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Dos nuevos radares de tramo entran en funcionamiento en Cataluña

Ubicados en la comarca del Alto Ampurdan, controlan la velocidad entre Capmany y Agullana, en la N-II en ambos sentidos, en un tramo de  2,92 kilómetros donde el limite está en 80 km/h.

Estos sistemas de control de la velocidad media puestos en marcha por el Servei Català de Trànsit (SCT) como parte de su Plan Estratégico de Seguridad Vial 2014-2020, funcionan a través de un reconocimiento de matriculas en el inicio y final del recorrido controlado. Como el resto de equipamientos de estas características, se calcula el tiempo invertido para comprobar si se ha superado el máximo permitido.

Con estos 5,8 kilómetros, suben a 97,76 los kilómetros de la red viaria catalana dotados con dispositivos de control de velocidad de tramo, medida con la que el Servei Català de Trànsit apuesta por un sistema más seguro de control, que promueve la velocidad constante.

Los otros 17 radares de tramo en las carreteras catalanas

Túnel de Viella, N-230, uno por sentido. En funcionamiento desde julio de 2010

N-340, entre Amposta y San Carlos de la Ràpita, uno por sentido. Funcionan desde mayo de 2014

C-65, entre Casa de la Selva y Llagostera (Gerona). En funcionamiento desde mayo de 2014

C-58, entre Sabadell y Badia del Vallès (sentido Barcelona). En funcionamiento desde junio de 2015.

AP-7, entre Ulldecona y Amposta (sentido Tarragona). En funcionamiento desde junio de 2015.

N-II, entre Fornells de la Selva y Quart (Gerona), uno en cada sentido. En funcionamiento desde junio de 2015.

N-II en Gerona, uno por sentido. En funcionamiento desde junio de 2015.

Carril bus-VAO de la C-58, dos radares por tramo en funcionamiento desde mayo de 2016.

A-7 en Tarragona, uno por sentido de la marcha. En funcionamiento desde el pasado mes de febrero.

C-66, entre Corçà y Sant Joan de Mollet (Gerona), uno por sentido. Funcionan desde el pasado mes de febrero.