Cuando se trata de la seguridad de nuestro vehículo, los neumáticos juegan un papel crucial que va más allá de mantener la presión adecuada o asegurarse de que el dibujo esté en buen estado. Sin embargo, hay un detalle fundamental que la mayoría de los conductores pasa por alto: la edad. Conocer la fecha de fabricación de tus llantas no solo es una cuestión de curiosidad, sino que es clave para determinar su vida útil y garantizar un manejo seguro.
Muchos conductores desconocen que las ruedas no tienen una fecha de caducidad visible como otros productos, y es responsabilidad del propietario del vehículo conocer cuándo es el momento adecuado para reemplazarlos. La información está allí, grabada en un código que a simple vista podría parecer un galimatías, pero que contiene todo lo que necesitas saber para tomar decisiones informadas.
El número que te indica la edad de tu neumático
El secreto para conocer la edad de tus neumáticos está en el código DOT, que aparece en el lateral de cada llanta. DOT son las siglas del Departamento de Transporte de Estados Unidos (Department of Transportation), y este código se implementó a nivel mundial para que los fabricantes identifiquen cuándo y dónde se produjo el neumático. El grupo de números que nos interesa es el último, compuesto por cuatro dígitos que indican la semana y el año de fabricación.
Por ejemplo, si el código es 0324, significa que el neumático se fabricó en la tercera semana del año 2024, es decir, a finales de febrero. Este pequeño detalle puede marcar una gran diferencia, especialmente si estás considerando la compra de un coche de segunda mano o si llevas mucho tiempo sin cambiar las llantas de tu vehículo. Lo que hay que saber también es que no tienen fecha de caducidad.
¿Por qué no tienen fecha de caducidad los neumáticos?
A diferencia de otros productos, los neumáticos no tienen una fecha de caducidad establecida porque su desgaste depende de múltiples factores como el tipo de conducción, la presión mantenida, las condiciones de almacenamiento y el entorno en el que se utiliza el vehículo. Según la directiva 92/23/CEE del 31 de marzo de 1992, no caducan como tal, y esto es corroborado por la Asociación Nacional de Distribuidores e Importadores de Neumáticos (ADINE).
El deterioro de un neumático no es uniforme. Un conductor que circula con frecuencia en carreteras en mal estado, que no revisa la presión de sus neumáticos y que aparca a la intemperie, verá un desgaste diferente en comparación con alguien que guarda su vehículo en garaje y mantiene un uso cuidadoso. Por ello, se recomienda que los propietarios revisen sus neumáticos periódicamente y estén atentos a cualquier signo de daño visible o envejecimiento.