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BMW 435i M Performance. Con esto, ¿para qué un M4 Coupé?

Al igual que en otros BMW, el Serie 4 Coupé ya cuenta con su línea de accesorios deportivos M Performance.

Vaya por delante que no soy partidario de algún que otro paquete estético que proliferan en marcas 'premium' -S line, M Sport o AMG Line-, pues permiten que en el caso de BMW, alguien que adquiera un 316d pueda hacerlo pasar ante el ojo inexperto por un M3, y cuela, siempre que no lo arranque. Entiendo que exista demanda, pero también entiendo el mosqueo de quien gasta 86.500 euros en un M3 'pata negra'.

Pero he dicho 'algún que otro paquete estético', y lo de este 435i M Performance es de otro planeta, pues afecta también a la mecánica. En su exterior se incrementa la deportividad a base de piezas de fibra de carbono con más gusto que funcionalidad si hablamos del difusor delantero, que queda a escasos centímetros del asfalto y es sencillo dejarlo literalmente pegado en un bordillo.

Amplias opciones de personalización

De su exterior, personalmente prescindiría de los adhesivos laterales y me decantaría por otro diseño de llantas o por los embellecedores del escape, también de M Performance y en acero inoxidable, en carbono… Y es que la oferta de accesorios 'delicatessen' es realmente extensa.

Y como no todo es fachada, por dentro más de lo mismo. Molduras de carbono, volante en Alcántara –hay uno impresionante con LED integrados para ver el momento óptimo del cambio-, pedales de acero inoxidable… Y lo mejor de todo es que no se resta un ápice de espacio ni de confort en un habitáculo donde cuatro adultos caben sin problemas.

Efectivamente no todo es fachada y M Performance también trabaja en lo que no se ve, pero más se siente. Un BMW 435i Coupé es un lienzo en blanco perfecto, que esconde el corazón de los M3 y M4; un bloque de tres litros, con seis cilindros en línea y sobrealimentado con 306 CV y 40,8 mkg de par máximo. Tiene propulsión -hay opción a tracción xDrive- y en nuestro caso, un cambio Steptronic con levas en el volante. Esto parece poco para M Performance que por sólo 1.654 euros eleva el par máximo a 45,9 mkg y le deja a sólo tres caballos de un BMW M3 E46 del año 2001.

Comportamiento y prestaciones

En el día a día se comporta como cualquier otro 435i Coupé. Agradable a más no poder, cómodo aun con la suspensión deportiva, permite seleccionar el modo ECO PRO para minimizar el gasto -tiene 'Start/Stop'-. Si bien, el rugido de su escape sin mariposas interiores para variar el sonido, hará que te guste subirlo de vueltas sin que sea obligatorio, pues su par máximo lo tienes a 1.200 rpm. Por ello el consumo se resiente algo, aunque gasta de media 1,1 l/100 km menos que un BMW M3 de 431 CV. Parte de la 'culpa' recae en su cambio de 8 relaciones, que permite ir a 120 km/h a 2.100 rpm.

Pero lo que más sorprende de este BMW 435i M Performance es su comportamiento y sus prestaciones. Acelerando es rápido, pues en sólo 5,2 segundos pasa de 0 a 100 km/h, lo mismo que homologaba el mencionado M3 de 2001. Es una décima más lento que un 435i Coupé, pero el culpable lo encontramos rápido en un Launch Control que no funciona tan bien como en un M4, ya que consiente que sus ruedas comiencen a patinar antes de tiempo. Ruedas que puede llevar un utilitario de hoy día, pues detrás calza 225/45 R18 -un Opel Adam con 87 CV puede tener 225/35 R18-, sin duda una anchura escasa para trasladar todo su potencial al asfalto desde cero.

Dirección activa y suspensión

En marcha es otro cantar con recuperaciones fulgurantes y lo más llamativo llega en el comportamiento, pues dichos neumáticos permiten perder adherencia en pleno apoyo con sólo acariciar el acelerador, previa desconexión del ESP, pues sino olvídate de ir de lado, algo que es pan comido y se controla a base de dirección, ya que el autoblocante trasero nos deja ir con el pie derecho a fondo mientras nuestra sonrisa se amplía y las gomas traseras piden la cuenta. Parece un coche de drift, y no exige ser 'tan piloto' para ir ligero como en el caso de un M4. Ahora bien, como todo vehículo de este nivel, lo suyo es disfrutar de todo esto en circuito.

La dirección activa es un placer, sus frenos con discos perforados y pinzas de cuatro pistones delante son eficaces al aguantar el maltrato sin problemas, mientras que la suspensión es ideal para el enfoque de este deportivo que con todos estos aditamentos M Performance, incrementa la tarifa en 13.645 euros. Son 73.192 euros, 15.508 menos que un BMW M4 Coupé.