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Peugeot 308, Seat León, Volkswagen Golf: ¿pueden convivir tres reyes?

No es casual que enfrentemos a 308, León y Golf, porque los tres atesoran recientes, y muy importantes, reconocimientos. El Peugeot, por ejemplo, presume del 'Car of the Year 2014', que es el galardón europeo más prestigioso, y el Seat ganó el premio ABC al 'Mejor Coche del Año 2014', mientras que el Golf los acumula: 'Car of the Year 2013' en Europa y en la elección organizada a nivel mundial, e incluso 'Coche del Año' en Japón -es el primer vehículo extranjero que lo consigue en el país asiático-, aunque el mejor reconocimiento proviene del público, pues en 2013 volvió a ser el modelo más vendido en nuestro continente -470.229 unidades-, algo que viene sucediendo desde hace años. Pero no es sólo una cuestión de premios y de frías cifras: tras sumar miles de kilómetros con distintas variantes de los tres coches tenemos claro que estamos ante productos de referencia, que deberán tener en cuenta quienes busquen un compacto ahorrador, seguro, práctico, agradable y de calidad. 

Para este 'combate' hemos elegido las versiones más demandadas por los automovilistas españoles, con motores diésel de potencia en torno a 100 ó 115 caballos, cambio manual y carrocería de cinco puertas. Y aunque hay muchos niveles de acabado para elegir, nuestro análisis se centra en las alternativas básicas: Access en el 308, Reference en el León y Edition en el Golf. O, para entendernos mejor, facturas entre los 20.780 euros del español y los 22.000 del alemán. Aunque a pie de concesionario es probable que podamos encontrar precios más ventajosos, y un ejemplo lo tenemos en el caso del francés, que se beneficia ahora de un descuento de 2.200 euros que deja en 18.650 el coste 'real'.

Versiones básicas

Tratándose de compactos con filosofía ahorradora, ser el más asequible aporta una atractiva ventaja de partida, sobre todo cuando los tres comparten una dotación mínima que a muchos ya les valdrá: airbag frontales y laterales delanteros, airbag de cortina en ambas filas, control de estabilidad, ordenador de viaje, elevalunas eléctricos delanteros, volante ajustable en profundidad y altura, aire acondicionado, sensor de presión en neumáticos o respaldo trasero abatible por secciones 60:40.  Pero el acabado Access del 308 no se caracteriza por ser el más completo, pues los elevalunas eléctricos traseros y los faros antiniebla son opcionales, y no lleva ni puede llevar pantalla central táctil, asistente de arranque en cuesta, climatizador automático, sensores de parking traseros, llantas de aleación, encendido automático de luces o limpiaparabrisas con sensor de lluvia. Si queremos alguno de esos elementos habrá que escalar a un acabado superior, porque Peugeot ofrece pocas opciones.

Todo lo contrario que sus rivales del grupo Volkswagen, que se pueden configurar a nuestro gusto con más facilidad. En el León Reference viene de serie el airbag de rodilla para el conductor, y podremos pedir muchos elementos que en el 308 no están disponibles: ayuda al arranque en cuesta, climatizador, sensores de parking, llantas de aleación, sensores de luz y lluvia, airbag laterales traseros… Pero la rueda de repuesto, de serie en Peugeot y Volkswagen, es opcional en el Seat: 50 euros.

En cuanto al Golf, es el único sin control de velocidad de serie, pero compensa eso y un precio algo mayor con una dotación más interesante que la de sus oponentes, pues trae elevalunas eléctricos traseros, asistente de arranque en cuesta, faros antiniebla y llantas de aleación. Y hay más opciones que en el 308, aunque bastantes menos que en el Seat.

Acabados de buen nivel

El Golf compensa de otra forma su factura más abultada, y es con un acabado excelente. No alcanza el nivel de un Audi A3, pero se queda cerca, pues hay materiales de mucha calidad y cada detalle se mima con esmero, desde el sonido amortiguado con que cierran las puertas o lo bien que ajusta la tapa de la guanterilla izquierda hasta el fieltro con que se forra el suelo de las bolsas de las puertas. El 308 también presume de mucha calidad, y se aprecia el esfuerzo de la marca por insuflar a su nuevo compacto un tacto más 'premium' que a su antecesor, aunque echamos de menos las salidas de aireación traseras y la unidad probada tenía un pedal de embrague algo duro y una palanca de cambios de manejo un poco ruidoso. En cuanto, al León le situaríamos empatado con el francés en términos de acabado, pues si entre sus plásticos hay algunos de menor calidad, también es cierto que el tacto general es muy bueno: pedales, cambio, botones, cierre de puertas…

Relevante en este sentido será hablar del puesto de conducción 'i-Cockpit' que pone en juego el 308, con volante de pequeño diámetro -te acostumbras en nada- e instrumentación más alta de lo normal para no tener que desviar la atención. Y creemos que no es ni bueno ni malo, sino distinto, pues hay a quien le encanta y otros a los que convence menos. Decir, en este sentido, que a partir del acabado Active los 308 equipan de serie una pantalla central táctil que queda muy a mano, pero que al centralizar tantas funciones acaba por ralentizar operaciones que con botones tradicionales se hacen de modo más intuitivo. De nuevo, una cuestión de gustos, pero el que esto escribe prefiere botones.

Interiores muy confortables

Y sin abandonar los habitáculos, contaremos algo sobre su amplitud. Al medir la anchura trasera o las cotas de altura al techo delante y detrás hay cotas muy similares en los tres. Las diferencias aparecen en zonas concretas: en la parte delantera, León y Golf tienen 142,5 centímetros de anchura, por los 138,5 del 308, y en la segunda fila los dos primeros también ofrecen más hueco para las piernas que el Peugeot, que con un conductor de 1,75 al volante -talla ibérica media- deja 70,5 centímetros de distancia entre respaldos, por los 75 del Seat y los 76 del Volkswagen. Y el francés cede también terreno en el maletero, de 348 litros frente a los 380 del alemán y el español, un poquito mejor adaptados a posibles usos familiares. De confort, eso sí, todos andan sobrados, y nos encontramos ante coches con los que apetecerá viajar por carretera o enfrentarnos al atasco diario camino del trabajo.

Si recapitulamos, veremos que en todos los apartados tratados hay pequeñas diferencias incapaces de inclinar la balanza por sí solas. El 308 sale más barato, pero no brilla por equipamiento, y aunque Léon y Golf son algo más amplios, tampoco sus ventajas son radicales, de forma que deberá ser todo lo relacionado con el dinamismo -prestaciones, consumos, comportamiento…- lo que 'desatasque' el duelo. Aunque, lo adelantamos ya, continuará la tónica descrita hasta ahora.

 A priori, los principales datos técnicos del 308 e-HDi 115 pintan bien, pues es el más ligero, el único con cambio manual de seis marchas y el de motor con mejor rendimiento. Los tres montan un 1.6, pero el de Peugeot, pese a tener culata de ocho válvulas, da más potencia -116 CV- y mayor par máximo -27,6 mkg- que el TDI 105 del dúo hispano-alemán, que tiene un par máximo inferior -25,5 mkg- pero disponible desde sólo 1.500 vueltas.

Igualados en prestaciones…

Nuestro 'correvit', poco influenciable por sensaciones o fichas técnicas, ha puesto de manifiesto que, sobre la carretera, los tres coches se mueven con una agilidad parecida, y suficiente para lo que exigen casi todos los usuarios. Aunque algunos datos básicos sirven de resumen. Por ejemplo, en la aceleración de 1.000 metros desde parado hay sólo medio segundo entre el más 'rápido' -el 308, que sale del primer kilómetro a 159 km/h- y el más 'lento' -el León, que por el primer hito kilométrico pasa a 153 km/h-. Y otro caso hipotético: imaginemos que circulamos a 80 km/h, tras un vehículo pesado, y se acerca un tramo de adelantamiento. Cuando llegue el momento de iniciar la maniobra, metemos cuarta y aceleramos a fondo, obteniendo un resultado casi calcado para alcanzar 120 km/h: 9,4 segundos en el 308 y el León, y 9,1 en el Golf.

Es decir, que no hay uno claramente más rápido que otro. Nos gustaría que Seat y Volkswagen dotasen ya a sus versiones 1.6 TDI 105 -en breve, la marca alemana las sustituirá por las 1.6 TDI 110- de un cambio manual de seis marchas, como sí ocurre en el Peugeot, aunque una sexta larga combinada con un motor de no mucha cilindrada, como éstos, se traduce en una respuesta tenue, y ahí están para demostrarlo los 17,8 segundos que le hemos medido al 308 para recuperar de 80 a 120 km/h en sexta por culpa de un desarrollo de 59,1 km/h por cada 1.000 rpm. Seis marchas, con una sexta en torno a 55 km/h, sería una solución perfecta. Aunque el Golf y el León proponen otra alternativa atractiva: el cambio automático DSG7 de doble embrague. El 308, por contra, no combina su motor e-HDi 115 con una caja automática ni pilotada.

…Y también en consumos

El consumo tampoco sirve para facilitar la decisión de compra, pues la igualdad mostrada por las cifras oficiales -3,7 l/100 km de media el coche francés y 3,8 sus rivales- se extiende al mundo real, aunque curiosamente se impone el modelo español. Victoria de 'photo finish', pero victoria al fin y al cabo. Y decimos curiosamente porque el León es menos aerodinámico y equipa su acabado básico Reference con neumáticos algo más anchos. En nuestro recorrido habitual, con ciudad, carretera y autovía, se ha conformado con 5,0 l/100 km -4,5 le medimos hace sólo una semana al León Ecomotive 1.6 TDI 110-, una décima por debajo de los 5,1 medidos a Golf y 308. Y como los depósitos de carburante de los tres modelos son parecidos -50 litros en español y alemán, 53 en el galo-, también la autonomía en viaje será análoga.

Nos queda por repasar el comportamiento de unos coches que, respecto a sus generaciones anteriores estrenan modernas plataformas: la MQB en los coches del grupo Volkswagen y la EMP2 en el caso del Peugeot. Eso les marca de forma positiva, porque hay rigidez, buen filtrado de la carretera, sensación de coche grande… Como no estamos ante versiones muy potentes, los tres modelos parecen tener un chasis muy por encima de las necesidades, y eso es bueno, porque se traduce en nobleza y seguridad. Nos ha gustado mucho cómo va el 308, con equilibrio perfecto entre estabilidad y confort, poco balanceo y una frenada potente con la que lograr las distancias más cortas de detención. Con una dirección algo más directa -tiene 3 vueltas de volante entre topes, frente a las 2,75 de sus rivales- sería claramente el mejor. Pero se las tiene que ver con un dúo de cuidado, porque León y Golf tambien van de maravilla y son cómodos. Sus capacidades de frenada son más normales, pero se mueven en la media del segmento y se les disculpa bien porque son coches de enfoque tranquilo, y no rabiosos deportivos.