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Audi R8 Spyder. Un deportivo para disfrutar curva a curva

Hace justo un año que tuve la oportunidad de poder convivir una semana entera con una máquina tan exclusiva y poderosa como es un Audi R8 V10 Plus, el cual me hizo comprender el exquisito trabajo realizado por Audi Sport con su nuevo superdeportivo, que ha sido desarrollado de la mano de su Audi R8 LMS de competición y que se ensambla de forma artesanal en la nueva factoría Audi Bölliger Höfe. Y un sólo día con el nuevo Audi R8 Spyder por carreteras cercanas a Barcelona, me ha dejado con la miel en los labios para poderlo disfrutar lentamente en el futuro.

No tendrá versión de 610 CV

Será complicado lo de disfrutarlo lentamente, pues la nueva maravilla de la firma de los cuatro aros mantiene el conocido corazón 5.2 V10 FSI atmosférico, el cual llega hasta las 8.700 rpm, pero que sólo se ofrece en versión «descafeinada» con 540 CV, pues Audi no ofrecerá su R8 Spyder en versión Plus con 610 CV. Al igual que el Coupé se combina con un elenco tecnológico de la talla de cambio S tronic de 7 velocidades, tracción quattro con diferencial mecánico trasero… Y para intentar contener su consumo medio (homologa un gasto de 11,7 l/100 km) suma elementos como la navegación a vela, el sistema start-stop o el sistema Cylinder on demand que desactiva cinco de sus diez cilindros.

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Todo esto se traduce en una aceleración de 0 a 100 km/h una décima superior al Coupé (necesita 3,6 segundos), que nos deja atrás con una velocidad punta de 320 km/h. Pero no sufras, porque los 318 km/h que alcanza este Audi R8 Spyder son más que suficientes y además ofrece algo que el Coupé jamás podrá hacer: alcanzarlos con el cielo por techo.

Cuesta 209.420 euros

Eso siempre que desembolses los 14.650 euros que cuesta de más (este ejemplar cuesta 209.420 euros) y estés dispuesto a contar con un lastre de 125 kilos frente al Coupé por los diferentes refuerzos añadidos a su chasis (los Spyder pesan 1.795 kilos), que combina aluminio (un 79,6 por ciento) y carbono en la tecnología Audi Space Frame, para crear una estructura que pesa sólo 208 kilos y que es el doble de rigida que la de su antecesor.

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Audi ha rediseñado por completo la cubierta del motor, fabricada en fibra de carbono. Bajo ella se oculta su capota de lona, que sólo pesa 44 kilos gracias a un esqueleto fabricado en magnesio y con una luna trasera de cristal independiente, pues va posicionada tras los asientos y se puede subir y bajar de forma independiente a la capota para escuchar su 5.2 V10 en stereo. En sólo 20 segundos y siempre que no superemos los 50 km/h (también se puede hacer desde la llave), la podemos poner o quitar desde un botón interior (botón que está demasiado próximo al freno de estacionamiento eléctrico) y disfrutar al máximo.

Todo dirigido al conductor

A velocidades legales y con las ventanillas subidas, el confort es total. El viento no molesta con esa luna trasera subida, pero si se baja aparecen turbulencias. Pero si incrementamos el ritmo más de lo normal, lo mejor es instalar el deflector textil que hay que poner a mano. Echamos en falta un sistema que expulse aire caliente por los asientos a la altura del cuello (este sistema lo tiene un Audi TT Roadster) para mantener la temperatura ideal en el habitáculo, pero por lo demás es perfecto. Todo está a mano, su calidad es ideal, de espacio no está mal (su maletero es lo peor con sólo 112 litros de capacidad) y toda la información la recibimos desde su pantalla Audi virtual cockpit de 12,3 pulgadas.

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El día que pudimos disfrutar de este Audi R8 Spyder la lluvia acompañaba de forma constante. Poco tiempo tuvimos para disfrutar de las vistas, pero fue un día ideal para comprobar las excelencias que ofrece el cabrio más veloz de la firma alemana.

Los refuerzos estructurales le proporcionan un comportamiento dinámico calcado al Coupé y sólo su elevada rigidez a la torsión transmite algún que otro crujido de su chasis cuando el firme no es perfecto o rodamos a ritmo rápido por zonas de curvas cerradas. Su sistema de tracción quattro es efectivo al máximo, pudiendo enviar todo su potencial a un sólo eje, y ahora los Audi R8 se acompañan de una dirección mucho más directa y precisa. Con un reparto de pesos 42:58 (delante/detrás) su aplomo es magnífico y su eje delantero siempre nos transmite una gran confianza circulemos a la velocidad que circulemos, algo que no siempre sucede con vehículos con motor colocado en posición central. Nuestra unidad equipaba suspensión Audi magnetic ride con diferentes modos de trabajo seleccionables desde el Audi drive select (confort, auto, dynamic e indivdual), además de contar con frenos carbocerámicos, que lo detienen con la misma rapidez que acelera esta criatura, que según apuntan, alcanza los 200 km/h en sólo 11,8 segundos.