto Formula 1 Nico Hülkenberg, con Earl Bamber y Nick Tandy como compañeros, que sigue liderando la carrera desde antes de la media noche y que tuvo que remontar desde la sexta posición. Aunque los Audi R18 con los dorsales 7 y 9 siguen al acecho esperando el más mínimo fallo de su rival. Este año los Audi cuentan con un motor eléctrico más potente que llega hasta los 272 caballos y un motor V6 TDI de 4 litros de cilindrada y 558 caballos realmente optimizado frente al utilizado el año pasado. En total cerca de 850 caballos disponibles.

La madrugada se echa encima sin cambios notables en la clasificación y con la única novedad destacable del abandona del Nissan GT-R Nismo número 21 del que formaba equipo Antonio García.  A las 7 de la mañana Porsche sigue en cabeza seguido de los Audi que no bajan la guardia ni un milímetro. Durante la noche, la tan esperada lluvia no ha llegado por lo que no ha habido sorpresas a pesar de que se sabia que los Porsche desgastaban más las ruedas e iban a tener que pasar más a menudo por boxes.

Cuando el sol despunta por el horizonte, En la LM P2, el Oreca con motor Nissan número 47 de Bradley, Nowson y Lapierre comanda la clasificación. En la LM GTE PRO, el Ferrari 458 Italia de Bruni, Fisichela, Vilander amanece por delante de sus rivales, el Corvette, el Aston Martín y el Porsche 911. Y en la categoría GTE AM, el Aston Martin 98 de Dalla Lana, Pedro Lamy y Mathias Lauda mantiene a raya a sus rivales. 

Sólo unas gotas de lluvia

A las 11 de la mañana, a tan sólo cuatro horas de que concluya la prueba de resistencia más carismática del mundo, una sonrisa se dibuja en los ingenieros de boxes de Audi y Toyota. Comienza a chispear y negros nubarrones cuajan el cielo hacia todas partes. Antes de ese momento que parece clave, los Porsche han aumentado su ventaja y ya no es uno si no que son dos los que cubren el recorrido por delante de los tres Audi, el otro Porsche y los dos Toyota. Y es que alrededor de las 10 de la mañana, tras 19 horas de carrera el 919 Hybrid de Timo Bernhard, Brendon Hartley y Mark Webber ha conseguido situarse por delante de los dos Audi que perseguían al Porsche de Nico Hülkenberg y compañía. Las gotas son cada vez de mayor tamaño, pero cuando parece que la climatología puede dar un vuelco a la carrera propiciando un error o un retraso clave en el paso por boxes en los equipos de cabeza, dejan de caer gotas y todo vuelve a la normalidad. 

En LM P2, el Oreca con motor Nissan sigue primero. En GTE PRO, el Ferrari de Fisichela se mantiene por delante. Y en GTE AM el Aston Martin número 98 también continúa líder como a las 7 de la mañana

A las 12,30 de la mañana las cosas se complican para Audi que sufre problemas en el acumulador de energía en su coche número 9. El coche de Filipe Albuerquerque pierde en boxes un tiempo precioso y tambien la tercera plaza dejando a su compañero el R18 e-Tron quattro número 7 de Fäsler, Lotterer y Trëluyer  la labor de perseguir a unos rivales de Porsche que ya están a tres vueltas. A dos horas del final el cielo no amenaza lluvia aunque Le Mans siempre guarda para el final alguna sorpresa.

El Porsche 919 Hybrid cuenta con un motor V4 turbo de dos litros de cilindrada y unos 500 caballos de potencia. Y esta mecánica que propulsa el tren trasero está asociado a un motor eléctrico de otros 500 caballos que mueve las ruedas delanteras. En total cerca de 1000 caballos disponibles para un modelo que ya en entrenamientos dejó bien clarito a sus rivales que era un rival de cuidado.

Porsche vuelve a la victoria

Cae la bandera de cuadros en Le Mans y Porsche ha hecho historia tras arrebatarle la victoria a su marca hermana Audi (no olvidemos que Porsche pertenece al Grupo VW) que había cruzado la meta en primer lugar los cinco últimos años con el único conjunto propulsor que utiliza gasóleo de la competición. Porsche no ganaba la categoría absoluta en esta carrera desde 1998. Y hoy lo ha hecho de forma contundente con dos coches en primero y segundo lugar y otro más en la quinta posición.

Que la pista se haya mantenido seca durante las 24 horas ha sido determinante para que los Porsche 919 Híbridos hayan conseguido imponerse, aunque también es cierto que Porsche arriesgó con un sistema de acumulación de energía mucho más generoso pero a la vez menos fiable y un conjunto mucho más potente con todo lo que eso tiene de ventaja pero a su vez de inconveniente en una carrera de resistencia. El que no arriesga no gana. Así lo ha entendido Porsche y la jugada le ha salido bien.