Los simuladores son una herramienta fundamental en el desarrollo y perfeccionamiento de muchas profesiones, algunas de ellas de riesgo. Los utilizan los pilotos de las líneas aéreas para completar su formación, los capitanes de barcos, los pilotos de carreras para conocer los circuitos… Y desde hace tiempo se utilizan también con fines terapéuticos. Así lo está demostrando Hyundai.
La marca coreana cuenta con un sofisticado simulador de conducción que sirve de apoyo y cura a los pacientes del Hospital Beata María Ana. Está claro que este ‘artilugio’ se creó, desarrolló y fabricó para dar soluciones al mundo de la competición automovilística, pero ahora se utiliza también con otros fines que están sorprendiendo por sus resultados.
Un tercio de sus usuarios vuelve a conducir
De hecho por sus instalaciones han pasado más de 100 personas que se encuentran en proceso de rehabilitación en ese centro hospitalario. Los profesionales de la Unidad de Daño Cerebral del hospital están consiguiendo que más del 30% de sus pacientes vuelva a conducir en un entorno seguro, gracias este nuevo recurso.
“Estamos muy contentos de colaborar con el Hospital Beata María Ana poniendo a su disposición uno de nuestros simuladores de competición que está ayudando a más de 100 pacientes en su proceso de rehabilitación. Es un orgullo aportar al hospital un nuevo recurso para la recapacitación de personas con daños neurológicos. Los resultados que se están obteniendo nos impulsan a seguir trabajando y esforzándonos en desarrollar soluciones innovadoras para mejorar la vida de las personas, que son el motor de nuestra compañía”, indica Leopoldo Satrústegui, director general de Hyundai Motor España.
Marcos Ríos, coordinador de la Unidad de Daño Cerebral, trabaja con el simulador desde que Hyundai lo cediera en 2021. Después de más de un año de experiencia afirma que “las personas que tienen una lesión cerebral se encuentran de forma súbita con su actividad cognitiva y/o física muy afectada y esto tiene un gran impacto en sus vidas. Desde la unidad de Daño Cerebral trabajamos para que los pacientes puedan retomar sus actividades cotidianas y el simulador ayuda a rehabilitar y a entrenar a pacientes para volver a llevar a cabo acciones tan usuales como la conducción”.
Hyundai ofreció el simulador tras la pandemia
Originalmente este simulador acompañaba a Hyundai en todos los eventos de campeonato de España de rallyes y, tras la pandemia, la compañía decidió ofrecérselo al Hospital Beata María Ana como una herramienta de rehabilitación.
Con un sistema eléctrico que le dota de suspensión para simular el movimiento real de un coche en marcha, cuenta también con diferentes pantallas: la central, con la visión de la luna delantera y dos laterales, que muestran las ventanillas laterales y los retrovisores.
Se compone de una CPU, un programa adaptado a partir del cual se crean los escenarios y teclado inalámbrico para manejarlo. Cuenta con acelerador, freno, giro y levas. La visión se adapta a 5 posiciones: cerca, medio, lejos, arriba y arriba-atrás y los pedales se pueden regular en 5 posiciones y ángulo de giro junto con la presión que se ejerza. Para adaptarlo en función de las distintas necesidades cuenta con circuitos de carretera y campo, y se puede configurar en la opción rallye o circuito.
La configuración del software aporta realismo y acerca a los pacientes a las sensaciones de conducción de un vehículo real en circulación, con un volante que se endurece o una vibración en el volante al pisar las líneas de la calzada o circular sobre un terreno irregular.
Realismo puro
El programa, además, lleva incorporado una medición de datos que mide la presión de frenado y de aceleración, inclinación y velocidad. Esta información resulta de gran utilidad para la evaluación que realizan los médicos de sobre las capacidades de los pacientes.
En el área de terapia ocupacional el simulador de Hyundai toma protagonismo y es que, gracias a él y de manera conjunta con otro tipo de terapias, los profesionales pueden detectar limitaciones de los pacientes, ejercitar la funcionalidad de distintas áreas del cerebro y proporcionar prácticas de conducción en un entorno seguro.
Con posibilidades de configuración infinitas que permiten adaptarlo en función de las necesidades de los pacientes, sus múltiples escenarios, perspectivas y pantallas proporcionan sensaciones de conducción muy similares a la realidad y facilitan el proceso de recuperación de las capacidades para manejar un vehículo.
Enormes beneficios
El simulador tiene diferentes usos atendiendo a dos grandes objetivos principales: recapacitación para la conducción y psicoterapia. De los pacientes que lo utilizan, aproximadamente el 70% lo hace como parte de su rehabilitación para volver a conducir y, de ese grupo, los que finalmente consiguen volver a conducir representan más de la mitad.
En el caso de la psicoterapia el simulador tiene un objetivo emocional y lúdico. Los profesionales de la unidad lo utilizan como herramienta para tratar afecciones como el síndrome de estrés postraumático. En los casos en los que cumple un objetivo lúdico, se utiliza como aliciente para animar a los pacientes a participar en otras fases del proceso de rehabilitación.
Desde el área de neuropsicología del hospital tiene el objetivo de realizar un informe que pueda ser de utilidad para la DGT y los centros de valoración de conductores, que permita certificar si los pacientes están habilitados para conducir a través de una serie de pruebas específicas que se puedan realizar a cada paciente. Actualmente dicho estudio se encuentra en fase inicial y es algo que les gustaría continuar desarrollando en el futuro.
Para el Hospital Beata María Ana el simulador ha mejorado el protocolo de rehabilitación ya que, según indica el Coordinador de la Unidad de Daño Cerebral, “el simulador agiliza el proceso de volver a conducir, aporta seguridad a los pacientes, cuenta con un componente lúdico, permite ir corrigiendo todos los problemas que vayan surgiendo durante la rehabilitación”.
Para los pacientes el uso del simulador es muy motivante y también reduce el número de clases que tendrán que recibir en la autoescuela.