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Bugatti EB110 Super Sport. Puedes comprarte el Ășltimo de todos

En el año 1991 Bugatti era una firma muy distinta a la que actualmente conocemos, pero que buscaba ir mås allå de los límites establecidos hasta la fecha a todos los niveles. Por aquellos entonces y para celebrar el 110 aniversario del nacimiento del fundador de la firma de Molsheim, Ettore Bugatti, desarrollaron su deportivo Bugatti EB110, una criatura que ya contaba con un avanzado chasis monocasco fabricado en fibra de carbono.

Para culminar su vida y antes de que la compañía acabara en bancarrota, lanzaron las versiones Super Sport, que inicialmente fueron conocidas como Super Stradale. Estas variantes contaban con nuevos componentes de fibra de carbono, llantas de magnesio, una aerodinåmica optimizada, un habitåculo simplificado y se eliminaba la tracción a las cuatro ruedas de los EB110 convencionales, de forma que se ahorraban unos 150 kilos de peso.

El Ășltimo de los 34 ejemplares

No contentos con ello, su corazĂłn 3.5 V12 equipado con cuatro turbocompresores IHI estrenaba inyectores nuevos, un escape menos restrictivo y una nueva gestiĂłn electrĂłnica, de forma que se conseguĂ­a pasar de 560 a 610 CV de potencia.

Con todo esto, los exclusivos Bugatti EB110 Super Sport eran capaces de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 3,2 segundos y podían alcanzar los 347 km/h de velocidad punta, toda una proeza por aquellos entonces, aunque poco después el McLaren F1 demostró que no era suficiente al alcanzar los 386 km/h.

La firma de Molsheim fabricĂł de forma artesanal hasta 1995 tan sĂłlo 34 unidades y el Ășltimo de ellos lo tienes ante tus ojos. Este ejemplar con el nĂșmero de chasis #39040 estĂĄ acabado en un color denominado Grigio Chiaro y cuenta con un interior de dos tonos. Se encuentra en perfecto estado y desde 2003 ha tenido un Ășnico propietario, quien ahora intenta deshacerse de este bĂłlido por medio del concesionario Girardo & Co en Italia, quien no ha desvelado el precio de esta joya.

Pero imagina que si no se ha dado a conocer, igual es que no nos lo podemos comprar. Yo por lo menos.