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Ford Kuga 2017. Con nuevas armas

El Kuga es uno de los grandes éxitos de Ford en los últimos años, y una de las bases del futuro crecimiento de la marca. Si en 2014 fueron 85.000 unidades las vendidas en el viejo continente, en 2015 la cifra sobrepasó las 101.000 unidades y en este 2016, en el que Ford pretende vender 200.000 SUV en Europa, este modelo es pieza clave. Tal vez por eso, para la presentación a la prensa han decidido 'conquistar Europa' de sur a norte. Para ello han organizado una ruta con una caravana de Kuga que en 15 etapas va a unir Atenas con Cabo Norte bajo el nombre de #KUGAdventure para recorrer algunas de las carreteras y los parajes más espectaculares del continente. La etapa que nosotros hemos cubierto discurría entre Varsovia, la capital de Polonia, y Vilna, la capital de Lituania.

Nuevo motor diésel de 120 caballos

Con toda la gama a nuestra disposicion -salvo la gran novedad mecánica, el 1.5 TDCI de 120 caballos-, optamos por el Kuga Vignale, la versión más exclusiva y lujosa del todocamino que se fabrica en Almussafes para la primera etapa. Y con él, empleando la versión 1.5 EcoBoost de gasolina -182 CV, cambio automático de seis velocidades con convertidor de par y tracción total-, nos echamos a la carretera, a recorrer los casi 400 kilómetros que separan esas dos capitales del norte de Europa.

No hay grandes cambios en el diseño, simples retoques estéticos. Pero, por ejemplo, el Vignale se distingue porque ofrece los bajos y los paragolpes en el color de la carrocería, además de la parrilla en acabado de nido de abeja. El resto de versiones cuenta con una parrilla con láminas horizontales en acabado cromado o negro.

En el interior del Kuga, tanto en el Vignale como en las otras versiones, aparece una rediseñada consola central, con una gran pantalla bajo la cual se ubican los mandos del sistema de sonido, con bastantes menos botones que en el actual Kuga, lo que facilita el manejo. Los acabados son de calidad tanto en ajustes como en materiales; y en el caso del Vignale el salpicadero está forrado de cuero, cosido y rematado a mano, lo mismo que los paneles interiores de las puertas o los asientos, con un trenzado y un doble tono en la piel muy llamativos. En la consola central ha desaparecido el freno de mano clásico, pues ahora es eléctrico.

Avanzada tecnología de conectividad SYNC 3

Nuevas tecnologías, como la evolucion del sistema de comunicaciones y entretenimiento Sync 3 que ofrece más alternativas para conectar teléfonos bajo los programas Apple CarPlay o Android Auto. Y también se han revisado sistemas de asistencia y ayuda a la conducción, como el de aparcamiento en batería, la ayuda de alerta de tráfico tanto delantero como trasero o el sistema de frenada en ciudad, cuyo rango de actuación para que el coche frene totalmente en carretera se eleva desde los 30 a los 50 km/h.

En carretera, durante nuestro recorrido de más de 400 kilómetros por carreteras llanas, con grandes rectas y un denso tráfico -en el que destacaba la enorme cantidad de camiones-, con la versión de gasolina más enérgica descubrimos un motor agradable, un poco ruidoso y que empuja con decisión, aunque posiblemente no con el brío que se espera de un propulsor de 182 caballos. La baja cilindrada y la alta potencia le hacen trabajar, en general, a un alto régimen; y eso se nota en el consumo.

La caja automática de 6 marchas no es de lo mejor, pues tiene demasiado resbalamiento, que provoca vacios y una respuesta lenta al acelerar. La dirección es precisa, con el grado de dureza justo, y las suspensiones filtran bien.

En la segunda jornada, camino de Vilna, pudimos probar el 2.0 TDCI de180 CV con cambio manual. Y aunque las carreteras de grandes rectas no daban pie a casi nada, este motor nos ha gustado por su suavidad, su escasa sonoridad y su empuje. El cambio es excelente, tanto por precisión como por recorrido de la palanca.

En definitiva, el Kuga se refuerza para seguir siendo el gran pilar dentro de la estrategia SUV de Ford.