La marca blanca de productos hace ya más de cuatro décadas (1977) que se instauro en nuestro pais. Eroski marcó un hito al poner a la venta los primeros productos bajo su propia marca, desencadenando una tendencia que rápidamente fue adoptada por otros gigantes de la distribución, como DIA, Alcampo y Mercadona en los años siguientes. En la actualidad, estos productos de marca blanca constituyen más del 50% de las compras en los supermercados españoles.
Ahora, en el año 2022, con la subida de los precios evidenciándose en la cesta de la compra, la marca blanca ha alcanzado su mayor cuota histórica, superando con creces las cifras registradas en 2008. Este fenómeno plantea la pregunta de si una dinámica similar podría ser viable en el mercado de automóviles. ¿Sería posible que los grandes supermercados adoptaran una estrategia similar, ofreciendo vehículos de marca propia a precios más asequibles en medio de las crecientes presiones económicas?
1Cumplir con los parámetros de seguridad internacional estandarizada
La ausencia de automóviles de marca blanca en el mercado no se debe a una única razón, sino a una amalgama de desafíos. En primer lugar, el desarrollo inicial y la inversión tecnológica resultan ser barreras financieras significativas. La estricta adherencia a las regulaciones de seguridad y la complejidad para cumplir con los estándares internacionales también representan un obstáculo sustancial.
Además, la falta de reputación y confianza del consumidor, la dificultad para competir en costos debido a la ausencia de economías de escala y la necesidad de establecer redes de distribución y servicios postventa extensas son factores que complican la entrada al mercado.