comscore

Opel Ampera-e. Eléctrico con fundamento

Será en primavera de 2017 cuando Opel anuncie en qué países va a comercializar el Ampera-e, pero antes o después acabará viniendo a España. Hasta entonces podemos hacer llegar a nuestros lectores las primeras impresiones que hemos recabado desde el asiento del copiloto durante un trayecto de 25 kilómetros en torno a Rüsselsheim, sede de la marca alemana.

El Ampera-e está realizado sobre una plataforma específica, que aloja las baterías de iones de litio bajo el suelo del habitáculo, y el motor eléctrico en el vano delantero. Su carrocería de acero y aluminio tiene un diseño atractivo, mientras que el interior es sorprendentemente amplio, proporcionando mayor sensación de espacio que un Astra debido a su gran altura interior y al suelo completamente plano. Además, el maletero tiene una capacidad propia de un coche del segmento C: 381 litros.

Gran capacidad de aceleración

El salpicadero está dividido en dos mitades, separadas por un agradable haz luminoso, y con guarnecido mixto plástico-textil. El cuadro de instrumentos es digital y en la consola central hay una pantalla de 10,2 pulgadas que muestra las informaciones referentes a batería, flujos de electricidad, consumos, equipo de sonido… El conductor también recibe el dato de la autonomía instantánea y de cómo puede aumentar o disminuir según el ritmo de conducción que se practique en adelante.

Bajo el amigable aspecto del Ampera-e se esconde un auténtico esprínter, con una gran capacidad de aceleración inicial y de recuperación. Es verdaderamente rápido, aunque su velocidad máxima está limitada a 150 km/h. A la salida de los semáforos y en adelantamientos demuestra auténtica chispa. Y es que la potencia de su motor eléctrico es de 150 kW, equivalentes a 204 CV, mientras que el par motor -unos contundentes 36,8 mkg- está disponible en todo momento. Este es el mayor atractivo de los coches impulsados por baterías, cuando tienen tanta capacidad como la del Opel: 60 kWh.

En el caso del Ampera-e, las cifras preliminares de aceleración son: 7,3 segundos de 0 a 100 km/h; y 4,5 segundos de 80 a 120 km/h. Son valores propios de un deportivo, y nos resultan bastante creíbles después del recorrido efectuado.

El Ampera-e no es sólo ágil, sino que también tiene un excelente reparto de masas con las baterías -pesan 435 kilos- bajo el suelo. Y sus neumáticos, Michelin Energy, son los de mayor sección que hemos visto últimamente en automóviles eléctricos: 215/50 R17.

Gran autonomía y varias soluciones de carga

Hoy día, lo más señalado de este proyecto es su autonomía homologada de 500 kilómetros -según ciclo NEDC, que serán 380 en el futuro ciclo WLTP-, superior a los 400 del Renault Zoe, los 300 de BMW i3 y VW Golf o los 250 del Nissan Leaf. Recientemente, un Ampera-e hizo el recorrido Londres-París sin repostar.

Este campeón de la autonomía eléctrica tiene también otras características interesantes, como varias soluciones de carga para las baterías: desde el enchufe doméstico -9 horas para una recarga completa- al cargador súper-rápido, en el que 30 minutos le dan para recorrer 150 kilómetros.

Las baterías, desarrolladas con LG y garantizadas por 8 años o 160.000 kilómetros, también se recargan en las frenadas y retenciones, convirtiendo la energía cinética en electricidad. De los dos modos de conducción disponibles, D y L, el último tiene mayor capacidad de recarga y de retención, así que en uso urbano se puede conducir prácticamente sin pisar el pedal del freno, al estilo del BMW i3. Dicha posición L se selecciona desde la palanca del 'cambio' o desde un pulsador en la cara oculta izquierda del volante.

Otra característica es su silencio de marcha, mayor que el de la mayoría de coches eléctricos probados hasta hoy. Al terminar la prueba, coincidiendo con unos pasos cebra, nos confirman que también puede generar un sonido de aviso para que los peatones perciban nuestra presencia.

Aún es muy pronto para emitir un juicio definitivo sobre el Ampera-e, pero las cualidades mostradas en este breve recorrido hacen pensar que, si se pusiera a la venta hoy mismo, estaría entre los favoritos de los compradores. Del precio nada se sabe, salvo que en Estados Unidos el Chevrolet Bolt cuesta 37.000 dólares, o 30.000 con incentivos.