comscore

Mercedes Clase E Estate. Amplio y muy inteligente

Hace seis meses nos poníamos al volante del nuevo Clase E berlina y nos sorprendió en muchos aspectos pero, sobre todo, en el apartado tecnológico. Ahora la marca alemana pone en juego la variante familiar Estate, una carrocería que en España va ganando adeptos día a día, pero que en mercado como el germano se traduce en el 50 por ciento de las ventas de este modelo. Por lo tanto, es un acto casi de justicia para este vehículo.

Más allá de cómo va o lo que tiene, comenzamos por las ventajas que aporta sobre la berlina. Mide un centímetro más de largo (4,93 metros) pero multiplica el sentido práctico al ofrecer un volumen de carga mímino de 640 litros (100 más que la berlina), ampliable hasta los 1.820 en caso de necesidad. El respaldo trasero, configurado en disposición 40/20/40, cuenta con una posición de carga que le sitúa en un plano 10º más vertical. Con esta sencilla operación se ganan 30 litros más sin apenas interferir en el confort de los ocupantes.

Y ya que hablamos de confort, todo son facilidades, ya que el portón trasero goza de apertura y cierre electrónico con sólo pulsar un botón, elemento que se ofrece de serie en toda la gama. Y un paso por encima, ya en opción, podremos disfrutar del práctico sistema Hands-Free Access, que permite abrir o cerrar el mencionado portón con sólo mover el pie por debajo del paragolpes, operación muy útil cuando nos acercamos al vehículo con las dos manos ocupadas. El compartimento de carga se completa con opciones como guías en el piso, barras telescópicas, soportes… con el fin de distribuir y utilizar el espacio de forma variable. Y destacar, asimismo, que a finales de año se ofrecerá una tercera fila de asientos abatible y homologada para niños de hasta 115 centímetros de altura.

Gama de motores para todos los gustos

No hay grandes diferencias en el aspecto mecánico, ya que bajo el capó comparte prácticamente la gama de motores con la berlina. El abanico contempla, de momento, siete motorizaciones que llegarán por 'oleadas'. Ya están a la venta las versiones de gasolina E200 (184 caballos) y E250 (211 CV), así como el turbodiésel E220d, con 194 caballos de potencia, todos ellos de cuatro cilindros.

Antes de que concluya el año llegarán la versión de acceso en diésel, el E200d con 150 CV, y el tope de gama, el E350d, ya un V6 con 258 CV, así como el E400 4Matic, un seis cilindros de gasolina que presume de 333 CV. Para el final quedará la guinda, la variante AMG E 43 4Matic biturbo que presume de 401 CV, el más potente hasta que llegue el futuro E 63 AMG… Sólo los dos motores más potentes en gasolina se asocian al sistema de tracción total y toda la gama contempla la sofisticada transmisión automática 9G-TRONIC de serie.

Comenzamos nuestra intensa toma de contacto con la versión diésel E220d. Y comenzamos a asimilar su carga tecnológica. Ya no necesitamos llave física. Con el sistema Digital car key nuestro smartphone abre la puerta (tras acercarle a la manilla), y tras ubicarlo en la zona de recarga inalámbrica ya podemos arrancar el vehículo.

El interior se remata con calidad Premium, se puede personalizar al gusto y el confort es sobresaliente. Nuestra unidad incorpora la doble pantalla digital (12,3 pulgadas cada una) que cubre el cuadro de mandos y el salpicadero. Ya en marcha disfrutamos del opcional tren de rodaje neumático Air Body Control (de serie sí que se monta suspensión neumática en el eje trasero) y la insonorización es tan eficaz que nos impide saber la naturaleza del motor.

Todo va como va la seda porque el cambio automático gestiona de manera precisa y refinada los 194 caballos de potencia. Podemos elegir entre cinco programas de conducción gracias al sistema Dynamic Select y, aunque con el modo más económico homologa 4,3 litros de media cada 100 kilómetros, lo cierto es que resulta complicado bajar de los 6,5 en la realidad.

Viajar sin conducir

Pero si hay algo que destacar, y que tuvimos ocasión de probar a fondo, es el denominado Drive Pilot, el paso anterior a lo que se entiende por conducción autónoma. Lo activamos, gestionamos una velocidad y… a descansar. El vehículo mantiene la distancia con el automóvil que llevamos delante, gestiona la velocidad por sí mismo en función de los límites de cada momento,  traza las curvas de la autopista él solito tras reconocer las líneas del asfalto (también detecta el entorno) y si activamos la palanca del intermitente dos segundos cambia de carril si las circunstancias del tráfico lo permiten). Funciona hasta los 210 km/h sin necesidad de actuar sobre el volante o los pedales y eso da algo de vértigo al principio. Cuando te acostumbras, lo dicho, mínimo esfuerzo y máximo confort.

No tuvimos ocasión, afortunadamente, de comprobar otros sistemas relacionados con la seguridad, como el PRE SAFE Impulse side, que desplaza unos centímetros hacia el interior a los ocupantes de las butacas delanteras si se detecta una colisión lateral, un servofreno de emergencia que detecta vehículos y peatones, un asistente de maniobra evasiva, otro de peligro de colisión frontal que actúa sobre la dirección para evitarla…

Sí que 'jugamos' (ya lo hicimos con la berlina en su día) con una especie de piloto automático para aparcar que nos permite realizar las maniobras desde fuera del vehículo gracias a una aplicación desde el smartphone. Y comprobamos la utilidad del sistema Mercedes me connect, una asistencia individualizada que se activa en un mando y nos permite disfrutar de toda la información referente a la ruta. Nos la facilita un asesor personal con total seguridad porque no hace falta que soltemos las manos del volante.

Versión AMG E 43 4Matic

Acto seguido nos esperaba el poderoso AMG E 43 4 Matic. Ya son palabras mayores gracias al propulsor 3.0 V6 biturbo de 401 caballos. La tracción total reparte el par con mayor protagonismo al tren trasero (31:69), el cambio automático presume de unas transiciones más cortas y rápidas, el tren de rodaje neumático Air Body Control goza de reglajes específicos y la dirección es más directa. También 'físicamente' se desmarca con detalles específicos, como la rejilla frontal con efecto diamante, las llantas de 19 pulgadas o las salidas de escape.

Todo va como la seda si nos lo tomamos con calma, pero si pisamos el acelerador con ganas se transforma en un pura sangre, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos (4,6 en la berlina) o llegar en un suspiro hasta los 250 km/h que marca la velocidad máxima limitada electrónicamente.

La Clase E Estate ya está a la venta, aunque de momento nos tenemos que conformar con las versiones E200 (52.100 euros), E250 (57.200) y E220d (53.350 euros).