Hay mucho que contar detrás de un consumo tan bajo en una berlina de casi cinco metros de longitud y poco más de tonelada y media de peso. Y podrĂamos comenzar precisamente por este Ăşltimo aspecto, una lucha por adelgazar que se convierte en tanto más importante cuanto más grande es el coche. En el caso concreto del XF 2.0 diĂ©sel de 163 caballos, pesa 115 kilos menos que un rival de la talla del Mercedes Clase E. Y respecto a su predecesor, el nuevo XF dotado de ese nuevo motor de la familia Ingenium, es hasta 190 kilos más ligero gracias a la utilizaciĂłn de una estructura con un 75 por ciento de aluminio además de magnesio y aceros de alta resistencia.
Y el chasis gana un 28 por ciento en rigidez, un aspecto que repercute directamente en el comportamiento. En ese sentido, el nuevo XF recurre a un esquema de suspensión delantera similar a la del espectacular F-Type con doble triángulo de aluminio y una gran precisión de guiado, mientras que detrás dan un paso más y mejoran el esquema multibrazo tradicional con un desarrollo propio bautizado Integral Link que ofrece un mayor refinamiento y estabilidad.
No obstante, la dinámica queda en manos de dos tipos de suspensiĂłn. Por una parte, una suspensiĂłn pasiva que recurre a unos amortiguadores Bilstein que varĂan su dureza en funciĂłn de la frecuencia (un sistema muy similar al Agility Control de Mercedes) y que en las versiones R-Sport adquiere unos reglajes bastante más firmes. Y como opciĂłn, un sistema adaptativo de amortiguaciĂłn variable que el conductor puede configurar.
TracciĂłn total en opciĂłn
A todo esto, se le puede añadir, casi siempre de forma opcional, elementos como la tracciĂłn total (sĂłlo disponible en los 3.0 de 340 y 380 caballos) que es de transmisiĂłn por cadena como en el F-Type; el Intelligent Driveline Dynamics (IDD), que predice la motricidad disponible y la mejora; el Adaptive Surface Response (ASR), que utilizando tecnologĂa de Land Rover detecta el tipo de adherencia de la superficie y selecciona el modo de conducciĂłn adecuado si se lleva tracciĂłn total; o el All-Surface Progress Control (ASPC), que es la evoluciĂłn del control de tracciĂłn y permite que un propulsiĂłn trasera avance de forma uniforme en superficies deslizantes.
Sobre el terreno, el XF, que estrena un 83 por ciento de piezas nuevas respecto al anterior, sorprende por el grato equilibrio alcanzado entre comodidad y agilidad y ni siquiera en modo dynamic de la suspensiĂłn llega a mostrarse seca o incĂłmoda. La nueva berlina británica muestra un gran aplomo y un paso por curva de vĂ©rtigo y siempre se le nota mucho más ligero de lo que en realidad es. Pero quizá parte de esa sensaciĂłn llega de la mano de una rica gama de motores de 4 y 6 cilindros cuyas potencias en diĂ©sel quedan fijadas en 163, 180 y 300 caballos. Y una potente escuadra de propulsores de gasolina con 240, 340 y 380 caballos. Los V6 de gasolina o diĂ©sel hacen volar al XF rodeados de un refinamiento espectacular, mientras que los motores de cuatro cilindros dejan el pabellĂłn muy alto. InterĂ©s especial tenĂamos en probar el Ingenium de nueva hornada que ya pasĂł por nuestra redacciĂłn dentro de un XE. Y en versiĂłn de 180 caballos nos ha sorprendido con una gran insonorizaciĂłn y un funcionamiento más refinado, como es lĂłgico en una berlina como mĂnimo 8.000 euros más cara.
El XF recién llegado es algo más corto que el anterior, pero su distancia entre ejes ha aumentado 51 mm y se ha ganado bastante espacio en las plazas de atrás, aunque el pasajero central lo tendrá complicado por el gran túnel del piso.
Gran despliegue de gama por parte de Jaguar para un XF que ofrece 29 versiones con precios que oscilan entre los 43.000 y los 81.313 euros. El coche, que ya está en el mercado, cuenta con una oferta de lanzamiento que incluye de serie 3 años de garantĂa, 3 años de asistencia y 3 años de mantenimiento para cualquiera de las 29 versiones.