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Mercedes-AMG GT 2018. Mejorar lo excelente

Fue en el pasado Salón de París donde la firma de la estrella mostraba por vez primera sus nuevos Mercedes-AMG GT Roadster, versiones que apuestan por un elegante techo de lona y que convierten a este deportivo fabricado de forma artesanal en los cuarteles generales de AMG en Affalterbach, en mucho más exclusivo. Además de este toque diferenciador, estas versiones Roadster presentaban variante más poderosas del motor 4.0 V8 Biturbo, del mismo modo que en su exterior había ligeros retoques estéticos.

Un exterior rediseñado

Precisamente estos retoques estéticos ahora se han trasladado a las versiones coupé. De forma que ha sido en el Salón de Detroit donde hemos podido conocer los actualizados Mercedes-AMG GT. Para comenzar, lo más llamativo es la llegada de la nueva parrilla frontal, denominada AMG Panamericana, la cual está formada por 15 láminas verticales, al más puro estilo del Mercedes-AMG GT3 de competición. Esta nueva incorporación ha obligado a rediseñar también su paragolpes delantero, además de que incorporan un sistema de aerodinámica activa denominado Airpanel que fué estrenado en el poderoso Mercedes-AMG GT R.

Decir que aunque en su habitáculo no se han variado las formas, si que se ofrecerán más opciones de tapizado y molduras para su personalización. Al igual que se suman opciones para configurarlo a nuestro gusto en cuanto a equipamientos.

Motor16

Por si todo esto fuera poco, los ingenieros de Affalterbach también han trabajado en su corazón 4.0 V8 Biturbo, una mecánica que originalmente generaba 462 y 510 CV dependiendo de si hablamos de la versión GT o GT S respectivamente. Ahora el primero proporciona 476 CV, mientras que el segundo se va hasta los 522 CV de potencia. También sus par máximos se incrementan en 30 y 20 Nm respectivamente, llegando a los 630 y 670 Nm.

Más prestacionales

Gracias a estas mejoras sus prestaciones son aún más notables, ya que la versión de «acceso» acelera de 0 a 100 km/h en 4,0 segundos y alcanza 304 km/h de velocidad máxima. Por su parte los Mercedes-AMG GT S necesitan 3,8 segundos para efectuar la misma aceleración y su velocidad punta llega a los 310 km/h.

Ambos se asocian a la transmisión AMG Speedsheft de 7 velocidades y doble embrague, pero es a partir de la versión GT S cuando suman el modo RACE, además de la suspensión activa AMG Ride Control. También estos últimos ofrecen como opción el eje trasero direccional, que es de serie en los GT C y GT R.