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Probamos el Citroën C3 BlueHDi 100 S&S. Aire fresco

Dibujar un coche simpático y divertido está al alcance de cualquier diseñador; y, sin embargo, pocos lo hacen. O, mejor dicho, pocos tienen permiso de la dirección para hacerlo, aunque sin duda les gustaría. Todo un misterio cuando la realidad es que, sobre todo en este segmento, saltarse el aspecto rutinario y aburrido aporta importantes ventajas si, como es el caso, ese diseño atrevido se combina con tecnología, conectividad y seguridad a partes iguales. Citroën está acostumbrada a seguir esa senda, a sorprender con innovaciones y siluetas que rompen con lo establecido, y el nuevo C3 no iba a ser una excepción.

La originalidad exterior tiene su continuidad de puertas adentro. Aunque es un segmento que no suele trabajar con materiales nobles y mullidos -ni siquiera el nuevo Ibiza los utiliza en el salpicadero-, lo cierto es que Citroën ha sabido compensar esas ausencias con elementos de diseño inspirados fuera del mundo del automóvil, que suponen un guiño a segmentos superiores y que, sin duda, llamarán la atención de un público deseoso de desmarcarse del resto. Se agradece mucho, sobre todo, la calidad de los ajustes y de los plásticos utilizados.

Casual Chic

Tejidos cálidos y luminosos, tiradores de las puertas tipo asa de maleta, cuidados pespuntes, guarnecidos labrados de magnífico aspecto… es lo que Citroën denomina 'Casual Chic', y le pega todo a este modelo urbano que destaca por su carácter inconformista.

Y a ese diseño, que nunca es suficiente por sí sólo, hay que sumarle un interior práctico y bien resuelto que destaca por sus grandes guanteras y numerosos huecos portaobjetos. También por la pantalla de 7 pulgadas que desde hace un tiempo acapara el protagonismo del salpicadero en los últimos Citroën, y en casi todos los modelos de reciente factura. En este sentido veríamos una mejora importante si en la próxima puesta al día los mandos de la climatización se pudieran accionar de forma específica fuera de la pantalla, ya que esa obsesión minimalista por vaciar el salpicadero de interruptores y mandos termina obligando al conductor a desviar demasiado la mirada para concentrarse en la pantalla y todo lo que se puede activar o desactivar con ella. Dicho esto, la verdad es que en un mundo rodeado de smartphones y tablets de manejo táctil y abiertas a información infinita, la pantalla del C3 es bienvenida y da mucho juego. Como la guantera inmensa y profunda del lado derecho o uno de los maleteros más generosos del segmento, que incluye luz de cortesía, una percha en el lado derecho y una rueda de emergencia. En caso de abatir los respaldos traseros se ganan 622 litros adicionales, hasta los 922. Sin embargo, queda un escalón que dificulta un poco el acomodo de los bultos. El acceso atrás es comodísimo gracias a la gran apertura de las puertas, a la altura del marco y a la posición elevada del asiento. Y el espacio interior disponible está por encima de la media, con un hueco para las piernas detrás que solo se ve superado por el que ofrecen Nissan Micra y Opel Corsa, y mayor anchura a la altura de los hombros de la parte trasera que en cualquiera de sus rivales.

El motor BlueHDi de 100 caballos es algo ruidosillo en frío, pero una vez que coge temperatura se muestra bastante refinado gracias en parte a una buena insonorización del coche. Tanto es así que este C3 iguala prácticamente los datos de sonómetro a 60, 90 y 120 km/h del ya muy silencioso Hyundai i30 1.4 T-GDI de 140 CV y cambio automático, protagonista de nuestra actual prueba de fiabilidad.

Este motor diésel, de consumo especialmente comedido, no es un tiro y menos con los 231 kilómetros que tenía nuestra unidad de pruebas, pero acelera mejor que algunos rivales de mayor potencia, aunque su capacidad de recuperación se quede algo justa y requiera 'jugar' con el cambio y medir muy bien el momento de las reducciones para sacarle todo el partido a los 100 caballos. No obstante, las cinco marchas están bien escalonadas y a 120 km/h reales el motor gira a unas 2.500 rpm, con suficiente fuerza para responder ante un imprevisto.

En conducción real la cifra de consumo más habitual que manejaremos de cinco litros cada cien kilómetros. Es lo que gastará el C3 BlueHDi en ciudad o en autovía a 120 km/h con dos pasajeros. También puede ser que ese consumo aumente o disminuya un poco dependiendo de la velocidad o la carga, aunque esa cifra media nos va a ofrecer una autonomía próxima a 900 kilómetros, que es mucho tiempor sin pasar por el surtidor.

36 combinaciones de colores

Mismo chasis pero dirección más precisa y firme, y una amortiguación que ofrece un compromiso adecuado entre estabilidad y confort. Así es el nuevo C3 BlueHDi, que aligera su peso pero lo compensa con la llegada de nuevos equipamientos y estructuras de seguridad. Pero en ningún caso se le nota pesado, y el nuevo utilitario de Citroën sorprende por lo cómodo que es y lo bien que se planta sobre el asfalto, sobre todo por la facilidad que muestra para enlazar curvas sin perder la compostura, y lo natural y noble que resulta en los 'codos' más cerrados. En esas circunstancias balancea menos que muchos de sus rivales, y cuando lo hace nunca resulta excesivo. Por su parte, cambio, dirección y frenos están a la altura de las prestaciones. El primero, por precisión y agrado; la segunda, por su agradable firmeza; y los frenos, por el magnífico tacto y su determinación a la hora de detener el coche.

El acabado Shine de nuestra unidad es el más completo, con un equipamiento asociado especialmente rico. Pero, en este sentido, lo más importante son las 36 posibles combinaciones de colores de carrocería y techo, junto a una larga lista de accesorios que incluyen diferentes kits de adhesivos de personalización, con o sin los prácticos Airbump. Unas protecciones que Citroën se sacó de la manga para el C4 Cactus y que, dado el éxito obtenido, ahora se encargan de rematar el aspecto del divertido C3.

La clave

Dentro de PSA, Citroën tiene asumido desde hace tiempo su papel de marca innovadora y original, y el nuevo C3 es una demostración clara de ello. Y siempre son bienvenidos aquellos modelos que tienen algo que aportar a un segmento algo aburrido. El C3 es original y puede llegar a ser muy exclusivo. El resto queda en mano de la gran tecnología del grupo galo.