comscore

Kia Ceed. Ya lo hemos conducido… aún camuflado

El nuevo Kia Ceed (obsérvese el detalle de que ya no se llama Cee'd) está listo para su lanzamiento, cuyo calendario arranca con el estreno oficial en el Salón de Ginebra, donde además de la variante compacta de cinco puertas habrá un segundo miembro de la familia, sobre el que por ahora nada más se puede contar. Diseñado en el centro técnico de Kia en Francfort (Alemania), desarrollado específicamente para los usuarios europeos y fabricado en la planta que la marca tiene en Zilina (Eslovaquia), su comercialización empezará en el segundo semestre de este año con una gama que incluirá motores diésel y de gasolina. Motor 16 ya ha tenido oportunidad de probar dos de las versiones que compondrán la familia, una de gasolina con tres cilindros que empleamos en un corto recorrido urbano y otra de ciclo diésel, con el que pudimos recorrer bastantes más kilómetros. Habrá muchas mecánicas para elegir, por supuesto, pero toca esperar unos días para conocer la oferta completa.

Clon del Hyundai i30

El camuflaje ocultaba los detalles exactos de la carrocería, pero no la forma del nuevo Ceed, que especialmente en la vista de perfil nos recuerda bastante al nuevo Hyundai i30, su hermano de proyecto y con el que compartirá muchos elementos. Todo está meticulosamente tapado en el exterior, pero todo funciona y todo se abre: es un coche normal (de preserie, eso sí) y su habitáculo ya está completamente a la vista. Por ejemplo, levantamos el portón y escudriñamos el maletero, que nos parece más amplio que el de la generación actual; y el suelo puede situarse a dos alturas diferentes: si va abajo, el espacio es más diáfano; si va arriba, creamos un doble fondo para guardar cosas y, sobre todo, para enrasar la superficie con la que forma el respaldo trasero, divisible en secciones asimétricas, cuando lo abatimos.

1 kJ6L0izg5HB8v Motor16

En el habitáculo volvemos a encontrar nexos comunes con el nuevo i30 de Hyundai; y eso es bueno, porque significa que hay orden, ergonomía, calidad y atención por el detalle. Los asientos de la unidad que probamos más kilómetros, con motor diésel, tenía unos asientos de diseño bastante deportivo y con buena sujeción. Cómodos, en resumen, como si éste fuera nuestro coche desde hace meses. La instrumentación queda en su sitio y la consola central, ligeramente orientada hacia el conductor, se corona por arriba con una pantalla táctil flotante, al estilo de lo visto ya en otros Kia recientes, como el Stonic o el nuevo Rio. Bajo ella, bastantes mandos para acceder rápida e instintivamente a las principales funciones, como radio, navegación, climatización, luneta térmica, calefacción de asientos y volante… Todo a mano, y todo con buen tacto. Además, el nuevo Ceed presume de calidad, y aunque se trata de una unidad de preserie el nivel de ajuste ya nos parece idóneo. Kia ha empleado mucho material mullido para revestir el interior, aunque se ha apuntado a la moda reciente de usar plástico distinto en la zona alta de las puertas delanteras y traseras: mullido en las primeras, duro en las segundas. Y de huecos para guardar cosas está bien surtido, en línea también con el i30, al que nos recuerda bastante el Ceed por más que pequeños detalles aquí y allá traten de diferenciarlos. Puestos a afinar mucho, nos dio la sensación de que Kia había apostado por una terminación algo más deportiva, y que Hyundai parece haberse decantado por la elegancia; pero seguro que todo esto dependerá de la versión, de los niveles de acabado y de las opciones elegidas en cada caso.

Más espacioso que antes

Y en lo que se refiere al espacio, muchas de cal y unas pocas de arena. Nos explicamos. La sensación general es de espacio, y cinco personas podrán acomodarse, ayudados por detalles como un túnel central casi inexistente. Las cotas de anchura delante y detrás son buenas (al nivel de las caderas, los pasajeros posteriores se reparten 131 centímetros), y ocurre lo mismo con la altura al techo, generosa en ambas filas: 95,5 centímetros medimos delante y 93,5 detrás. Pero el hueco para las piernas en el asiento trasero se nos antoja justo, y con un conductor de 1,75 al volante medimos sólo 66,5 centímetros de espacio entre respaldos, cuando muchos de sus rivales rondan los 70 o superan ese valor. Y no ayuda a camuflar tal inconveniente el hueco también justo que queda bajo las banquetas delanteras, pues los pies entran un poco a presión.

Cerramos la puerta y nos disponemos a iniciar el recorrido. Aunque no es la primera vez que lo hacemos, no acabas de acostumbrarte a conducir un vehículo camuflado, pues eres el centro de atención en cien metros a la redonda y el culo del coche parece tener un imán que atrae al resto de los vehículos. Por cierto, qué miedo cuando el que te sigue pegado a menos de dos metros va haciéndote fotos con su smartphone mientras conduce intrigado.

2 kJ6L0izg5HB8v Motor16

Lo que decíamos de la postura al volante, que se consigue fácilmente, puede extenderse a los primeros metros que recorremos con el Ceed, pues el coche transmite agrado. El motor diésel no suena demasiado al arrancar, y tampoco cuando empezamos a acelerar ya en carretera. Las prestaciones son buenas, lo que nos lleva a pensar que el peso del conjunto no será muy elevado, y la dirección es rápida y precisa. Hay un botón para elegir entre el programa Sport y el Comfort, y en el primero lo que logramos básicamente es una respuesta del acelerador aún más instantánea y un volante que no gira con tanta suavidad para transmitir más al conductor en los tramos de curvas. Y de estos encontramos bastantes en cuanto nos alejamos del litoral catalán donde Kia organizó esta especie de 'cita a ciegas'. Llueve a mares y la carretera, sin arcén, no está para muchas alegrías, pero podemos avivar el ritmo lo suficiente como para ver que el Ceed también goza de una suspensión eficaz. No es demasiado firme, y si embargo el coche no balancea demasiado y entra por donde le decimos. Sin buscar los límites, eso sí. Y, una vez más, el nuevo i30 se nos hace presente, porque el comportamiento general de este nuevo Ceed nos recuerda la personalidad del modelo de Hyundai, marcada por el equilibrio y la sensación de aplomo.

Como decíamos al principio, ahora solo toca esperar unos días para descubrir la imagen al desnudo, ya sin camuflaje, y para que Kia detalle sus características y la gama prevista. Pero la cosa pinta bien, y esta tercera generación, sin duda, supondrá un gran paso adelante respecto al modelo actual.