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Mazda3 1.5 Skyactiv, muy lógico

Por nuestras manos había pasado ya la nueva generación del Mazda3, un compacto de 4,46 metros de largo que se muestra como una excelente alternativa a los compactos genéricos y los consolidados coreanos. De él destaca su calidad de acabado, su amplio habitáculo, aunque el maletero es reducido ­-364 litros- en proporción con su longitud, y carece de rueda de repuesto. Como su antecesor, el Mazda3 también está disponible en versión SportSedán -4,58 metros de largo-, por 500 euros extra y cuyo maletero arranca en 419 litros.

Lo habíamos probado con el propulsor diésel 2.2 Skyactiv-D de 150 CV y cambio automático, y más tarde también lo hacíamos con el 2.0 Skyactiv-G, de gasolina y 120 CV.

Escalón de entrada a la gama

Ahora le ha tocado el turno a la variante más accesible a todos los niveles, pues este 1.5 Skyactiv-G es el escalón de entrada a la gama mecánica. Su motor atmosférico, con inyección directa, eroga una potencia de 100 CV y un par máximo de 15,3 mkg.

También es el escalón de acceso económicamente hablando, pues arranca en 17.750 euros. Pero hemos apostado por el acabado Style, que cuesta 2.050 euros más que el Pulse y suma elementos como la pantalla de 7 pulgadas, las llantas de aleación, el climatizador bizona, el freno de emergencia en ciudad o el control de velocidad, que lo hacen mucho más interesante. Sin embargo, se queda a sólo 800 euros del 2.0 Skyactiv-G con el mismo acabado, que homologa también 5,1 l/100 km de consumo medio y tampoco paga impuesto de matriculación, haciéndolo más atractivo.

Ponemos en marcha su propulsor, y el sonido y las vibraciones que transmite al habitáculo son inexistentes. Es realmente suave y agradable, subiendo con energía de vueltas cuando se lo pedimos -el cuentavueltas digital es algo pequeño-. Mazda lo dota del sistema Start/Stop que apaga el motor en las detenciones y lo pone en marcha con suavidad a la más mínima presión sobre el pedal de embrague. Para minimizar los consumos, también suma el i-ELOOP, es decir, la frenada regenerativa, que recupera energía en las frenadas para luego ser consumida por los equipos auxiliares y no demandar el trabajo del alternador.

La estrella es la tecnología Skyactiv

Todo ello se engloba dentro de la tecnología Skyactiv de Mazda, donde se suma también la construcción ligera para dar como resultado un conjunto de 1.265 kilos.

Pero el 1.5 Skyactiv-G tiene sus limitaciones, sobre todo si nos proponemos largos viajes. Si mantenemos velocidades de crucero dentro de los márgenes de la legalidad no tendremos más inconvenientes que tener que reducir de sexta a quinta velocidad si nos encontramos algún repecho pronunciado en nuestro camino. Y es que Mazda ha apostado por un cambio manual de 6 marchas -no hay opción a automático- con unos desarrollos que tienden a largos -a 2.800 rpm vamos a 120 km/h-, y no dejan brillar a su 1.5 Skyactiv-G.

Es por ello que el consumo es razonable, aunque si elevamos el ritmo por cualquier motivo nos obliga a quitar marchas y el gasto se dispara más de lo que sería deseable en un motor de su tamaño. Pero es lo que hay que hacer si necesitamos ganar velocidad o adelantar, operaciones que además hay que tomarse con mucha calma, pues ha sido más lento que el 2.0 Skyactiv-G, que demandó 10,0, 14,5 y 22,8 segundos respectivamente en cuarta, quinta y sexta velocidad para pasar de 80 a 120 km/h.

Por mencionar otro ejemplo, decir que un Ford Focus 1.0 EcoBoost de 100 CV necesitó 10,5 segundos para recuperar de 80 a 120 km/h en cuarta velocidad. Eso sí, su compacto motor de tres cilindros suma turbo y tiene un par motor de 17,3 mkg, pero un cambio manual de 5 velocidades.

Con todo ello, el consumo medio se ha quedado en unos ajustados 6,4 l/100 km, dos décimas por debajo del 2.0 Skyactiv-G de 120 CV.

Como todos los coches de la casa japonesa, este Mazda3 luce un comportamiento sensacional, pues apuesta por suspensiones independientes en ambos ejes, una rápida dirección, unos frenos potentes… Todo ello nos permite divertirnos en un momento dado, y nos transmite seguridad a cada kilómetro recorrido.