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¿Viajas en coche por Europa? Así te protege una VPN en redes WiFi públicas

Ya sea de modo profesional o por el placer de viajar en coche, las carreteras europeas ofrecen una experiencia de calidad en la conducción y también de libertad total. Desde las curvas del Stelvio hasta los valles del Loira, cada kilómetro es una postal.

Pero en ese mismo viaje donde el motor ruge y las ruedas devoran kilómetros sobre el “lomo de la serpiente”, también, en los últimos tiempos, se lleva un compañero más: el digital. Usamos GPS, buscamos restaurantes, reservas de última hora o simplemente compartimos la experiencia en redes sociales.

¿El punto en común? Muchas veces lo hacemos conectados a redes WiFi públicas en áreas de servicio, hoteles o cafeterías. Y ahí es donde una VPN se convierte en tu copiloto de confianza.

En carretera, las conexiones WiFi abiertas son una bendición… pero también una amenaza. Estas redes, aunque prácticas, son terreno fértil para los ciberataques, especialmente si accedes a tu banca online, documentos del trabajo o plataformas de pago.

Por este motivo es muy necesario contar con una red privada virtual, más conocida como VPN. Mediante este servicio se cifra tu conexión y se oculta tu dirección IP, haciendo que tus datos personales y de navegación estén a salvo, incluso cuando estás tomando un café en una gasolinera en los Pirineos.

Seguridad sin salirse del presupuesto

Una idea común entre quienes se inician en esto de las VPN es que se trata de un lujo digital. Nada más lejos de la realidad. Hoy en día, hay VPN más baratas que ofrecen una seguridad excelente sin necesidad de comprometer tu presupuesto de viaje. De hecho, algunas compañías permiten planes flexibles o suscripciones mensuales que puedes activar solo durante tu ruta por Europa, ideal si solo buscas protección temporal mientras cruzas fronteras.

Además, una buena VPN te protege y te permite acceder a servicios como si estuvieras en tu país de origen. Esto es especialmente útil si quieres ver una carrera del campeonato de Fórmula 1 en una plataforma que tiene restricciones regionales, o si prefieres usar la versión española de tus apps bancarias sin generar alertas de acceso desde el extranjero.

Conectividad inteligente en carretera

Es importante saber que no es necesario ser un experto en tecnología para usar una VPN, que las mejores opciones del mercado cuentan con apps intuitivas para móvil y ordenador. Algunas incluso se activan automáticamente al detectar redes WiFi no seguras, lo que resulta muy cómodo en un viaje donde lo último que quieres es complicarte con configuraciones técnicas.

Una recomendación: antes de partir, instala la VPN y pruébala en casa. Así, cuando estés en una gasolinera en Bélgica o descansando en un hotel del Tirol, sabrás que todo funciona correctamente. También es buena idea combinarla con un antivirus actualizado y una buena dosis de sentido común, de modo que evites introducir datos sensibles en webs sin HTTPS, aunque tengas la VPN activa.

En resumen, si vas a recorrer Europa en coche, no dejes que tu seguridad digital se quede en casa. Del mismo modo que llevas tu seguro de viaje o revisas los frenos antes de salir, una VPN es esa protección invisible que cuida de tu identidad y tus datos mientras tú disfrutas de la carretera.  Porque no hay nada como viajar con la tranquilidad de que, tanto en la autopista como en la nube, estás cubierto.