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Comparativa Audi A3 Sportback, BMW Serie 1, Mercedes Clase A y Volvo V40. ¿Alguno de los cuatro es el mejor?

Para realizar esta prueba comparativa «de gamas» contamos durante una semana con las cuatro unidades que pueden verse en las imágenes, pero nuestras conclusiones derivan también de todas las versiones de estos cuatro modelos analizadas en los últimos meses, desde el más ahorrador -probamos a fondo el Audi A3 Sportback Ultra, con un TDI de 110 CV y gasto medio de 3,3 l/100 km- hasta el más brutal -al Mercedes A 45 AMG, con 360 CV y tracción 4Matic, le denominábamos «el rey de los GTI»-. Y pongamos las cosas claras desde el principio: nuestros cuatro protagonistas ofrecen tantos motores distintos, tantos tipos de transmisión y tracción, tantos niveles de acabado para elegir, tantas opciones y tantas configuraciones de chasis que no es posible hablar de vencedores y derrotados «en general».

Habría que ir versión a versión, e incluso en ese caso sería complicado, pues estamos ante coches muy personalizables y, todo sea dicho, de una calidad general excepcional. Es decir, que hasta «equivocándonos» en la elección nos llevaríamos a casa un gran producto, lo que siempre tranquiliza. Pero eso no impide que podamos establecer clasificaciones en apartados esenciales, pues cada usuario también es un mundo y hay modelos que se adaptan mejor que otros a tareas, gustos o necesidades específicas. ¿Cuál es más amplio y cuál ofrece la mejor terminación? ¿Alguno destaca en seguridad sobre el resto? ¿Hay uno más deportivo? ¿Qué modelo ofrece elementos que no podamos hallar en los otros? A eso vamos.

Precios » Si hay descuentos, los ocultan muy bien

Cuando se habla de modelos «premium» muchos trivializan y reducen el mérito de estos productos a su pertenencia a una marca con imagen. Al «marquismo». Nuestros cuatro protagonistas son de buena familia, y bastará con decir «me he comprado un Audi» -o un BMW, o un Mercedes o un Volvo- para que nuestro interlocutor capte el mensaje «me va bien». Pero la etiqueta «premium» no se regala, y estos cuatro modelos se la han ganado a pulso proponiendo niveles de calidad, seguridad, refinamiento, tecnología, exclusividad o servicio por encima de la media. Aunque, por supuesto, con precios que también superan los de vehículos compactos pertenecientes a marcas generalistas. De Volkswagen Golf hacia abajo, para entendernos. Y algo que caracteriza a los cuatro «premium» comparados es que no se anuncian descuentos genéricos… aunque luego a pie de concesionario siempre podrán conseguirse «arreglitos».

¿De cuánto dinero estamos hablando? Pues tomando como referencia las facturas PVP para compactos de cinco puertas, si queremos aparcar uno de estos coches frente a casa la alternativa más asequible es el Volvo V40 con motor diésel D2 de 114 CV y acabado Básico: 23.590 euros. En Audi, el A3 Sportback más a mano es el 1.2 TFSI de gasolina con 110 CV y nivel Attraction, por 24.240 euros, y BMW nos pide 25.750 euros por sus Serie 1 de cinco puertas más baratos: el 114i de gasolina, con 102 CV, y el diésel 114d, con 95 CV. El escalón de acceso nos queda un poco más arriba en el Clase A, pues Mercedes-Benz fija un precio de 26.470 euros para su A 180 BlueEfficiency Edition de gasolina, con 122 CV. ¿Y en la práctica? Pues cuando completábamos estas líneas el viernes día 5, Volvo nos hablaba en su web de 19.100 euros -hasta fin de año- para un V40 D2 si nos acogemos al Plan PIVE, y en la página de Mercedes-Benz se destacaban los 22.900 euros como precio de partida del A 180 CDI acogiéndonos al PIVE. En fin, que conviene mirar y mirar, incluso en coches que, teóricamente, no suelen beneficiarse de promociones tan jugosas como sus rivales generalistas.

Carrocerías » ¿Compactos o pequeños familiares?

Hemos escogido las prácticas carrocerías de cinco puertas porque eso facilita la comparación, pero las posibilidades de elección van mucho más allá en casi todos. En la gama A3, por ejemplo, también hay variantes de tres puertas, sedán de cuatro puertas y cabrio, y hasta un Q3 que tiene mucho en común. En el caso del Serie 1, tres cuartos de lo mismo, pues hay carrocería de tres puertas, un X1 que comparte mecánica y, rebautizados ya como Serie 2, un coupé y un cabrio. En la Clase A no hay modelo de tres puertas ni cabrio, pero sí un CLA que oficia de sedán dinámico, un GLA para los que gustan de la filosofía SUV y, dentro de poco, un CLA Shooting Brake que presumirá de familiar y deportivo. Frente a ellos, el V40 aparece como una alternativa menos diversificada, pero las versiones CrossCountry están suficientememte personalizadas como para atraer a quienes buscan un «crossover» o un todocamino.Volviendo a nuestros protagonistas de cinco puertas, no parece que el tamaño exterior vaya a ser motivo de elección o de rechazo, pues son muy parecidos y todos se aparcan igual de bien. Y si en longitud o anchura las cotas son bastante parejas, en altura hay prácticamente un empate.

Destacar, si acaso, alguna curiosidad, como que el V40 es el más largo y ancho, pero también el más bajo -ojo, que hablamos de milímetros y esto no va a ninguna parte-, o que el más corto de los cuatro, que es el Clase A, también es el de mayor distancia entre ejes. Otro detalle: el más grande, el Volvo, tiene el maletero más pequeño, tanto si lo medimos con las cinco plazas en uso -335 litros- como si abatimos la segunda fila, pues quedarían 1.032 litros, frente a los 1.157 del Mercedes -341 litros en configuración normal-, los 1.200 del BMW -360 con la segunda fila colocada- y los 1.220 del Audi -380 con cinco plazas en uso-, que es el mejor a la hora de cargar equipaje. De hecho, muchos ven en él un «pseudofamiliar», lo que también ocurre con el V40, pero debido a su imagen y a su denominación, pues la «V» en la marca sueca se ha asociado siempre a 'versátil'.

Ya que hablamos de imagen, resaltaríamos un detalle estilístico que tiene que ver con la arquitectura mecánica del Serie 1: su largo morro. Observando el perfil, llama la atención que es el único con gran separación entre el paso de rueda delantero y la puerta, y eso se debe a que también es el único con el motor situado en posición longitudinal -cosas de la tracción trasera-, lo que resta centímetros a otras zonas. De hecho, cuando aparezca su sucesor, la firma de Munich empleará tracción delantera -el BMW Serie 2 Active Tourer ya la tiene-, pues esa solución es más compatible con el máximo aprovechamiento del espacio o la reducción del peso.

Cinta métrica en mano, pasamos al interior y descubrimos también algunas diferencias entre unos y otros. Los cuatro tienen cinco plazas, pero hay dos modelos que soportan mejor lo que podríamos llamar «el test de los cinco adultos»: el Audi y el Volvo. En el primer caso, conviene aclarar que la variante Sportback presenta unos centímetros extra de longitud y de batalla frente a la carrocería de tres puertas, y ese 'estirón' es decisivo para acomodar gente atrás. En el V40 también pueden acoplarse tres en la segunda fila, pero apreciamos tres cosas curiosas: es el único sin salidas de aireación posteriores, la plaza central es muy estrecha y la banqueta, por sus extremos, no llega hasta las puertas. En el Clase A, que tiene la distancia entre ejes más generosa pese a ser el más corto, hay buen hueco para las piernas detrás, pero cuando viajan en esa zona tres personas los pasajeros de los extremos llevarán la cabeza tan pegada al montante posterior que acabarán yendo inclinados hacia el centro. Algo incómodo.

Pero para incómodo, el Serie 1, que acepta bien a dos ocupantes en su segunda fila -el espacio para las piernas es correcto, aunque el túnel central es voluminoso- pero acoge muy mal a tres ocupantes, y precisamente por culpa de su diseño de morro largo y habitáculo más retrasado: el respaldo posterior se interna tanto entre los pasos de rueda que éstos invaden la zona lumbar de los dos pasajeros que van en los extremos. Puede que en un desplazamiento corto lo pasemos por alto, pero un viaje largo en esa posición acaba pasando factura.

Calidad » Divino tesoro

Entre las virtudes buscadas por el potencial comprador de uno de estos cuatro modelos figura la calidad, tanto de las cosas que se ven como de los elementos ocultos a la vista. Es decir, los «premium» tienen fama de estar, como mínimo, un poco mejor hechos que los modelos generalistas, y en eso incluimos desde mejores materiales hasta ajustes más cuidados, pasando por un mayor refinamiento general, posibilidades de personalización impensables en rivales más baratos… Igual que valorar los consumos, la habitabilidad o las prestaciones es relativamente sencillo porque casi todo se reduce a frías cifras, en esto del acabado hay más espacio para la subjetividad, e incluso en nuestra propia redacción suele haber opiniones para todos los gustos, porque unos nos fijamos más en la menor o mayor presencia de superficies mullidas, otros dan importancia a posibles 'rebabas' plásticas o a la sensación de robustez, y los hay que no perdonan un «grillito» al circular por firmes bacheados. Pero haciendo una combinación de todo eso me atreveré a establecer un «ranking» de calidad y terminación en nuestros protagonistas.

En la primera posición situamos al A3 Sportback, pues Audi es la que mejor traslada a sus coches pequeños la «supercalidad» de las grandes berlinas de lujo. Las puertas cierran con un sonido firme y amortiguado, el habitáculo es refinado y robusto, todos los mandos tienen buen tacto, la iluminación del cuadro es realmente vistosa, el enmoquetado del maletero es impecable y todo se mantiene perfectamente ajustado aunque vayamos por una carretera descarnada. Por detrás, compartiendo la segunda plaza, el Serie 1 y el V40, pues ambos nos parecen brillantes pero presentan en algunas zonas unos plásticos sólo correctos si los comparamos con los del A3. En el caso del BMW, además, hay que destacar la notable evolución observada frente a los primeros Serie 1, lanzados en 2004, pues si aquellos defraudaban en este terreno -pasó lo mismo con los primeros X1-, los actuales están a un nivel muy superior. Y en el test más exigente imaginable, como circular por una calzada llena de baches -no pensamos en una sofisticada pista de pruebas, sino en muchas carreteras locales de este país-, tanto el V40 como el Serie 1 se mostrarán sólidos. Es decir, que no surgirán «grillitos».

Dejamos para el final, ocupando la cuarta plaza, al Clase A. Un análisis a coche parado resulta satisfactorio, pues hay buenos materiales, no se detectan malos ajustes, los asientos son firmes y cada mando tiene el tacto adecuado, pero una vez en marcha el coche transmite una sensación de solidez inferior a la percibida en sus rivales, sobre todo con mal firme. Un Volkswagen Golf, un Peugeot 308 o un Mazda3, que son tres generalistas de gran calidad, le pondrían en apuros en este capítulo, tan importante tratándose de un coche «premium».

Tecnología » Sin duda, los referentes del segmento

Otro de los argumentos de los compactos «premium» radica en la tecnología disponible, ya sea de serie o en opción. Y nos referimos a todo tipo de apartados. Por ejemplo, los cuatro tienen versiones con tracción total, aunque se llevan la palma Audi y Mercedes-Benz, que ofrecen sus sistemas Quattro y 4Matic, respectivamente, con cuatro motores: dos diésel y dos de gasolina. En el caso del BMW, su tracción xDrive está disponible con un motor diésel y uno de gasolina, mientras que Volvo sólo ofrece tracción total para el motor más potente de gasolina, y exclusivamente en versión CrossCountry. En cuanto a tipos de cambio, el A3 y el Clase A tienen también algo en común: sus variantes automáticas -S tronic y 7G-DCT, respectivamente- son de doble embrague, mientras que Serie 1 y V40 apuestan por cajas automáticas «tradicionales» -con convertidor de par-, aunque con ocho marchas.

¿Cuál funciona mejor? Difícil respuesta, pues incluso dentro de una misma gama habrá diferencias, como demuestra el caso del Audi, pues la marca ofrece transmisiones S tronic de seis y siete marchas -en función del par máximo del motor-, y la adaptación a cada propulsor no siempre está igual de lograda. Por ejemplo, la caja S tronic nos parece perfecta unida a los TFSI, y «casi» perfecta cuando se asocia a un TDI. Nos gustan también las transmisiones de BMW y Mercedes-Benz, mientras que la de Volvo nos parece un poco más lenta y menos deportiva.

Pero hablar de tecnología en nuestros protagonistas daría para un libro, pues ofrecen prácticamente de todo. El V40, por ejemplo, es el único con airbag de capó para proteger peatones y presume de detector de ciclistas o alerta por tráfico cruzado trasero, el A3 equipa frenada automática contra colisiones múltiples y tiene entre sus opciones la suspensión magnética, y el Serie 1 apuesta por los neumáticos 'runflat' , con los que podremos circular a baja velocidad después de pinchar. En cuanto al Clase A, último en llegar, su lista de equipos de serie u opcionales es también impresionante, como se espera de un «premium».

Conclusión » Todo depende de lo que busquemos

Lo decíamos al principio y lo repetimos al final: los cuatro modelos son estupendos y es difícil hablar de uno como el mejor. Si alguien busca el compacto más seguro, quizás deba apuntar al Volvo, pues logra las mejores notas de EuroNCAP y ofrece elementos no disponibles aún en sus rivales. Pero tiene el maletero más pequeño y su gama mecánica resulta más justa. El usuario que priorice la deportividad debería pensar en el BMW, único con propulsión trasera en las versiones «normales» y que tiene un tacto de dirección exquisito, aunque las plazas traseras no son amplias, y puede hablarse de auténtica incomodidad si viajamos cinco. Del Mercedes-Benz destacaríamos el agrado general, bajo consumo y gran autonomía en viajes, pero su acabado es mejorable y las plazas traseras parecen también más pensadas para dos que para tres por culpa de unos montantes «C» muy inclinados. Del Audi, por último, deberíamos alabar su maletero, que le convierte en la alternativa más funcional del cuarteto, y una calidad general fantástica. Si a ello sumamos que su gama acoge el diésel más ahorrador, que su oferta de versiones Quattro es amplia, que su caja S tronic funciona de maravilla y que el precio de partida es relativamente comedido probablemente estemos ante el ganador, pues el equilibrio debe tener su premio.