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Toyota Yaris GRMN. A precio de Golf GTI

Después de tantos avances y fotos espía, el Toyota Yaris GRMN no es una novedad para casi nadie. Su presentación tuvo lugar en el Salón de Ginebra y desde el primer momento, este pequeño ha sentado las bases para llevar aire fresco al segmento de los deportivos utilitarios. De hecho, junto al Suzuki Siwft Sport, son posiblemente los miniGTIs del momento. Ahora, con motivo del Salón de Frankfurt, Toyota nos comunica todos los detalles y entresijos técnicos que no eran de dominio público el pasado mes de marzo.

Un motor único

La mecánica que impusla a este pequeño deportivo se trata de un motor sobrealimentado por compresor volumétrico con un 1.8 de cuatro cilindros. Gracias a este compresor, cortesía de Magnusson-Eaton, el motor permite disfrutar de una potencia máxima de 212 CV a 6.800 rpm con un par motor máximo de 250 Nm a 5.000 rpm !casi nada!

Toyota ha admitido que ha preferido no montar un turbo por problemas de espacio y también por conservar esa respuesta y progresividad que caracteriza por ejemplo al GT 86. Pese a ello, introducir este compresor también ha exigido modificaciones importantes en los sistemas de admisión y refrigeración del pequeño Yaris. Toda la potencia del propulsor pasa a través del eje delantero por una caja de cambios manual de 6 velocidades con un ajuste muy cerrado, aprovechando al máximo todo su potencial. Para poder digerir toda la potencia que pasa por el eje delantero, el Yaris utiliza un diferencial Torsen de deslizamiento limitado así como una barra de torretas y diversos refuerzos en el subchasis.

Con todo el Toyota Yaris GRMN es muy ligero, pesando solamente 1.135 Kg. Gracias a esto, logra una relación peso potencia de solo 5,35 kilos por caballos. Para que os hagáis una idea, tiene una mejor relación peso-potencia que un MINI John Cooper Works, el utilitario deportivo más potente del segmento en estos momentos. Como no podía ser de otra forma, su ligereza hace que consiga unas prestaciones de auténtico infarto: hace el 0 a 100 km/h en 6,3 segundos con una velocidad máxima limitada a 230 km/h electrónicamente.

Pero como de cifras no vive un coche, también tenemos que decir que su puesta a punto ha sido de lo más mimada. Para empezar, su suspensión esta 24 mm más baja que cualquier Yaris de la familia y su estabulizadora delantera tiene un diametro mucho mayor. Igual que sus frenos de disco delanteros, con 275 mm de diámetro y mordidos por pinzas de 4 pistones. El toque de clase lo aportan sus llantas BBS de 17 pulgadas con un diseño racing de lo más elegante.

La magia restante es cortesía de su infinidad de detalles rácing, como el volante y asientos de un Toyota GT 86, o su kit de carrocería, que incluye un bonito spoiler trasero y una interesante salida de escape central. La pega de todo esto es que sólo se venderán 400 unidades en toda Europa, a un precio de 29.900 euros.