Dos todoterrenos fueron protagonistas de la reindustrialización de España durante el final del franquismo y la transición política a la democracia. Pero ambos nacieron de la necesidad de mecanizar el medio rural español y de acuerdos con grandes marcas internacionales del sector automotriz.
VIASA y SANTANA, conformaron los modelos de todoterreno que invadieron los campos agrícolas españoles hasta la llegada de la revolución en tracción total por parte de marcas orientales como Nissan y Toyota.
El Jeep Comando, sin llegar a sobrepasar las ventas del Land Rover Santana, se estableció como una alternativa en el mundo de la tracción total en la España moderna, intentando no perder la identidad del turismo versátil.
1Haciendo de la necesidad virtud
Durante los últimos años del franquismo, los todoterrenos se convirtieron en un símbolo de movilidad y versatilidad en España. Estos vehículos robustos y capaces de enfrentarse a terrenos difíciles se hicieron populares por varias razones.
En la España rural de la época, las carreteras eran escasas y a menudo estaban en mal estado. Los agricultores, ganaderos y habitantes de zonas rurales necesitaban vehículos que pudieran sortear caminos embarrados, terrenos montañosos y vados de ríos. Los todoterrenos se convirtieron en una herramienta esencial para el trabajo diario y la supervivencia en estas áreas.