A mediados de 2019 Mazda lanzó al mercado el CX-30, un SUV que se situa a medio camino entre el CX-3 y el CX-5, y que hereda la tecnología empleada en el Mazda 3, así como sus motores y el diseño del interior.
Sus medidas exteriores son: 4,40 m de largo, 1,80 de ancho y 1,54 de alto y su maletero cubica 430 litros. Los principales rivales del Mazda CX-30, por tamaño, son el Seat Ateca, el Nissan Qashqai o el Renault Kadjar, sin dejar de lado el BMW X2 o el Volvo XC40 por la calidad de sus acabados.
La gama de motores está compuesta por dos propulsores diésel y dos gasolina, con distintas configuraciones. En diésel la oferta se basa en un mismo bloque, un 2.2 Skyactiv-D disponible con 150 CV y 184 CV. Ambos están disponibles con caja de cambios manual o automática de 6 velocidades mientras que la versión más potente está disponible únicamente con tracción a las cuatro ruedas.
En gasolina nos encontramos con dos motores atmosféricos, un 2.0 Skyactiv-G con 165 CV, disponible con caja de cambios manual o automática y un 2.5 Skyactiv-G con 194 CV, que se asocia a una caja de cambios automática de 6 relaciones y a tracción total o delantera.
Los acabados disponibles en el CX-30 son cinco y se denominan: Orgin, Evolution, Evolution Design, Zenith y Signature.
El precio de partida para este SUV de tamaño medio es de 27.575 €.