En un fallo reciente que marca un precedente, un tribunal de Noruega ordenó a Tesla indemnizar a un ex empleado con más de 180.000 euros, incluyendo daños y honorarios legales, por violaciones a sus derechos como denunciante. Lukasz Krupski, ex técnico de servicio de Tesla en Drammen, se convirtió en el centro de atención tras filtrar más de 100 gigabytes de datos sensibles que revelaban fallos de seguridad en el sistema Autopilot, problemas de protección de datos y retrasos en el desarrollo del Cybertruck. . La información, publicada por el medio alemán Handelsblatt , en
Las repercusiones no se hicieron esperar. Tesla calificó a Krupski como un «ex empleado descontento» y solicitó la intervención de las autoridades noruegas, que allanaron su apartamento y confiscaron sus dispositivos electrónicos. La reacción agresiva de la compañía llevó a Krupski a emprender acciones legales en busca de justicia, denunciando represalias, aislamiento y trato ilegal por parte de su antiguo empleador. En su demanda, solicitó compensaciones por salarios perdidos, angustia emocional y los daños a su reputación.
El fallo del Tribunal que obligó a Tesla a pagar 180.000 euros
El Tribunal de Distrito de Buskerud falló a favor de Krupski esta semana, reconociendo sus derechos como denunciante y la legitimidad de su denuncia. Aunque el tribunal no le otorgó la totalidad de los 250.000 euros solicitados, la decisión fue tomada por Krupski como una victoria moral y un avance en la lucha por la transparencia corporativa. En declaraciones posteriores, expresó: “Tesla me hizo la vida imposible después de que planteé preocupaciones legítimas sobre graves problemas de seguridad. Aunque no obtuve todo lo que esperaba, esta decisión es un paso importante hacia la rendición de cuentas en grandes empresas”.
Curiosamente, antes de convertirse en el denunciante que Tesla intentó desacreditar, Krupski había sido elogiado por el propio Elon Musk. En 2019, durante una entrega de vehículos en Noruega, Krupski evitó un desastre al desconectar un cargador modificado que había provocado un incendio en un Model 3. Musk le envió un correo felicitándolo personalmente por su rápida actuación, pero ese reconocimiento no evitó que las tensiones cirugían más adelante. Según Krupski, su relación con la empresa se deterioró cuando expresó preocupaciones de seguridad interna, lo que derivó en aislamiento por parte de sus superiores y, finalmente, su despido en 2022.
Un triunfo de los empleados y un duro golpe a Tesla
Tesla justificó su despido alegando mala gestión del tiempo, ser una influencia negativa en el equipo y tomar fotografías en el lugar de trabajo, algo prohibido por sus políticas internas. Sin embargo, para Krupski y sus defensores, estas acusaciones fueron una represalia contra alguien que intentaba exponer problemas graves en la empresa. El episodio en cuestión deja una lección sobre la difícil posición de los denunciantes dentro de grandes corporaciones y refuerza la necesidad de proteger.
Este caso plantea interrogantes cruciales sobre la ética empresarial y la protección de los denunciantes en un contexto de creciente poder corporativo. Para Krupski, el fallo no solo valida su lucha, sino que también marca un precedente que podría inspirar a otros empleados a alzar la voz contra prácticas abusivas sin temor a represalias devastadoras.