Sé que llevamos unos cuantos meses sin escribiros como van nuestras andanzas con el magnífico Hyundai i30 1.4 T-GDI de 140 caballos, pero como dice la sabiduría popular 'lo bueno se hace esperar'. En estos meses de silencio casi hemos doblado los kilómetros de la prueba. Si, esos que comenzaron siendo «solo» 25.000 van a pasar a ser 50.000. Y ya tenemos hecho un buen tramo de ellos porque nuestro odómetro ya ha marcado 30.000. ¿Queréis saber dónde hemos estado y cómo se ha comportado el hatchback coreano? pues sigue leyendo que te lo cuento.
Por tierra, mar y… ¿aire?
Vale, vale, el título puede ser engañoso. Es cierto que el Hyundai i30 no puede volar, pero gracias a su excelente respuesta es lo que nos ha faltado. Y lo digo porque hemos pasado un verano con él cargado de emoción y aventura. La primera de ellas ha tenido lugar en la costa cántabra, donde unos cuantos amigos acabamos surfeando las olas de uno de los pueblos más bonitos de Cantabria, Suances.
Allí nuestro fiel compañero no nos dejó de lado ni un minuto. Pudimos subir y bajar carreteras sinuosas sin despeinarnos, la respuesta del motor era casi inmediata y según han ido pasando los días, hemos notado que la mecánica ha consumido menos y ha tenido un mejor rendimiento. Tanto es así que con el coche cargado hasta los topes, el viaje desde Madrid a Suances se hizo con 5 personas y sus respectivas maletas, el coche logró conseguir medias de 6,2-6,3 l/100 Km.
Y si hablamos de su interior, su comodidad y su espacio no se quedan atrás. Pese a las formas compactas que caracterizan a los hatcback, el coreano sabe aprovechar cada centímetro de su habitáculo. Y eso lo hemos podido comprobar el primer día que nos fuimos a surfear olas. Tres tablas de un tamaño considerable y tres personas cupimos sin molestias (y con toda la seguridad que hay que tener a la hora de viajar) en su interior. Y no fue cosa de un día, fueron varios…
Otro de nuestros viajes nos ha llevado a cruzar los Pirineos para llegar a un pueblo recóndito de Francia conocido por su majestuoso castillo y por su gastronomía. Hablamos de Pau, un pueblecito situado al suroeste del país y que forma la capital del departamento de los Pirineos Atlánticos, en la región de Nueva Aquitania. En nuestro viaje a esta región pudimos saborear sus excelentes quesos de oveja y disfrutar de sus maravillosos paisajes.
El siguiente viaje que hicimos con él nos llevó hasta tierras andaluzas, más concretamente hasta Sevilla. Allí nuestro compañero de aventuras solventó de manera perfecta la movilidad por la ciudad. De hecho, a la hora de desplazarnos y aparcar, las ayudas como la cámara trasera, el sensor de proximidad o el Stop/Start nos mejoraron el día a día. A la hora de volvernos a casa, el calor nos achicharraba dentro del habitáculo. Por suerte, su sistema de climatización bajó de manera considerable nuestra sensación térmica. De hecho, el piloto y el copiloto contábamos con una ayuda extra a la hora de refrescarnos con los asientos climatizados.
Puede sonar a ciencia ficción pero no lo es. Muchos conocen los asientos climatizados pero solo para calentarnos el respaldo y el asiento en los fríos días de invierno. Este sin embargo cuenta también con el sistema de ventilación climatizada, que consiste en un aire acondicionado individualizado para cada asiento que te ayuda a refrescar piernas y espalda a la hora de viajar.
De momento esto es todo por hoy. Os seguiremos informando de nuestras aventuras en nuestro Twitter, en nuestro Facebook y en nuestro nuevo Instagram. No perdáis detalle de éste último porque colgaremos vídeos en tiempo real a través de los stories contándoos como nos va y enseñándoos todas sus capacidades. ¿te lo vas a perder? pues síguenos.
