Osprey ha mezclado dos conceptos que, a priori, parecen diametralmente opuestos: un todoterreno clásico y europeo como el Defender, con un auténtico muscle car americano como es el Corvette. De esta manera, el 4×4 británico esconde bajo el capó un motor de lo más poderoso.
El V8 de un Corvette
Se trata de un LS3 V8 de 6,2 litros que genera nada menos que 441 CV de potencia. El motor se empareja a una caja de cambios automática de seis velocidades. También cuenta con un sistema de escape deportivo, frenos mejorados y tubos de combustible de acero inoxidable.
Para soportar este incremento de potencia, la suspensión también se ha mejorado, incluyendo una ligera elevación, nuevos amortiguadores, nuevos muelles, nuevo estabilizador…
Estéticamente también ha habido cambios, pues Osprey siempre le da mucha importancia a esto. Exteriormente vemos como el coche ha sido pintado en un color llamado Nara Bronze, con diferentes piezas en contraste negro brillante. El coche cuenta también con llantas de 18 pulgadas Khan envueltas en unos neumáticos Cooper AT todoterreno. También tiene luces LED, tanto en la zona frontal como en la trasera.
Y si el exterior luce bien, el interior sigue la misma línea, pues ahora tenemos los nueve asientos cubiertos en cuero, el techo forrado en Alcantara, elevalunas eléctricos, asientos delanteros calefactables, sistema estéreo con ocho altavoces, navegador, Apple CarPlay, Bluetooth, DVD, entrada sin llave, cámara trasera…
