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Volkswagen Golf Sportsvan 1.6 TDI 110 CV Edition. Un Golf que vale por dos

Con la quinta generación del Volkswagen Golf, la firma alemana lanzó en 2005 una variante más funcional. A medio camino entre un Golf «convencional» y un Touran, aquel Golf Plus era la pieza clave para quienes querían un Golf a toda costa, pero necesitaban más espacio.

Llega el Golf Sportsvan

Ahora, con el lanzamiento de la séptima generación del Golf, Volkswagen lanza este Golf Sportsvan

Su estética se inspira en el modelo que le da nombre, pero adquiere un diseño «casi» de monovolumen; y nunca mejor dicho, pues para monovolumen, está el Touran. Además, este tipo de vehículo encaja más en el gusto de los españoles que los «ranchera», donde Volkswagen posiciona su Golf Variant, que podría ser una alternativa a nuestro protagonista, con un maletero de 605 litros, pero con 22 centímetros extra, lo que a veces es un lastre a la hora de buscar aparcamiento. Y aunque las dimensiones exteriores del Golf Sportsvan son las de un compacto, su habitáculo ofrece espacio de sobra para olvidar lo que es viajar «apretado».

Un habitáculo realmente amplio

Su maletero arranca en 500 litros -no hay ningún vehículo de su tamaño con más maletero-. Si abatimos los respaldos crece a 1.520, y si pudiéramos equiparlo con asiento del acompañante abatible -opción no disponible en los Edition-, seríamos capaces de transportar objetos de 2,54 metros de largo.

Hemos dicho que el Golf Sportsvan es un «casi-monovolumen», y es que la modularidad del asiento trasero no es equiparable a la de un vehículo con tres asientos individuales.

Éste se conforma con un respaldo dividido en tres partes que puede variar su inclinación -si los colocamos en una posición cómoda, se ve lo que hay en el maletero, pues queda un hueco entre la bandeja y el respaldo-, y una banqueta de dos piezas que se regulan longitudinalmente en 180 milímetros -adelantados al máximo, su maletero es de 590 litros-.

En estas plazas traseras pueden viajar tres adultos, ya que frente a un Golf «convencional», este Sportsvan tiene tres centímetros más de anchura interior y tres más de altura, y si es conducido por una persona de 1,75 metros de estatura detrás quedan para las piernas 85 centímetros frente a los 76 de un Golf, ya que su distancia entre ejes aumenta 48 milímetros porque la plataforma modular MQB lo permite.

Los Edition tienen un equipamiento justo

Para redondear la jugada faltan unas salidas de ventilación traseras -asociadas al climatizador-, o las mesas y revisteros en los respaldos delanteros, elementos no disponibles en los Edition.

Delante, su mayor altura respecto a un turismo proporciona una mejor visibilidad, además de que las operaciones de entrada y salida son más cómodas. La regulación en altura y profundidad del volante y del asiento permite que encontremos nuestra posición de conducción en instantes.

No vamos a encontrar «florituras», sino un salpicadero ordenado, sencillo y, sobre todo, de calidad, algo típico en cualquier producto con el sello de Volkswagen.

Puede que no agrade visualmente a todos, pero todo el mundo en cuestión de cinco minutos sabe dónde está cada botón. La pantalla táctil de 5,8 pulgadas es de serie, así como el ordenador de viaje y la infinidad de huecos para dejar pequeños objetos.

Volkswagen aprovecha los parasoles de los Golf «normales», y este Sportsvan tiene más luna, por lo que cuando el sol está frente a nosotros, tapan bastante poco.

Optamos por el motor diésel de acceso

En esta ocasión nos hemos decantado por el propulsor 1.6 TDI, que en el caso del Golf Sportsvan ofrece la misma potencia que en los Golf BlueMotion, es decir, 110 CV y no 105. Eso sí, incomprensiblemente se ha de conformar con un cambio manual de 5 velocidades -el Edition no puede equipar caja DSG7, pero los Advance y Sport sí-, cuando el eficiente Golf BlueMotion apuesta por una sexta marcha adicional.

Para quienes no recorran muchos kilómetros al año, que no pasen por alto la versión 1.2 TSI de 110 CV, que tiene 6 marchas, anda como este TDI, homologa un consumo de 5,1 l/100 km y cuesta la friolera de 2.920 euros menos. Con esa diferencia económica tendremos para llenar su depósito de 50 litros casi 45 veces.

Esta mecánica diésel es sumamente agradable, y gracias a la buena insonorización del Golf Sportsvan apenas se hace notar en su interior. Se combina con el «Start-Stop» y en ciudad tiene un consumo muy contenido; no obstante éste es un apartado en el que puede sacar pecho, ya que hemos medido un gasto medio real de sólo 4,9 l/100 km, un litro por encima de lo homologado.

Para los más prestacionales está el 2.0 TDI de 150 CV

Pero este Volkswagen Golf Sportsvan está enfocado a viajar en familia, y la verdad es que no se le da nada mal. Ha demostrado que no hace falta recurrir al motor 2.0 TDI de 150 CV, pues ofrece unas prestaciones que calificaríamos de buenas. Acelera de 0 a 100 km/h en 11,3 segundos, pero nuestra unidad ha firmado un registro de 10,9, tres décimas menos de lo que necesitó un Golf 1.6 TDI 105 CV, que pesa 125 kilos menos que este Golf Sportsvan.

Recuperando tampoco se queda atrás, y ha sido sólo una décima más lento que el anteriormente mencionado Golf para pasar de 80 a 120 km/h en 4ª velocidad, mientras que en quinta cede 1,6 segundos, ya que su desarrollo final es ligeramente más largo -comprobado a golpe de cuentavueltas, pues Volkswagen no facilita los desarrollos del cambio, entre otros datos técnicos-.

Esa sexta marcha que le falta le sentaría de maravilla. Tal y como le sientan unos neumáticos de una talla más que razonable, lejos de las 'desmedidas' que muchas veces vemos.

Apuesta por unas gomas 195/65 R15, que si bien no son el neumático a elegir para un uso deportivo, casan a la perfección con la filosofía de este Golf Sportsvan, pues son capaces de filtrar las pequeñas irregularidades del asfalto y, al ser mas estrechos, no penalizan las prestaciones. Tampoco penalizan las frenadas, necesitando un metro más que un Golf para detenerse de 120 km/h a cero.

Dinámica de Golf

Dinámicamente el Golf Sportsvan cumple con su cometido. Se sustenta sobre la plataforma MQB, pero al tener menos de 125 caballos ha de conformarse con un eje trasero con un esquema más sencillo -el resto apuesta por un multibrazo-. Aun así, sorprende lo bien que va; tanto, que disimula a la perfección los 13 centímetros de altura extra respecto a un Golf. A ello ayuda el autoblocante delantero electrónico XDS, que es de serie.

También equipa freno de estacionamiento eléctrico asistente de frenada de emergencia en ciudad, pero Volkswagen limita el equipamiento adicional en este Edition, pues no puede llevar detector de fatiga, faros de xenón, asistente de aparcamiento, alarma…

Mejor decantarse por los Advance, más equipados

Son 23.940 euros lo que cuesta, y ya metidos en harina no sería descabellado pagar los 1.490 euros que lo separan del acabado Advance, mucho más equipado.

Este Volkswagen Golf Sportsvan cuesta 1.720 euros más que un Golf «a secas» equivalente, por lo que viendo sus ventajas, es un extra asumible.