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Probamos el Citroën C4 Picasso 1.2 PureTech. Pásate a la gasolina

Los números dejan claro que los vehículos monovolumen están dejando paso a los exitosos SUV y crossover. Aunque estos, por mucho que lo intenten, aún no ofrecen la modularidad ni el aprovechamiento del espacio interior del que sí se benefician los funcionales monovolumen a la hora de disfrutar en familia.

Los Citroën C4 Picasso son un claro ejemplo, porque presumen de amplitud, con un maletero que ofrece hasta 630 litros usando las cinco plazas, gracias a unos asientos traseros que se pueden desplazar 130 milímetros y reclinar de forma individual. Las tres butacas de la segunda fila son igual de grandes y cómodas. Hablamos de un vehículo compacto con 4,44 metros de largo y que presenta una imagen que no deja indiferente. Si no lo vas a sacar fuera del asfalto, olvídate de un 'crossover'.

Su puesto de conducción es elevado y su visibilidad, excelente gracias a la gran superficie acristalada, que se puede incrementar con el techo panorámico, opcional por 750 euros. Eso sí, requiere tiempo habituarse a los mandos del volante y a la pantalla central, pues todo se hace a través de ella.

Motor 1.2 PureTech y transmisión EAT6

Con su actualización ha llegado a los C4 Picasso el motor 1.2 PureTech, que el Grupo PSA emplea tanto en un Citroën C3 como en un Peugeot 3008. Llega con 110 y 130 CV de potencia, pero entre ellos hay 700 euros de diferencia y esos 20 caballos marcan diferencias. Además, el más potente puede equipar este cambio EAT6 por 1.350 euros extra.

Se trata de una transmisión automática 'de verdad', que da mil vueltas al anterior ETG6 con embrague pilotado. Muy suave y agradable, tiene un selector en la columna de dirección que libera espacio en la consola central, además de añadir levas en el volante, fijas, por si queremos usarla en modo manual secuencial. Pero este cambio parece ideado para que nos olvidemos de cambiar, aunque sea pulsando una leva.

Ayuda a sacar lo mejor de este motor de tres cilindros, que apenas suena y no vibra, y que empuja con una energía encomiable. Tanto es así que esta unidad, con apenas 5.000 kilómetros, ha mejorado en una décima de segundo el tiempo homologado para acelerar de 0 a 100 km/h. También recupera con rapidez y permite efectuar adelantamientos con total naturalidad, pues basta con pisar a fondo el acelerador para conseguir que su cambio EAT6 quite de inmediato hasta tres marchas. Y esto lo hace bien, incluso con las cinco plazas ocupadas.

Ayuda de buena manera su plataforma EMP2, que le hace ser más ligero que antes. Esto también repercute directamente en su comportamiento dinámico, y nadie se acordará de unas suspensiones neumáticas -en todos los C4 Picasso son de muelles y amortiguadores- cuando hablamos de confort de marcha.

Este cambio EAT6 también se asocia al Stop&Start, lo que ayuda a minimizar su consumo en ciudad, que se queda en torno a los 7,9 l/100 km. Recordemos que hablamos de un vehículo de gasolina con 130 CV, cambio automático, que pesa 1.373 kilos y mide 1,61 metros de alto. Aún con esto, su gasto real es bastante comedido, porque a ritmos legales por autovía consume 6,9 l/100 km, lo que se traduce en autonomías que superan los 800 kilómetros. Y ya te aviso que con el cambio manual no va a correr más ni va a consumir menos; más que nada, porque tan sólo anuncia una décima menos de gasto medio: 5,0 l/100 km.

La unidad probada tenía el nivel de equipamiento Shine -esta combinación mecánica se ofrece también con los acabados Live, por 24.950 euros, y Feel, por 26.650-. Incorpora una completa dotación, donde no falta climatizador bizona, portón eléctrico, acceso y arranque sin llave… Ahora bien, de serie se echan en falta los faros de xenón, el techo panorámico o los asistentes de ayuda a la conducción, que son opcionales, como la rueda de repuesto de emergencia. El Shine cuesta 28.250 euros, pero Citroën nos obsequia con unos suculentos 4.000 euros de promoción. El resultado, 24.250 euros.

La clave

Muchos de los que adquieren un monovolumen sólo lo usan para desplazamientos esporádicos en familia porque tienen un segundo coche en casa. Eso, y el contenido consumo de este eficiente 1.2 PureTech, hará que vuelvas a pensar en gasolina, porque esta combinación es muy interesante… Y confortable.