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Audi Smart Factory. Fabricación 4.0

Las combinaciones de color exterior, tapizado interior, llantas, molduras, equipamiento de confort, de seguridad, de tecnología… que ofrece el nuevo Audi Q7 son prácticamente infinitas, de forma que es muy probable que no existan dos unidades iguales. Esta complejidad a la hora de fabricar máquinas tan configurables por el cliente ha hecho que Audi esté pensando en que las largas cadenas de montaje pasen a ser cosa del pasado.

En un futuro no muy lejano -la firma germana habla de 2025- serán las propias carrocerías las que vayan avanzando sobre bastidores controlados vía GPS -una fábrica, además, es un excelente centro experimental para la conducción autónoma y Audi lo está aprovechando- y eléctricos, por los diferentes 'box' especializados que conformarán la planta de producción del futuro. Allí les recibirá un operario que trabajará de forma más ergonómica y relajada en fases más largas que las actuales: 90 segundos. Hasta ese puesto habrán llegado con anterioridad sus piezas específicas sobre módulos tan complejos como el Audi AGV denominado 'Paula', que es capaz de desplazarse de forma autónoma a velocidades de hasta 4,2 km/h y cargar hasta 1,2 toneladas de peso. Y no es sólo el único, porque Audi tiene cinco unidades en fase de pruebas por sus fábricas.

Nuevas plataformas de producción

Con estas nuevas plataformas de producción se evita tener que detener una cadena de montaje por completo en caso de faltar alguna pieza o producirse el fallo de alguna herramienta.

Precisamente para evitar esto último, Audi va a ir más allá en sus futuras factorías, desarrollando un nuevo departamento que es capaz de producir sus propias herramientas con las que reducir también los tiempos de fabricación y mejorar la ergonomía de sus trabajadores. También han ideado gafas de realidad aumentada que irán guiando a los operarios para que no cometan ningún error a la hora de montar las conexiones eléctricas de una puerta, por ejemplo, donde encontramos módulos específicos para el cierre, los altavoces, elevalunas, iluminación ambiental… Para ello, todo estará controlado por un software desarrollado junto a Microsoft.

La firma de los cuatro aros sigue evolucionando a pasos de gigante en la impresión 3D. Actualmente en fase experimental por sus elevados costes de producción, ya cuentan con tres impresoras capaces de crear piezas fabricadas en acero y aluminio de hasta 400 milímetros de longitud.