El debate sobre la movilidad urbana ha ganado peso en ciudades de todo el mundo, y Madrid no es la excepción. Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) han sido implementadas como parte de un esfuerzo global para reducir la contaminación del aire, mejorando así la calidad de vida urbana. Sin embargo, estas restricciones han generado controversia, especialmente entre aquellos sectores que defienden la libertad de elección en el tipo de vehículo.
Santiago Abascal, líder de VOX, ha hecho una declaración visual con la compra de un automóvil clásico que, curiosamente, le permitiría circular por la ZBE de Madrid, abriendo una interesante conversación sobre el marco legal, los coches históricos y su valor cultural, así como las posiciones políticas en juego.
1Las Zonas de Bajas Emisiones: Objetivos y controversia
Las ZBE están diseñadas para limitar la circulación de vehículos que no cumplen con ciertos estándares de emisiones, restringiendo principalmente aquellos sin etiqueta medioambiental. En Madrid, esto incluye vehículos diésel matriculados antes de 2006 y los de gasolina anteriores al 2000. Inicialmente implementadas por Manuela Carmena bajo el nombre de «Madrid Central», estas zonas han sido progresivamente ampliadas bajo el mandato de José Luis Martínez-Almeida con la estrategia «Madrid 360″ .
El objetivo de estas zonas es claro: reducir la contaminación y cumplir con las directivas europeas de calidad del aire. Sin embargo, el impacto económico ha sido un punto crítico de debate. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha anulado parte de la normativa de 2021, argumentando que no se valoró adecuadamente el impacto económico en las personas con menos recursos, quienes tienen más dificultades para cambiar a un coche que cumpla con los requisitos medioambientales.