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Skoda Spaceback Scout 1.6 TDI. Deseo de aventura

Recuerdo cómo el interesante Rover 25 resucitó literalmente y prolongó sus dos últimos años de vida -hasta 2005- gracias a la versión Streetwise, un vehículo que elevaba su altura respecto al suelo y se rodeaba de protecciones. Nada más y nada menos. Con esa sencilla fórmula abrió un camino que muchos han seguido hasta la actualidad.

Uno de ellos es el protagonista de esta prueba. El Skoda Spaceback es una alternativa al segmento compacto muy atractiva por su buena relación entre precio, habitabilidad y equipamiento. Pero estamos inmersos en plena fiebre por los SUV, vehículos más polivalentes, aunque muchas veces se compren sencillamente por su imagen robusta y musculosa.

Imagen SUV

Aprovechando esa tendencia, la marca checa se agarra a un 'resquicio legal' para aparentar… sin llegar a ser. Nos explicamos. El Spaceback contempla el denominado Pack Scout, que por 1.000 euros en la carta de opciones 'fortifica' su imagen, dotando al conjunto de un aire más aventurero y campero.

Es sólo eso, pura imagen, porque incorpora unos paragolpes con llamativas protecciones 'off road' en color plata, así como sendas taloneras, pasos de rueda protegidos o unas llantas específicas de 17 pulgadas. Nada más. No hay tracción total, ni electrónica destinada a optimizar su eficacia fuera del asfalto, ni siquiera una mayor altura respecto al suelo.

Tampoco lo pretende. Se trata de que entre por los ojos, y el impacto visual lo consigue. Hay más modelos que apuestan por esta fórmula, pero entre los compactos apenas encontramos el DS 4 Crossback y el Volvo V40 Cross Country, dos 'premium' que disparan su precio.

Se atreve con pistas

El modelo checo hace gala de un gran equilibrio, destacando su buena habitabilidad en las plazas traseras, un maletero con 415 litros, una infinidad de soluciones prácticas Simply Clever o un tacto general muy agradable.

Incluso gana puntos porque podemos afrontar pistas de tierra con mayores garantías, aunque no entendemos cómo es posible que la opción denominada 'Paquete para carreteras en mal estado', que contempla protecciones en los bajos, frenos y cables, así como muelles y amortiguadores a medida, no sea compatible con las llantas de 17 pulgadas de nuestro vehículo. Un error de cálculo, sin duda.

El propulsor elegido para la ocasión es la opción diésel más potente de la gama, un 1.6 TDI con 115 caballos que rinde bien y gasta poco -5,7 litros de media en nuestro recorrido habitual de prueba-, aunque sólo está disponible con cambio manual de cinco relaciones. No es demasiado sonoro, goza de función de ahorro Start/Stop y empuja de verdad desde apenas 1.400 rpm. A 3.500 ya lo da todo, pero se puede estirar por encima de las 4.500 vueltas.

La plataforma es la del Rapid, y eso es sinónimo de confort y agilidad si el asfalto no está muy deteriorado. Además, notable para los frenos. El Pack Scout sólo se combina con el acabado Ambition

La clave

Una imagen vale más que mil palabras. Pues eso pasa con nuestro protagonista, el Spaceback Scout. Se rodea y 'protege' con argumentos estéticos que le imprimen carácter y le sirven para desmarcarse del resto de la gama, pero sin aportar soluciones off road tecnológicas. Pura imagen para ser diferente.