La llegada de la borrasca Olivier ha teñido de tonos ocres el cielo y muchos vehículos en toda España. Es mirar por la ventana y ver los coches cubiertos por una capa marrón. La combinación de polvo en suspensión y lluvia de barro está dejando huella; no solo en la carrocería, también en la seguridad de los conductores.
Conducir en esas condiciones conlleva riesgos que no siempre tenemos en cuenta. Por eso, desde Norauto, especialistas en el mantenimiento del automóvil, insisten en la necesidad de actuar cuanto antes. La razón es muy sencilla: tu seguridad está en juego. Y en este artículo, te explicamos por qué.
1Coche limpio, coche seguro
Un coche sucio no solo es más feo, también es más peligroso. La carrocería cubierta de barro afecta al campo de visión y a cómo nos perciben los demás. Su brillo natural, que ayuda a que nos detecten, desaparece: el vehículo se vuelve menos visible, sobre todo si es de color oscuro, afectando a la seguridad.
Además, los cristales cubiertos de suciedad generan reflejos y destellos que complican la visión y aumentan el riesgo de errores de conducción. Un parabrisas lleno de polvo o barro puede jugarnos malas pasadas. Antes de arrancar el motor, acondiciona tanto el ‘limpia’ como las lunas para tener la mayor visibilidad posible.